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viernes, abril 19, 2024

Nacido para matar

Es gracioso pensarlo, pero los divorcios son elementos que en el cine contemplamos modernos, siendo su primera aparición en tono serio con Kramer vs Kramer (Robert Benton, 1979). Lo cual… no es tan cierto pero la historia no quiere darle honor a Robert Wise, nunca.

Y no lo entiendo.

Uno de mis directores favoritos es también uno de los más tachados dentro de la lista de cosas que hizo y de todos los géneros que tocó. Quizás es por la poca historia detrás de sus películas y trabajo al pie de la letra que suena bastante tedioso a comparación de otros directores legendarios que entran en la categoría de “autor”, pero tachar a Wise de inepto es un error común.

Wise comenzó su carrera siendo editor de la RKO y uno de los trabajos en donde ganó notoriedad fue en el montaje de cierta película que habla sobre un millonario y la búsqueda de un periodista por saber el significado de su última palabra. Esta película todo mundo la conoce y hay que reconocer que el trabajo de Wise es soberbio, con la imposición de imágenes que dan un aspecto de ensueño, hasta la distorsión del tiempo narrativo con las entrevistas para saber del misterioso señor Kane.

A partir de ese éxito –tachado, porque Hollywood si algo tenía en ese tiempo era que ODIABA Ciudadano Kane- Wise fue encargado como director para suplir un espacio de emergencia para El regreso de la gente gato (1944) una película que no tenía sentido de existir pero que, para sorpresa de todo mundo resultó ser más elegante de lo esperado.

RKO Pictures se dio cuenta de eso y aprovechó la situación con Robert Wise para que dirigiese proyectos del estudio con las tres B: bueno, bonito y barato; Y Wise lo hizo, exploró cualquier género existente en su carrera pero en la etapa de RKO, su asociación fue con el género estrella de la década de los años cuarenta, el de detectives, mujeres peligrosas y asesinatos que deben ser resueltos: el noir.
Y como buen artesano del cine, nunca defraudó, dejando joyas como Nacido para Matar.

Helent Brent (Claire Trevor) acaba de salir del estrado porque esta mujer se acaba de divorciar. Por tener que trasladarse hasta Reno está viviendo por unos días en una casa con la señora Kraft (Esther Howard) y Laury Palmer (Isabel Jewell), dos mujeres que celebran la valentía de Helen y que adoran la fiesta. Laury saldrá por la noche con un nuevo galán y se lo presume a las mujeres, haciendo que Helen termine más fastidiada porque no quiere saber más de hombres… hasta que cae la noche.Cansada de quedarse en casa, asiste a un casino en donde ver a un hombre jugar dados, queda de inmediato prendida de su mirada ruda y agresiva y él lo nota.

Antes de que se declaren unas palabras, Laury llega emocionada con su pareja a saludar a Helen y por alguna razón causa un disgusto en el hombre que le atrajo. Después sabemos el nombre de este, es Sam (Lawrence Tierney) y está furioso porque Laury salía con él. En un arranque de ira los sigue hasta la casa y los asesina a sangre fría, huyendo del lugar esperando que nadie haya presenciado.

Sólo que se va a destiempo porque Helen llega en el momento equivocado, ve los cadáveres… y no hace nada. Decide que será mejor regresar a su hogar en San Francisco, con su hermana y su novio, el problema es que se encuentra a Sam, quien también está huyendo al primer tren que pueda tomar y estos dos quedan irremediablemente enamorados, el problema es que Sam es un peligro para cualquiera que respire.

Nacido para matar es única en el género porque decide romper los esquemas tradicionales de este y jugar con las percepciones de la gente de manera atrevida y muy agresiva para la época. En su estreno se tachó de violenta, que glorificaba la violencia y la maldad de sus personajes, pero en ningún momento se nos miente de esto: los dos personajes, Sam y Helen, están podridos.

Helen es una mujer atractiva pero que se siente vieja y siempre rechazada. Acaba de salir de un divorcio que no le permite tener comodidades monetarias y ve con recelo la buena vida que tiene su hermanastra Georgia (Audrey Long) a quienes los hombres desean por su atractivo virginal y por ser dueña de un periódico gracias a una herencia. Helen rechaza las cogniciones sociales, no ayuda en el caso policiaco, engaña a su pareja, asiste en actos criminales y se avienta al primer tipo que le desata deseo sexual porque la vida le ha hecho sentir mal. Es un gran papel por parte de Claire Trevor a quien uno percibe un odio entre sus ojos que ya se le perciben unos años de más, porque es una mujer deseosa de más… básicamente es el mensaje de la típica princesa Disney pero que se encuentra con lo peor.

Porque Sam es aterrador.

No es un mito lo que se decía de Lawrence Tierney, un tipo que sólo pudo haber actuado en una película llamada “Nacido para matar”, porque Lawrence tenía una afinidad natural por la violencia. Desde su físico atrae porque Tierney tiene un atractivo del matón: peligroso y de mirada dura, dominador con las mujeres en un estado casi animal; es muy probable que no necesitara de actuar porque Tierney era un Sam, peleaba por celos y era capaz de amenazar a cualquiera con objetos punzocortantes. No tengo idea de dónde lo consiguieron pero es perfecto y uno de los mejores villanos de la década porque es grotesco y carente de valores, sin embargo conquista al espectador con su malicia.

Y vemos el descenso de este par que termina por volverse una pareja trágica.

El guión de Eve Greene y Richard Macaulay abandona las secuencias de acción y casi vuelve a la película en una más del lado del terror y suspenso porque sabemos que niguno de los personajes que interactúen con Sam están a salvo, y eso fue muy novedoso para su época e irónico porque se le tachaba de una visión malsana del mundo cuando el género es celebrado por su amoralidad entre los personajes.

Nacido para matar es un sorprendente drama olvidado por el tiempo. Se va más a un terreno que pocos pensaban explorar dentro del noir y crea una relación compleja entre sus personajes principales de manera fluida y entretenida como una comedia negra. El tener muchas capas de género en una época que no le tocaba hizo que la obra de Robert Wise tuviese el mismo calificativo que al que le hacen a Helen: el de un corazón frío y pútrido.

Bueno ¿Y qué si lo es? No deja de ser un gran filme.

Por desgracia no existe un tráiler del filme porque internet a veces puede ser un lugar ignorante, pero aquí una escena para comprobar la maestría de Wise de pasar por diversos géneros y cautivar con una escena de asesinato… y un perro.

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