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viernes, abril 26, 2024

Llamada de alerta: El patrimonio natural guanajuatense se encuentra seriamente amenazado

*Rogelio García Espinosa 

Desde hace algunos años, muchos creo, se ha fortalecido en mí la intención de seguir con la defensa y conservación de los bienes patrimoniales de los mexicanos y por supuesto, de los guanajuatenses; por la manera como se habían presentado las cosas y ante la tempestiva avalancha de ocurrencias construidas e impulsadas por el alcalde y su pandilla de síndicos, regidores y funcionarios panistas, (creo que todos recuerdan la forma tan grotesca y absurda con la cual, el PresiMiente Municipal quería embaucar y endeudar a los guanajuatenses con el “MeMo”, Mercado con Momias, y el vergonzoso portazo que las instituciones responsables le sorrajaron en la cara evitando el engaño y el truculento negocio que se pretendía). Ante tal atentado al patrimonio cultural guanajuatense y considerando la situación en la que dichos bienes patrimoniales se encontraban, centré la atención en el apartado que corresponde a lo cultural y lo reconozco, poca atención brindé a lo natural. En atención a los últimos acontecimientos y ante la amenaza por parte del ayuntamiento de Guanajuato Capital en considerar a la Sierra de Santa Rosa como Zona Urbana, no puedo ignorar y dejar de lado la enorme riqueza natural que nos identifica, y sin olvidar el compromiso con la defensa, conservación, investigación y socialización del patrimonio cultural, en esta ocasión centraré la atención en lo que se le ha dado en llamar Patrimonio Natural. 

Muchas opiniones coinciden en que el patrimonio natural está constituido por las reservas de la biosfera, los parques naturales, los monumentos y santuarios de la naturaleza que de suyo, poseen una gran relevancia estética o científica. El medio ambiente, eso que vemos y sentimos, tiene un gran valor para la biodiversidad y para la composición integral del paisaje. Como marco de referencia y para el caso que nos ocupa, me gustaría que entendiéramos por Patrimonio Natural, todos los bienes de carácter natural que son eminentemente representativos e identitarios de una localidad, región o nación, y que no han sido intervenidos, alterados o deformados por la acción de los seres humanos. En pocas palabras, aquellos bienes naturales que no hayan sido culturizados. 

En términos generales, podríamos considerar que ese macizo montañoso al que hacemos referencia, se origina en el Estado de Durango y corta al Estado de Guanajuato en dos grandes regiones geográficas; a su paso y desarrollo por el territorio guanajuatense, esa cadena montuosa la podemos ubicar principalmente en los siguientes municipios: León, Silao, Guanajuato, San Miguel de Allende, Comonfort y Juventino Rosas; en su transitar por estos territorios y atendiendo a las costumbres de cada localidad, adquiere diferentes nombres, los más conocidos son: Comanja y Sierra de Lobos en el municipio de León, Santa Rosa en el municipio de Guanajuato y Codornices en el municipio de Juventino Rosas. 

Para el caso de Guanajuato y que es en donde quiero centrar la atención, mencionaré que históricamente la Sierra de Santa Rosa, además de ser el pulmón natural del territorio guanajuatense y con una riqueza ecosistémica de gran variedad, ha sido reconocida también como uno de los principales centros mineros que, desde la segunda mitad del siglo XVI, le empiezan a otorgar a Guanajuato ese rasgo distintivo que la ha caracterizado y que se ha mantenido hasta la actualidad; es indiscutible que una de las consideraciones de la UNESCO para inscribir a Guanajuato en la lista del Patrimonio Mundial, fue la de haber sido durante la colonia, uno de los más importantes centros mineros del viejo y del nuevo mundo. 

Albergado en una superficie de aproximadamente 288 km2 el territorio del municipio de Guanajuato lo podemos ubicar entonces en la parte central de la república mexicana y en ese complejo geográfico denominado por los especialistas, “Sierra-Bajío”. 

En opinión del Ing. Tomás Hernández Meza, “En la caracterización correspondiente a La Sierra de Santa Rosa quedan muy claras y precisas las aportaciones ecosistémicas y de servicios ambientales para el Municipio de Guanajuato y sus colindantes, sobresaliendo por su naturaleza la concentración del macizo de vegetación más importante del Municipio compuesto por Bosque de Encino y por ello ser la mayor área de fijación de carbono a nivel estatal, constituirse entre las mayores zonas de potencial en captación hídrica por sus precipitaciones de hasta 850mm en las partes altas que alimentan a la Cuenca Laja-Peñitas, a la subcuenca Río Guanajuato que alimenta a la Cuenca Lerma-Salamanca…” 

