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sábado, abril 19, 2025

El Sistema Integral de Cuidados en México: la necesidad de políticas públicas que protejan a las madres y cuidadores en casa

En México, el cuidado de las personas es una tarea esencial y, en muchos casos, invisible, además de menospreciada

“Pero si tú no trabajas, solo te dedicas a tu casa y a tus hijos” ¿Te suena?

Desde el cuidado infantil hasta la atención a los adultos mayores o personas con discapacidad, los cuidadores desempeñan un papel fundamental en la sociedad. Sin embargo, en gran parte, son las mujeres, en especial las madres, quienes asumen este rol, muchas veces sin recibir reconocimiento, apoyo ni una compensación adecuada (¿cuánto tendrías que pagarle a una persona por hacer todo aquello que hacen las personas cuidadoras en una jornada?). Esta situación refleja una de las brechas más grandes en el bienestar social y laboral del país.

El Sistema Integral de Cuidados, que es un conjunto de servicios, políticas y apoyos destinados a garantizar el bienestar de las personas que requieren cuidados a lo largo de su vida, es crucial para mejorar la calidad de vida de las personas dependientes y para reconocer y valorar el trabajo de los cuidadores, principalmente en el ámbito doméstico. En México, la mayor parte de estos cuidados se realiza dentro del hogar, a menudo por familiares, especialmente mujeres.

Desafíos del sistema de cuidados en México:

Actualmente, el sistema de cuidados en México enfrenta grandes retos. A pesar de ser una sociedad que depende en gran medida del trabajo de cuidados, este es desatendido y, en muchas ocasiones, relegado a la informalidad. Las políticas públicas en este ámbito son insuficientes, y los recursos destinados a cuidar a las personas que requieren atención no son suficientes para garantizar un trato digno, ni para aliviar la carga de los cuidadores.

En este contexto, las madres, quienes son las principales encargadas de los cuidados en casa, se ven afectadas por una carga doble: la responsabilidad de cuidar a los demás mientras gestionan otras actividades laborales y domésticas. Este trabajo, en su mayoría no remunerado, genera estrés, agotamiento físico y emocional, y limita el desarrollo profesional y personal de muchas mujeres (aunado a la falta de seguridad social). Además, las mujeres cuidadoras enfrentan la discriminación en el ámbito laboral, ya que las políticas laborales no están adaptadas a sus necesidades, lo que les dificulta acceder a condiciones laborales justas, equitativas y compatibles con sus responsabilidades familiares.

La importancia de las políticas públicas:

Para que el sistema de cuidados sea realmente integral y beneficie a toda la población, es esencial que las políticas públicas reconozcan y apoyen a los cuidadores, especialmente a las madres que dedican su tiempo y esfuerzo al cuidado de familiares en casa. Es urgente la creación de un marco normativo que impulse:

  1. Licencias de maternidad y paternidad más amplias: En lugar de las actuales licencias breves, que dificultan el proceso de adaptación de los padres a la nueva dinámica familiar, es fundamental ampliar estos permisos y ofrecer más tiempo de descanso remunerado a los cuidadores. Además, las licencias deben ser extendidas también para los cuidadores de personas mayores o con discapacidad.
  2. Servicios de cuidado accesibles y de calidad: Deben implementarse servicios públicos de cuidados, tanto para niños como para personas mayores o con discapacidad, que sean de calidad y accesibles económicamente. Estos servicios permitirían a las madres y cuidadores tener más tiempo para sus actividades laborales, educativas o de descanso, lo cual es vital para su bienestar.
  3. Reconocimiento económico y social: Es importante que el trabajo de cuidado no se vea solo como una obligación familiar, sino como un trabajo esencial que contribuye directamente al bienestar social y económico del país. Las políticas públicas deben reconocer el trabajo doméstico y de cuidados a través de pagos o compensaciones, así como a través de medidas que promuevan la equidad de género.
  4. Apoyo psicológico y emocional: Las políticas deben incluir recursos y programas de apoyo psicológico y emocional para los cuidadores. Estos pueden incluir terapia, espacios de convivencia para cuidadores y programas educativos sobre cómo manejar el estrés y las emociones derivadas del cuidado.
  5. Fortalecimiento del sistema de salud: Los cuidadores deben tener acceso a atención médica especializada, así como a programas de prevención de enfermedades y agotamiento físico. Es necesario implementar programas que les brinden un apoyo integral en su salud física y mental.

El Sistema Integral de Cuidados en México es un componente clave para avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria. Las políticas públicas que apoyen a las madres y cuidadores en casa no solo mejorarán su bienestar, sino que también contribuirán al fortalecimiento del tejido social y económico del país. Es necesario que los gobiernos, tanto a nivel federal como local, reconozcan la importancia del trabajo de cuidados y adopten políticas que lo protejan y dignifiquen.

Incorporar estas políticas no es solo una cuestión de justicia social, sino también una inversión a largo plazo en el bienestar de la población. Un sistema de cuidados robusto y bien estructurado puede garantizar una mejor calidad de vida para las personas dependientes, disminución de violencia de género y crear un entorno más justo y saludable para quienes se encargan de su cuidado. Las madres y todos los cuidadores merecen un apoyo sólido, un reconocimiento público y un marco de derechos laborales que les permita conciliar su vida familiar, laboral y personal sin tener que sacrificar su salud y bienestar.

Alina Hernández
Alina Hernández
Especialista en crianza consciente y desarrollo emocional; trabajo en una ONG para la protección de niñas, niños y adolescentes.

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