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lunes, marzo 18, 2024

¿Movimiento estudiantil guanajuatense, sólo anécdota?

Estudiantes de la Universidad de Guanajuato, al que se sumaron personas de otros ámbitos, lograron expresar su indignación ante las violencias de que son objeto, y particularmente, la violencia de género por el homicidio de otra joven estudiante, detonante para salir de zona de ignorancia, pasividad, indiferencia o confort no obstante que varios compañeros, especialmente mujeres, habían sido agredidos tiempo atrás. Más de una decena de homicidios, feminicidios o asaltos, así como de acoso y abuso sexual de profesores denunciados con nombres y apellidos, e impunes, no ameritaron expresión solidaria. Ahora sí plantearon demandas a las autoridades universitarias, como al gobierno del Estado y del orden municipal.  A través de un movimiento horizontal, sin liderazgos individualistas o personalistas, exigieron justicia y seguridad para lo cual hicieron paro estudiantil a partir del miércoles pasado, y propusieron un diálogo público directo con dichas autoridades para impedir que alguien traicione su movimiento. Sus demandas básicas para volver a las aulas son condiciones mínimas de seguridad, sin posiciones extremas, y la renuncia de dos académicos por incompetencia y por imputación de agresiones sexuales a alumnas; ni estudiantes muertos ni profesores acosadores, clamaron. Las primeras respuestas de las autoridades fueron lamentables, primero el silencio, luego cierre de espacios universitarios, incluyendo la escalinata del edificio central, a las protestas.

Este lunes los estudiantes también lograron una disculpa pública del Gobernador del Estado y del Rector General de la Universidad, inéditas en la vida pública de Guanajuato, y la asunción de compromisos de seguridad urgentes, por lo que este martes levantaron el paro estudiantil. Habrá que dar seguimiento a esos compromisos, particularmente del lado de los alcaldes. Los procesos en la Universidad y las ciudades para garantizar respeto pleno a los estudiantes y no impunidad ante acoso y abuso sexual, así como seguridad en las plazas y vías públicas serán complejos y de largo aliento, por lo que los estudiantes requerirán adquirir algo más que buena voluntad, hábitos buenos, actitudes sociales que no queden en anécdota o hagan vida efímera esta capacidad y necesidad de ser solidarios con víctimas de dolor evitable, dolor que puede llegar a ser propio.

Estudié en la Preparatoria en Irapuato de la Universidad de Guanajuato, por lo que ésta pudo ser mi Alma Mater; en agosto de 1972 presenté examen de admisión a la escuela de Derecho y fui admitido con el lugar 6º de calificación. Don Eugenio Trueba Olivares me indujo entonces ir a estudiar a la Escuela Libre de Derecho, donde él cursó los primeros dos años. Allá fue mi maestro de sociología, Don Isaac Guzmán Valdivia -egresado de la UG y fundador de la carrera de relaciones industriales en la Ibero-, quien al tiempo me hizo profesor adjunto, y me previno luego de los sismos de septiembre de 1985 que aquellas expresiones de solidaridad de miles de jóvenes y adultos con damnificados podían quedarse en el anecdotario si no se traducía a términos de vida, si no se convertía en proyecto personal y comunitario esa capacidad y necesidad de servicio al prójimo como a sí mismo, especialmente a los más necesitados en las circunstancias concretas que nos tocase vivir. El tiempo le ha dado la razón. Solo a cada siniestro viene respuesta solidaria que pronto se desvanece. ”Llamaradas de petate”. Ese movimiento de #NiUnaAbejaMenos tiene frente a sí el reto de traducirse en proyecto comunitario de largo aliento también.

La misión de las universidades es precisamente la educación como motor de transformación de cualquier sociedad; y educar es actualizar las capacidades de perfección de los educandos para trascender. Ello implica evitar futuras víctimas de violencia. Nadie lo merece. Asumamos nuestra responsabilidad, en la perspectiva de Eduardo Galeano: “Personas pequeñas, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, son las que van a cambiar al mundo”. Para no ser solo anecdótico, sino cultural. Abeja. Colmena.

Juan Miguel Alcántara Soria
Juan Miguel Alcántara Soria
Analista político y experto en seguridad.

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