Si consideramos que uno de los principales elementos que pueden paliar o mitigar las bruscas transformaciones, cambios climáticos y fortalecer el desarrollo y crecimiento de la sierra es precisamente la fijación de carbono, si consideramos también que la Sierra de Santa Rosa, sus bosques de encino, su suelo, cuencas y cañadas se convierten de manera natural en la principal área de fijación de carbono, ya no sólo a nivel local, sino que podríamos considerar incluso a nivel estatal. Resulta verdaderamente sorprendente que, por parte de las supuestas autoridades municipales, en lugar de conservar y fortalecer la sierra y sus ecosistemas, se pretenda transformarlos y llevarlos, en aras de esa mal entendida modernidad que los caracteriza, a la degradación, deforestación y a la perdida de los servicios ambientales que en buena medida y gracias a la Sierra de Santa Rosa, los guanajuatenses disfrutamos. 

Me parece necesario insistir en que el territorio de Guanajuato Capital, debe ser considerado como parte importante y representativa de la riqueza patrimonial guanajuatense, ya que, en él, están depositados todos los bienes patrimoniales, naturales y culturales que poseemos, pero, pocas veces consideramos lo geográfico como parte integrante de la riqueza patrimonial y sin lugar a duda, el territorio lo es; no podemos dejar de lado, siempre lo he señalado y lo reitero, es la natura la que provoca la cultura. Atendiendo a lo anterior, natura y cultura son constructos eminentemente geográficos y para el caso que nos ocupa, toda esa riqueza natural y patrimonial, todo ese monumental contenido, está depositado en un gran contenedor que se llama Territorio, por lo mismo y de manera natural, el territorio forma parte integral y sustantiva de la riqueza patrimonial guanajuatense. 

El territorio considerado como patrimonio, es entonces un bien común que pertenece en primera instancia a los guanajuatenses. No es posible que a gusto y capricho del alcalde 

el patrimonio guanajuatense quede en manos de unos cuantos y hagan y deshagan a su antojo ese bien común que a todos pertenece, como es posible que sin consultar a la ciudadanía y con la intención de, por decirlo de alguna manera, saldar deudas políticas, el territorio guanajuatense sea vendido u obsequiado a particulares. En algunos medios impresos, recientemente aparecieron algunos comentarios que señalaban que Santa Rosa de Lima y Puerto de Santa Rosa han mostrado interés en el crecimiento y vinculación con el centro de población de Guanajuato y que, por tal motivo, se pretende reconocer a Santa Rosa como Zona Urbana, vamos, en pocas palabras, “urbanizar” la Sierra. Aunque no aclaran quienes son los que han mostrado interés ni que se entiende por urbanización, todos sabemos que a lo que se refieren no es sólo a la introducción de servicios básicos, van mucho más allá y seguro estoy que la intención es la de fraccionar y retacar la sierra con carreteras y caminos, en pocas palabras, le apuestan a la deforestación en lugar de impulsar con rigor científico y metodológico, la protección y el fortalecimiento de la sierra y sus ecosistemas. 

¿Qué pasa con La Bufa, Hormiguero y Picachos? ¿Qué pasa con El Orito? ¿Qué pasa ahora con Santa Rosa? ¿Por qué no hay una adecuada planeación para el crecimiento y desarrollo de esta ciudad, considerada por propios y extraños como Patrimonio de la Humanidad? ¿Cómo es posible que, en la pasada reunión de la comisión de desarrollo y ordenamiento territorial, los integrantes de la misma aceptaron que no habían leído ni conocían la propuesta del IMPLAN y por lo mismo, por no atender con responsabilidad el trabajo de su comisión la planeación no avanza? ¡¡¡Háganme ustedes el favor!!!! ¿Ese es el nivel de responsabilidad de los integrantes del ayuntamiento? Sin lugar a duda y lo reitero. El patrimonio natural guanajuatense se encuentra seriamente amenazado. 

Me parece que es momento de decirle fuerte, claro y con insistencia al PresiMiente y su pandilla, que el territorio forma parte del patrimonio natural de los guanajuatenses y que, por lo tanto, no pueden hacer y/o apoyar las ocurrencias y caprichos que al campeón de las necedades y las tonterías se le ocurra. Lo repito, el territorio no es propiedad del ayuntamiento. 

No podemos permitir entonces que este patrimonio natural que es un bien común, sea violentamente transformado, degradado y en beneficio de unos cuantos, se pretenda y se busque por parte de un ayuntamiento ignorante y caprichoso, que se deforme y pierda esa excepcional riqueza natural que históricamente ha identificado, distinguido y enorgullecido a los guanajuatenses. 

*Doctor en Pensamiento Español e Iberoamericano Universidad Autónoma de Madrid, España. 

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