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miércoles, abril 24, 2024

Líquido indispensable

Por: Mauricio Gómez Flores

 

Obtener agua nunca fue tan sencillo como lo es ahora, con tan sólo girar la llave del grifo, muchas personas obtienen este líquido desde la comodidad de sus casas; sin embargo, esto no siempre fue así, anteriormente las personas de todos los municipios de nuestro país tenían que recorrer grandes distancias para hacer uso de este elemento tan esencial en nuestras vidas.

Además, mentiríamos si decimos que todos gozamos de la misma comodidad para obtener agua, para muchas personas, las cosas no han cambiado en lo absoluto. Solamente el 20% de la población mundial tiene a su disposición el 80% de los recursos del planeta, entre ellos el agua. La anterior cifra nos da un panorama de la cantidad de personas que no gozan de este servicio básico.

Siendo más precisos, en México, alrededor de 5 millones de habitantes carecen de agua potable, 18.7 millones tienen un saneamiento inapropiado y diariamente 94 personas mueren por enfermedades relacionadas con la falta de agua potable. Con ello nos preguntamos, ¿dónde queda el derecho al acceso al agua y saneamiento para la población que debe garantizar el Estado?

Ante la creciente problemática que vivimos, no solamente en México, sino en todo el mundo, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, a través de la Observación General No. 15, publicada en el año 2002, estableció que el acceso al agua es un derecho humano, básico y universal.  En este sentido, los Estados parte deben proveer acceso a ella sin importar raza, sexo, religión, edad, color, idioma, nivel socioeconómico o cualquier otra condición social.

Más adelante, en el año 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció el derecho humano al agua y al saneamiento, reafirmando que el agua potable limpia y el saneamiento son esenciales para la realización de todos los demás derechos humanos. Mientras tanto, en México, en el año 2012, la Constitución Política reconoció explícitamente el derecho anteriormente mencionado en el artículo 4º, estableciendo que: “Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. El Estado garantizará este derecho…”.

Al igual que todas las Convenciones y Tratados Internacionales en materia de derechos humanos, lo relativo al agua impone obligaciones a los Estados partes: respetar, proteger y cumplir. Además, contempla la obligación especial de facilitar agua y garantizar el suministro necesario a quienes no disponen de medios suficientes, impidiendo discriminación alguna.

Aunque el derecho al agua potable es aplicable para todas y todos, el Estado mexicano debe prestar especial atención a grupos de personas que tradicionalmente han tenido dificultades para ejercer este derecho, en particular las mujeres, los niños y los grupos indígenas.

Las violaciones al derecho al agua pueden producirse mediante los actos positivos, es decir, un actuar de la autoridad, o negativos: omisiones de la misma, de estas últimas podemos resaltar las siguientes:

  1. No contar con una política nacional sobre el agua;
  2. No adoptar medidas apropiadas para garantizar el pleno disfrute del derecho universal al agua; y
  3. No hacer cumplir las leyes pertinentes.

Específicamente, el no adoptar medidas y el cumplimiento de las leyes pertinentes, ha sido una constante problemática en nuestro país. Así pues, es deber de la ciudadanía exigir el cumplimiento y la no vulneración de este derecho al agua, asegurando a todas las personas un nivel de vida adecuado, especialmente porque el servicio de agua es una de las condiciones fundamentales para la supervivencia humana.

Por último, cabe mencionar que el Estado no es el único responsable del recurso natural mencionado en este documento; otra de las problemáticas a la que nos enfrentamos día a día es el desperdicio de agua; es un tema educativo y de prevención; hemos de tomar en cuenta que este recurso es agotable, lo anterior causaría un daño irreversible para la humanidad. Por lo tanto, ¿qué podemos hacer por la humanidad todos los que tenemos fácil acceso al agua potable? Como mínimo: cuidarla, no desperdiciarla y no contaminarla.

 

Amicus Derechos Humanos, AC
Amicus Derechos Humanos, AC
“Derechos humanos por el cambio social” www.amicusdh.org hola@amicusdh.org www.facebook.com/amicusdh

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