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viernes, abril 19, 2024

¡Mujer fuerte y valiente!

Lydia Cacho es una periodista, escritora y activista en materia de derechos humanos -particularmente los de las mujeres- y de la que ciertamente admiro muchas cosas, pero sobretodo el que no se ha rendido nunca, pese al riesgo latente sobre el que ha transitado. Siempre ha peligrado incluso su vida… y nunca se ha rendido.

Hace 14 destapó años una cloaca de esas que sabemos que existen y que nos rodean, una donde estaban inmiscuidos políticos del más alto nivel y empresarios de muchísimo poder, pero aquí además había elementos que la hacían mucho más grave e indigna, hablamos de pederastia, tortura, corrupción en todos los niveles para encubrir a cada una de esas personas importantes y que les permitieron casi salir avantes y hasta empoderados de sus acciones tan ruines. Afortunadamente, sólo casi.

Siempre he querido creer que tarde que temprano -muchas veces más tarde de lo que esperamos- pero termina emergiendo la verdad y con ella, se ponen en relieve -tanto positivo como negativo-, a cada una de las personas que participaron.

Hace 14 años Lydia Cacho fue detenida a causa de la publicación de su libro “Los demonios del Edén”, en el que hacía una denuncia sobre una red de pederastia en el Estado de Puebla, donde estaban involucrados empresarios y funcionarios de ese estado, comenzando con el entonces Gobernador Mario Marín conocido como el “Gober preciso” y un empresario muy poderoso llamado Kamel Nacif, conocido en el ambiente textilero como el “Rey de la mezclilla”.

En diciembre de 2005, cuando Marín llevaba algunos meses al frente del Gobierno poblano, Lydia Cacho fue detenida arbitrariamente en Cancún, a raíz de una denuncia de Nacif por difamación.

En el traslado a Puebla desde Cancún, la periodista fue torturada y amenazada con ser violada o incluso asesinada por parte de los agentes que la detuvieron. Lydia Cacho pudo pagar una fianza y seguir el proceso en su contra fuera de la prisión.

Pero todo tomó otro cáliz, cuando en 2006 se difundió una conversación telefónica entre Marín y Nacif, donde este último ser refería al primero como: “el gober precioso” y le agradecía por la detención de la periodista y de haberle dado “un coscorrón”

Lydia Cacho denunció por su parte a los agentes que la habían detenido y en 2007 la Suprema Corte de Justicia de la Nación -en votación dividida- señaló que no hubo violaciones graves a los derechos humanos de la periodista.  Creo que, por casos como estos, somos muchos los que sentimos que la Corte tiene una deuda histórica con México. Muchos de sus decisiones no han estado a la altura de las circunstancias y si las decisiones las toman personas, entonces esas personas no han estado a la altura de su encargo como ministros.  

Para muestra de lo anterior, Lydia Cacho siguió su lucha en los tribunales, hasta que, en julio de 2018, el Comité de Derechos Humanos de la ONU emitió por primera vez en la historia una resolución contra el Estado Mexicano que se contraponía con lo que antes había determinado la Suprema Corte. Ese fue un golpe frontal a la soberbia de la Corte y sus Ministros.

La suerte de Cacho cambió a raíz de la resolución de la ONU y en enero de este año, ya con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el Estado Mexicano en voz de la Secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero, le ofreció disculpas públicas por los actos de tortura de los que fue víctima.

Cínico como siempre, Mario Marín reapareció apenas en marzo pasado en el arranque de campaña del candidato del PRI en Puebla y dijo ese caso ya debe “olvidarse pues la Corte lo había exonerado”.

Sin embargo, esto aún no acaba. La justicia se comienza a asomar y apenas hace unos días, el Primer Tribunal Unitario de Cancún giró 4 órdenes de aprehensión contra Marín, Nacif, Hugo Adolfo Karam Beltrán, exjefe de la Policía Judicial de Puebla y Juan Sánchez Moreno, exdirector de Mandamientos Judiciales del estado, por los actos de tortura cometidos contra Lydia Cacho.

El caso es emblemático en muchos sentidos. Hablamos de la figura de una mujer fuerte y que con dignidad ha enfrentado a los poderes económicos y políticos; hablamos también de llevar a su máxima expresión la defensa de la libertad de expresión, siendo que siempre ha sido intimidada y amenazada.

Me encanta ver a una mujer fuerte y valiente. Me gusta que la ONU haya sacudido a la Corte. Me gusta también la disculpa pública del Gobierno de AMLO y me gusta pensar en que se les puedan caer las sonrisas cínicas a esta gente que debería -y estarán- fuera de circulación un buen rato.

¡Es hora de tener buenas noticias en los temas de elemental justicia!

 

Eric Bolivar
Eric Bolivar
Abogado especialista en Derechos Humanos, activista en apoyo a migrantes centroamericanos, colaborador voluntario de la Fundación TELETÓN, columnista, fotógrafo; actualmente dirige Donadores Compulsivos Guanajuato A.C., dedicada a promover la donación altruista de sangre y plaquetas. Correo electrónico: Ebolivar1975@gmail.com. Twitter: @eric_bolivar

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