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jueves, marzo 28, 2024

Regina: 2 de octubre, no se olvida de Antonio Velasco Piña (1987)

El sábado 18 de mayo tuve la oportunidad de estar en mi bella, amada y contaminada CDMX, para ofrecer una conferencia con respecto al trabajo que he realizado desde hace diez años con respecto a la divulgación y protección del patrimonio arqueológico en León, Gto. Obviamente antes de entrar al recinto del Templo Mayor de Tenochtitlan tuve que devorarme una exquisita torta de tamal de rajas con queso acompañada de un delicioso atole de maíz azul. Después de tan saludable desayuno, me puse a escribir este artículo desde la esquina noreste de la plancha del Zócalo, el ombligo del mundo (ME-XIH-CO TENOCHTITLAN) escenario de muchos eventos (luchas sociales, conciertos, plantones, batallas, etc). Ese pensamiento me trajo a la mente un libro que narra hechos a manera de novela histórica, con un personaje que el autor insiste que sí existió: Regina. Es tan profundo el sentir del autor que casi llega a convencerme de la existencia de La Edecán de las Olimpiadas. El autor ha escrito varias novelas históricas con ese estilo tan peculiar que tiene de amar a México y describir sucesos históricos. Me refiero al Sr. Antonio Velasco Piña. Un personaje muy interesante, que ha sido causa de varias polémicas. Como en la anterior ocasión, les dejo una liga para que lo conozcan.

El libro que trataré de invitarlos en LEER para CrEcER, es REGINA: 2 DE OCTUBRE, NO SE OLVIDA. Después de haberlo leído amé más a mi bello País. Regina tenía una consigna muy importante: despertar de su letargo a un País sumido en la apatía, pero sobre todo inmerso en la inconsciencia, la corrupción y las tenebrosas decisiones de gobernantes, que nos habían y nos han llevado al caos que hoy tenemos en esta gran nación.

Desde el primer capítulo, logra atrapar al lector, con “Reunión en la cumbre”, en donde los cuatro guardianes de la tradición (olmeca, maya, zapoteca y nahua) se reúnen en la cumbre de la Pirámide del Sol, para percibir lo que será el momento del nacimiento de Regina, en otro punto importante de México: la aldea de Reyes, a los pies de la Iztaccihuatl, población muy cercana a Nepantla, lugar de nacimiento de Sor Juana Inés de la Cruz. La fecha del nacimiento de Regina, ocurre el 21 de marzo de 1948. Si se lee por primera vez esta novela histórica llena de misticismo, quedarán dudas. La próxima semana les hablaré de otro libro, que se puede concebir como el preámbulo de Regina, y que se sitúa en la época mesoamericana, en el momento previo al derrocamiento de los tepanecas a manos de sus súbditos, los mexicas (o aztecas), los cuales inician un portento de poderío que durará noventa y cinco años, hasta la caída en 1521.

Continuando con Regina, la pequeña niña es educada en el Tibet, de donde Velasco Piña, une dos tradiciones religiosas: La mariana y la budista. No hay manera que niegue ese apego que tiene por ambas tradiciones, en varios de sus libros.

La idea de Velasco Piña, es ir creando un personaje que tenga una altísima conciencia con respecto a las tradiciones, a las injusticias y, entre otras cosas, que se puede ser mejor, a través de la meditación, los valores y la superación, por el estudio profundo de la Historia.

Durante los meses en que Regina cumplió 20 años y su muerte el 2 de octubre, transcurren muchas cosas de las que ella tendrá un papel protagónico interesante y será parte importante del Movimiento de 1968, al grado que ella y sus cuarenta seguidores más cercanos se sacrifican en un lugar muy emblemático para la derrota de los tenochcas y tlatelolcas, en 1521.

Dato curioso es que en algún momento de la lectura aparece Álvaro Carrillo, el gran canta – autor oaxaqueño, protagonizando una escena.

Respeto mucho a Velasco Piña, ya que muchos mexicanos han quedado atrapados con ese modo tan peculiar de hacer novela histórica, y de ahí han tomado vuelo para seguir conociendo más y más de la Historia de este país, que es muy rica. En lo que nunca estuve de acuerdo es que nombra como caballeros águila o tigre a los personajes de ciertas órdenes de personajes importantes dentro de la jerarquía tenochca. No eran caballeros, y por supuesto en este México nuestro, no había tigres. Son guerreros, y la otra aclaración, son jaguares.

Espero que la lectura de Regina los atrape y quieran seguir conociendo la Historia de México a través de esta y otras recomendaciones.

Espero su correo, estimado lector(a), después que lo lea para así compartir las sensaciones que les provocó la recomendación. El correo donde puede escribirme es: arqueolobocarlin@gmail.com

¡Así que, a LEER para CrEcER!

La siguiente entrega será TLACAELEL. EL AZTECA ENTRE LOS AZTECAS, del mismo Velasco Piña.

 

Luis Humberto Carlín Vargas
Luis Humberto Carlín Vargas
Arqueólogo egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Coordinador General del Proyecto Cultural León Prehispánico (PCPAC). Coordinador Académico de los Diplomados de Arqueología e Historia de México (DAeHM). Ingeniero en Sistemas. Músico. Correo electrónico: luishumberto.carlin@pcleonprehispanico.com

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