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viernes, abril 19, 2024

Mente-fractura

Con eso de que ya casi nadie forma políticos serios, cualquier neoeriano es bueno.

El gobernador de Guanajuato es de esos guerreros de la luz que se lanzan a proferir mantras, cantaletas repetitivas apantalla tontitos. Su “informe” se realizó a la manera de los charlatanes de mente millonaria que aspiran al éxito instantáneo con solo echarle harta vibra al esfuerzo.

El eneagrama dibujado por el equipo gobernante es indescifrable políticamente hablando; es solo un revoltijo que no atina a orientar un proyecto, como antes lo intentaron los viejos azules, esfumándoseles en el largo trayecto de tres décadas.

Presumir crecimiento económico en un entorno detenido y desde el puerto interior suena a bofetada a los empobrecidos que se multiplican; presumir innovación a partir de la ignorancia; construir escuelas militarizadas para enaltecer la violencia institucional; resistir la embestida austericida presidencial cargándole los costos a los guanajuatenses; y, sobre todo, haciéndose como que la virgen habla para no voltear a ver el territorio expropiado a sangre y fuego por la criminalidad impune. Todo eso es un Estado en fuga.

Pero, ¿qué hace un político? Obvio, política. Acercarse a sus conciudadanos cara a cara a los que se debe, realizar acciones avaladas por sus habitantes, utilizar cuanta herramienta útil sea para arrimar el hombro. Todo bajo el amparo estricto de la ley: cumplir y hacer cumplir la ley que jura cuando asume los cargos.

Mientras haya inseguridad impune, mientras la pobreza no alcance las derramas que gozan los de siempre y mientras finjan ser gobierno nueva era, Guanajuato verá desteñirse rápidamente al blanquiazul, hoy arrinconado en León.

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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