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martes, abril 23, 2024

“Mamá, sigue nadando…”

Por: Asdisde Ruiz Rabelo y Miriam del Toral
Declaro no tener conflicto de interés.

“Entiendo que tienes mucho dolor. Entiendo que acabas de tener a nuestro hijo y que sientes que el mundo está rompiéndose en pedazos. Sé que quieres llorar, sé que te sientes culpable, sé que en este momento estás muy vulnerable. Lo entiendo todo, pero en nombre de la mujer con la que me casé, la que no se rinde, la que sigue adelante a pesar de todo, te suplico que te levantes de esta cama y ayudes a nuestro hijo a salir de aquí. Sólo tú tienes el poder de hacerlo. Solo tú puedes darle lo que él necesita y eso es TU LECHE. Sé que, si tú lo alimentas, él saldrá de ahí. Por favor, por todo lo que eres, ve a salvarlo.” – me dijo mi esposo, agotado y sacó de mí la fuerza necesaria que me levantó como un gancho.

Esta es la historia de Asdisde y su hijo Mathias, quien anunció que venía al mundo tras una amenaza de aborto a las 8 semanas de gestación.  Sus padres recibieron la noticia un poco en shock, pues pensaban que eran molestias de una gastritis y llevaban un método anticonceptivo pero, asimilaron la noticia y se prepararon para recibirlo.

Asdisde nos cuenta: “Aún con el stress del trabajo y mis antecedentes de depresión postparto, tuve el mejor embarazo de mi vida. Leí el libro “El Concepto del Continuum”, de Jean Liedloff que me abrió una visión totalmente nueva a la crianza natural y más consciente; tomé un curso de lactancia, me inscribí a foros como el tuyo y compré todo lo necesario para lo que sabía que podría ser un periodo de muchos retos pero… pero nada me preparó para lo que tendríamos que vivir.

Todo fue normal hasta la semana 36, cuando el bebé quiso salir antes de tiempo y estuve internada en el Hospital para detener el parto y revisar que pasaba. Mathias venía con una malformación de la válvula del píloro y tendría que ser revisado al nacer para dar un pronóstico. Con mucha fe, logramos llegar a las 38 semanas y nació el 02 de marzo a las 8:35 pm.  pesando 4.550 grs. y midiendo 60 cms.

Desde la primera toma comenzó a vomitar sin parar. Durante toda la noche no retuvo absolutamente nada de alimento. No lograron que reaccionara y se lo llevaron a Terapia Intermedia para revisarlo.

Además de la cesárea, me realicé una salpingoclasia para ya no tener más bebés. Aunque mi umbral del dolor es muy alto, cada vez que intentaba levantarme de la cama, mi cuerpo no respondía por el enorme dolor físico que tenía. Yo oscilaba entre la preocupación, el dolor y el cansancio. Mathias no mejoraba y temíamos que lo íbamos a perder. Entonces, pensé cómo había luchado por llegar hasta nosotros y como seguía haciéndolo ahí, con agujas en su cuerpecito indefenso. Tuve un pensamiento en el que me llamaba diciéndome: “Mamá, sólo sigue nadando, sólo sigue adelante, que yo estoy aquí contigo.” — Y en eso, mi esposo me dijo aquellas palabras que sacaron de mí la fuerza necesaria para levantarme como un gancho.

Pedí que me llevaran a ver a mi hijo y parece que estaba esperándome. Se pegó a mi pecho al primer intento y comenzó a comer. Yo sentía que me iba a desmayar de dolor al estar sentada sosteniéndolo, pero no me importó. Mathias me dio la fuerza necesaria para tolerar todas las demás veces en el día que fui a verlo y a darle de comer como muchas otras mamás que fueron dadas de alta dejando a sus bebes ahí. Son esas mujeres, heroínas de la vida real.

Aunado con el tema de la válvula, tenía una hernia umbilical que se salió de control y comenzó a crecer de manera descontrolada. A los 45 días de nacido lo operaron. La recuperación de Mathias fue asombrosa y gracias a los médicos y a la Leche Materna, recuperó su fuerza muy pronto y su desarrollo se dio de manera normal.

Gracias a la familia que tengo y que trabajó conmigo hombro a hombro, a mi esposo, que es mi mejor amigo y mi compañero en esos momentos de tanto dolor para los dos, la lactancia de Mathias fue maravillosa. La leche materna ha sido uno de los grandes milagros que Dios hizo a través de mi cuerpo. Salvó la vida de mi bebé y la mía en formas que yo desconocía y me permitió vivir un postparto – aun con todo lo duro que vivimos – libre de depresión, de ansiedad y de angustia.

Curiosamente ese pensamiento que Mathias me envió en el Hospital al decirme: “Mamá, sigue nadando…” me resuena cada vez que repetidamente pide ver “Buscando a Nemo” y cantar con Dory: “Nadaremos, nadaremos, en el mar, siempre hay que nadar nadar…”. Y lo escucho en mi cabeza cada vez que las cosas se ponen grises o difíciles. Él siempre me inspira a seguir adelante…. Y a seguir nadando”.

Miriam del Toral
Miriam del Toral
WhatsApp para asesoría de lactancia: 477 674 9021. Asesora especializada en Lactancia y Múltiples, Lactivista, columnista, comunicóloga, especialista en Desarrollo Humano y en Facilitación de Grupos. Acompañante Tanatológica. Es fundadora de Maternidad Sustentable, donde se difunde información sobre lactancia materna y crianza respetuosa. Docente en PILU. Colabora en Fuente de Vida, Grupo de Apoyo a la Lactancia y en UPA Tribu.

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