Además de ser mamá, al trabajar con infancias como psicoterapeuta infantil enfocada en la disciplina positiva y crianza me ha permitido adentrarme en el mundo de los niños, conocer sus puntos de vista, cómo viven sus emociones y empatizar con ellos.
Dentro de la consulta psicológica con ellas y ellos, he podido ser testigo de cómo les influyen y afectan las situaciones que viven en su entorno, es por eso que hoy quiero hablarte sobre el bullying.
El bullying o acoso escolar, es la agresión para ejercer poder sobre otra persona con amenaza física y/o psicológica que se repiten constantemente causando angustia en la víctima. Puede ser de diversos tipos: físico: empujones, patadas. Verbal: insultos, descalificativos. Psicológico: conductas que buscan afectar la autoestima y autoconcepto de la víctima. Cibernético: acoso que se ejerce desde plataformas de internet.
Frases como: “ya le he dicho a mi maestra, incluso a la directora y no hacen nada, no sirve decirles”, “¿para qué decir si no hacen nada los adultos?”, “lo ignoro como me dijeron y sigue molestándome”, “persiguieron a mi hermano hasta el baño y las maestras no se dieron cuenta…”
La mayoría de los niños y de las niñas callan la situación de acoso hasta que su cuerpo no resiste más, presentando síntomas físicos como dolor de cabeza, ansiedad reflejada en morderse las uñas; niños que incluso han estado en seguimiento con cardiólogo porque como síntoma médico debido a la angustia, apareció taquicardia en su corazón llegando a desmayarse, niñas de primaria alta llorando por ir al colegio, buscando opciones para faltar.
En terapia he trabajado con infancias que han sido víctimas de bullying, pero hasta ahora, no he tenido en consulta a ningún niño o niña que haya ejercido el acoso, el bully… el victimario, en términos lingüísticos.
¿Qué necesitamos los adultos para comprender el dolor de los niños y las niñas vulneradas? ¿Cómo dejamos de normalizar o minimizar emociones dolorosas por las que atraviesan? En varias pláticas que he tenido con personas a mi alrededor he escuchado constantemente la frase: “tiene que aprender a defenderse”, es lo mismo en todas las escuelas, incluso añadiendo que han aconsejado a sus hijos que si no entiende la parte acosadora con palabras, regresen el golpe (en caso de agresividad física).
Quisiera que los adultos pudieran ver el dolor que causa en las infancias el bullying, me encantaría se le diera la atención y seguimiento adecuado en las escuelas, y que no solamente las víctimas del acoso acudieran a terapia (para aprender a defenderse), sino también la otra parte, los victimarios, porque algo está ocurriendo en su mundo interior que actúan de ésta manera, en su propia historia algo está doliendo a nivel emocional y no han encontrado una gestión adecuada así como no ha habido un entrenamiento en empatía , esa capacidad del ser humano que hoy en día pareciera estar escasa.
Una educación emocional es muy necesaria en casa y escuela, volteemos a ver a los niños, a conectar con sus emociones, aprendamos a detectar cuando requieren apoyo emocional y terapéutico y seamos guías para ellos. Que aprendan a canalizar de manera asertiva sus emociones y ningún niña/o a su alrededor sea un costal emocional donde descarguen sus sentimientos dolorosos.
Te quiero recomendar a un escritor español: Eloy Moreno, quien, entre sus novelas, tiene una que es lectura obligatoria en España a partir de secundaria y que aborda el tema de bullying, se llama: INVISIBLE. Mediante ésta novela nos lleva a sensibilizarnos y empatizar sobre el acoso, cómo lo viven sus víctimas y las consecuencias desgarradoras que puede tener si no volteamos a ver la situación nosotros los adultos. Tiene 2 versiones: una a partir de los 11 años y otra para menores de esa edad, por lo que, sin importar la edad del lector, podemos abordar el tema para llevar a la prevención y reflexión, por cierto, éste libro será convertido en serie televisiva, en la aplicación de Disney Plus con lanzamiento en diciembre, con lo cual tendremos otra herramienta para reflexionar con nuestros hijos y por supuesto como adultos.
Si tu hijo o hija te dice que lo molestan en la escuela, que no quiere ir por esta razón, por favor, hazle caso. Observa si hay cambios en su conducta. Acércate a la escuela, toma medidas necesarias, pero siempre, siempre créele, su salud mental es importante. Su bienestar depende de ello.