Imaginemos esta escena: Van caminando por la calle y de repente vemos que una pareja está discutiendo. En eso el hombre comienza a gritarle e a insultar a la mujer. La jalonea y está a punto de golpearla. ¿Qué harían ustedes? Aún con el riesgo que podría suponer intervenir, existen tres opciones:
- Intervenir físicamente y defender a la mujer.
- Llamar a las autoridades
- Hacer como si nada sucediera y continuar el camino.
Creo que lo que nos diferenciaría del resto serían las primeras dos. La tercera opción, sería la prueba del poco interés que tenemos por la gente y por el desvalido, el que necesita de nosotros.
Los Derechos Humanos no son al contentillo, ni son negociables. No deben ser parte de acuerdos políticos, ni deben ser utilizados como moneda de cambio para satisfacer intereses alejados a éstos.
Bueno, pues lo anterior es una forma un tanto burda pero no alejada de la realidad, de exponer lo que hizo nuestro gobierno al ser el único país de los miembros del Grupo de Lima, que se negó a firmar el documento donde se le pedía a Nicolás Maduro que no tomara posesión nuevamente de su cargo, ya que el mismo surgió de un proceso a todas luces lejos de la democracia, comenzando porque disolvió la Asamblea Parlamentaria y la sustituyó por una afín.
El Grupo de Lima es una instancia multilateral que se estableció con representantes de 14 países con el objetivo de dar seguimiento y buscar una solución y salida a la crisis en Venezuela. Se exige al Gobierno de Nicolás Maduro la celebración de procesos electorales democráticos, la liberación de presos políticos y ofrece ayuda humanitaria al pueblo venezolano.
Las graves violaciones a los Derechos Humanos de parte del gobierno de Maduro, debieran obligar a nuestro país a mostrar una posición clara y contundente respecto a no tolerar dichas violaciones. No se puede bajo ninguna circunstancia ser omiso ante la bestialidad de un dictador, sobre todo porque hablamos de un país históricamente hermanado con nosotros los mexicanos.
¡Hablando de Derechos Humanos, el silencio puede implicar complicidad!
Es lamentable y triste el papel de la política exterior mexicana, en un tema toral como lo son el respeto a la dignidad humana.
La excusa de nuestro gobierno es el principio de no intervención y de libre autonomía, además de que no opinarán de otros gobiernos para que éstos no opinen de México. Sin embargo, lo anterior es desafortunado, pues la soberanía de hoy debemos entenderla muchas veces enmarcada en elementos supranacionales. Es decir, en el mundo globalizado que tenemos, todo se rige más allá de nuestras fronteras, por lo que lo que pasa en un país deja de ser asunto exclusivo del mismo y se vuelve un tema de derecho internacional y de derechos humanos.
La Venezuela de Maduro ha pulverizado todo lo que debe tener un régimen democrático.
Hoy por su actitud en el tema de los derechos humanos, nuestro país compromete que buena parte de los países latinoamericanos tengan ganas de hacer alianzas con nosotros y eso nos dejará aislados y en un mundo globalizado es un auto-knockout.
José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch (HRW), declaró “perdimos a México”.
Si mi opinión respecto a este tema no resulta importante, pues la del Director de Human Rights Watch sí debería serlo.
Esa es la opinión que se tiene de México en el extranjero y es algo de lo que no podernos darnos el lujo.
