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viernes, abril 26, 2024

No cualquiera puede ser testigo de un milagro

Por: Miriam del Toral y Merli Muñoz

10 de noviembre del 2017. A horas del nacimiento de su hijo, Merli publicaba:

“El problema es que si yo me caigo ¿quién te levanta, mi amor?

Pero también me pregunto ¿quién realmente le está dando la vida a quién?”

André nació con 26 semanas de gestación, pesaba 1 kg y medía 33cm.

“Tuvimos un embarazo tranquilo hasta el sexto mes, después, tuve una infección que provocó la ruptura de membranas. Recuerdo perfectamente que tuve muchos sentimientos encontrados, estaba muy asustada y triste porque la esperanza de vida era muy poca.

Tuvimos dos largas semanas de reposo hasta que la placenta se quedó sin líquido amniótico. Empecé con contracciones y corrimos al hospital donde me realizaron una cesárea.

Recuerdo la primera vez que lo vi, estaba tan chiquito y frágil. Me fui con el corazón hecho pedazos a mi casa y deseando más que nunca estar con él en todo momento.

Mi mente bloqueó algunos recuerdos tristes y afortunadamente siempre tuve el apoyo de los doctores y enfermeras que hicieron que poco a poco disfrutara de mi maternidad a distancia. Recuerdo estar estimulando mis pechos para que André obtuviera el mejor regalo que en ese momento le podía dar: su leche materna.

¡Después de un mes de no poder ni siquiera tocarlo, pude cargarlo por primera vez! ¡Es indescriptible como puedes sentir todo el amor y tener que dejarlo cada noche hasta que estén listos para llegar a casa! ¡Fue el sentimiento más fuerte que he tenido y sin duda, la prueba más dura y difícil pero también la más gratificante!

Unos meses después, nos integramos a Upa Tribu y fue un cambio total en nuestra vida. Conocer el porteo ergonómico y bailar con mi bebé, definitivamente nos abrió las puertas a un mundo desconocido muy gratificante. Para André, pasar todo ese tiempo pegadito a mí, cuerpo con cuerpo, aportó un gran estímulo y se notaba en las mejorías que tenía.

Sin duda, llegar a Upa fue la casualidad más bonita de mi maternidad. Jamás imaginé sentirme tan bien, tan acompañada por un grupo de mujeres que entendían perfectamente mi sentir. Mi tribu siempre me abrazó y me acompañó en este camino y es algo que siempre voy a llevar en mi corazón.

Ahora tengo la certeza de lo fuerte y valiente que soy como persona, pero aún más cierta de lo fuerte y valiente que un prematuro puede llegar a ser.

Los papás y mamás de un prematuro somos afortunados, después de todo, no cualquiera puede ser testigo de un milagro.

 

Miriam del Toral
Miriam del Toral
WhatsApp para asesoría de lactancia: 477 674 9021. Asesora especializada en Lactancia y Múltiples, Lactivista, columnista, comunicóloga, especialista en Desarrollo Humano y en Facilitación de Grupos. Acompañante Tanatológica. Es fundadora de Maternidad Sustentable, donde se difunde información sobre lactancia materna y crianza respetuosa. Docente en PILU. Colabora en Fuente de Vida, Grupo de Apoyo a la Lactancia y en UPA Tribu.

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