En el 2018 se llevarán a cabo elecciones generales en el país. Para nuestra vida democrática, política y social, es el momento que nos deberá permitir impulsar y reencauzar nuestro rumbo como nación y como estado.
En Guanajuato las condiciones están ahí, expectantes. Será muy interesante pues se presentan escenarios nuevos como la figura de la reelección, pero también las candidaturas independientes, que si bien es cierto es una figura que desde las elecciones anteriores fue utilizada, ahora se verá potenciada hasta ser considerada una fuerza social y política que deberá servir como contrapeso a la partidocracia y al autoritarismo político.
Guanajuato tiene en promedio un abstencionismo del orden del 62%. Dentro de ese porcentaje están comprendidos muchos jóvenes de 18 a 29 años que no votan. Ciertamente resulta interesante y no menos preocupante, el conocer porqué un joven al que lo acaban de empoderar al darle su credencial del INE, no le resulta importante ir a votar.
A los “Millennials” como nos referimos a los jóvenes de hoy, nos los describen como una generación apática y poco interesada en las circunstancias y causas sociales. Se les acusa de indiferentes y egoístas. Pareciera que tienen una vida paralela a todos los demás. Eso se dice de ellos.
Yo tengo una fundación que promueve la donación altruista de sangre. El 93% de las unidades de sangre captadas en nuestras campañas nos las han regalado jóvenes de 23 años o menos. Ahora que fueron los sismos, todos vimos por televisión a miles de jóvenes supuestamente apáticos y egoístas cargando escombros; los vimos organizando brigadas de ayuda y de captación de víveres. Vimos jóvenes “indiferentes” con lágrimas en los ojos ante la desesperación por querer hacer más, pero sobre todo vimos que los “Millennials”, esta generación que en teoría “no participa”, tomó el control de las circunstancias y ante una autoridad pasmada y rebasada, pasó a la acción.
Confirmé que los jóvenes literalmente nos tienen en sus manos y no al revés.
A nuestros políticos miopes no les ha interesado comprender lo anterior. Tan es así, que ni siquiera se detienen en tratar de convencerlos de que voten. Saben que sus despensas y cobijas no alcanzan para comprar las voluntades de la gente que cuestiona, por eso pasan de largo cuando están frente a ellos.
Hoy la democracia necesita más que nunca a los jóvenes.
Cuando les preguntas por qué no votaron, su respuesta es que no les interesa pues siempre ganan los mismos. No se sienten representados. No creen en la gente que ostenta el poder, ni en los partidos, ni en el INE. Asumen que la forma en la que pueden manifestar su inconformidad es precisamente ausentarse de las urnas.
Pero hay otra receta para la inconformidad: EL VOTO precisamente. No existe mayor acto de rebeldía política y democrática que VOTAR. Por ejemplo, en Irapuato en las elecciones pasadas votaron 170,000 personas de un universo de 400,000. Ricardo Ortiz, nuestro Alcalde, obtuvo más menos 68,000 votos por 63,000 que obtuvo el PRI y su coalición. De acuerdo a estimaciones del IEEG más de 110,000 jóvenes menores de 30 años no votaron. Esos 110,000 votos “millennials” pudieron haber hecho que ganara cualquier partido o candidato por si sólo.
Hoy, tenemos un Alcalde por el que votaron sólo 17 de cada 100 personas que podían votar, pero que además se siente tan legitimado que ya nos “amenazó” con que buscará la reelección. La receta contra el cinismo y la desvergüenza política es votar. Debemos ejercer el poder que nos da nuestra democracia, pues sólo así podremos impulsar a que lleguen las personas que ven más allá de sus intereses personales.
Los “Millennials” son primero que nada una generación que cuestiona y que duda y eso está muy bien. Además, participan y asumen el control cuando deben hacerlo. Me consta que son solidarios y tienen ganas de cambiar las cosas. Así que ahora es cuando. Participemos en la elección con nuestro voto y reescribamos la historia de la gobernanza en nuestro Estado.
En el tema de cómo cambiar el rumbo político del Estado, los jóvenes tienen mucho qué decir al respecto. Hay que motivarlos para que expresen en las urnas eso que tanto nos molesta a todos y aprovechando, saquemos a toda esa gente indigna de los cargos que ostentan y ocupemos los espacios con gente que verdaderamente muestre un respeto por la sociedad y sus problemáticas.
Vienen unas elecciones donde se romperán varios paradigmas y ahí estaremos para ser parte de ello.
*Eric Bolívar Alonzo es abogado especialista en Derechos Humanos, activista en apoyo a migrantes centroamericanos, colaborador voluntario de la Fundación TELETÓN, columnista, fotógrafo; actualmente dirige Donadores Compulsivos Guanajuato A.C., dedicada a promover la donación altruista de sangre y plaquetas.
Correo electrónico: Ebolivar1975@gmail.com.
