Cuando uno ve el primer celular que se sacó al mercado, no se puede mas que pensar para qué tipo de casas es ese ladrillo. Porque admitámoslo, eran realmente grandes, pesados y aparatosos. También sin duda has escuchado que un celular normalito actualmente tiene más capacidad y por mucho, que el sistema de navegación utilizado por el Apollo 11 (El Apollo Guidance Computer), aproximadamente unas 4 mil veces mejor al menos si comparamos los procesadores (1MHz vs 2GHz dos núcleos de un celular actual).
¿Cómo es posible que los aparatos electrónicos se hayan hecho cada vez más pequeños? ¿Cómo es que algo que antes costaba una suma casi millonaria como era tener una de los primeras computadoras ahora lo tengas con una fracción de lo que es tu celular? O que esos tabiques que se llamaban celulares (hoy funcionalmente son eso, tabiques) ahora quepan en el tamaño de un reloj de pulsera.
Pues para poder explicar esto hay que explicar primero unas cuantas cosas, la primera de ellas es ¿De qué están hechos los chips? Pues bien los chips están conformados por muchísimos dispositivos electrónicos llamados transistores, un transistor burdamente lo podemos definir como una especie de llave que permite regular el flujo de electrones que van de una parte a otra. Cuando tenemos una serie de componentes electrónicos conectados se dice que tenemos un circuito electrónico, así que los transistores son esas llaves que nos permiten controlar cómo pasa la electricidad de una parte a otra.
Cuando estos transistores se conectan de cierta forma unos con otros se pueden hacer muchas cosas, desde transmitir información a guardarla. Así que la capacidad de una computadora, celular o calculadora incluso deben en buena parte de la cantidad de transistores que tenga y en cómo estén estos ingeniosamente acomodados para cumplir su propósito.
Así llegamos a algo llamado “Escala de integración” esto indica cuantos transistores es posible meter en 1 in2 (1 pulgada cuadrada), este número era de unas cuantas decenas en 1965, cuando el cofundador de Intel, Gordon E. Moore indicó que al parecer la cantidad de transistores que se ponían en 1 in2 ¡Se duplicaba cada año! Aunque luego corrigió en 1975 e indicó que se duplicaba pero cada 2 años. Y al ver cómo esto se cumplía cada año fue que se le llamó la “Ley Moore”. Así que esto explica en gran parte como cada año salía un aparato del mismo tamaño que el anterior pero con bastante más capacidad, logrando al mismo tiempo que se abaratara la tecnología, y así pasamos de un tabique a algo del tamaño de 5 monedas de 10 pesos apiladas (smartwatch). De unas cuantas decenas de transistores a miles de millones.
Pero, ¿seguirá esto hasta el fin de los tiempos? Pues lamentablemente no, de hecho ya estamos en la recta final de esta “ley” al menos con la línea tecnológica actual (usando Silicio). Se estima que aproximadamente para 2022 ya no será válido esto, logrado el tamaño mínimo de un transistor de silicio, esto es de 4-5nm (10 millones de nanómetros son un centímetro). Ya que más pequeño que esto se tienen algunos problemas de física cuántica que impiden que funcionen los transistores como deben (efecto túnel).
Y entonces ¿Qué pasará con los avances tecnológicos? ¿Se detendrá la innovación en los aparatos, en nuestros celulares? Pues recuerdas que te mencione qué se dependía de la cantidad y del ingenio para conectar estos transistores, pues ese ingenio aún sigue encontrando maneras de mejorar la tecnología todos los días. Y más cuando se acercan los transistores a base de nanotubos de carbón y procesadores cuánticos los cuales ya se están desarrollando y nos permitirán aumentar la capacidad de procesamiento por 1000, bueno, al menos eso se espera. Pero eso lo revisaremos en otra ocasión.
Por lo pronto recuerda que comprar el celular último modelo tal vez no sea lo más sensato en cuanto a costo/beneficio, es probable que puedas comprar algo igual de bueno el siguiente año y por una fracción del precio, o que con ¾ del precio puedas comprar lo mejor del año pasado, y que esa cosa que se le rompe la pantalla a cada rato es una maravilla de la tecnología.
*Agustín Gallo Fernández es ingeniero en Comunicaciones y Electrónica, actualmente cursando el Posgrado en Ciencias e Ingeniería de la Computación en el Área de Señales, Imágenes y Ambientes Virtuales, realizando investigación con Sistemas Hápticos Mixtos, en el entrenamiento de Profesionales de la Salud.
