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sábado, abril 19, 2025

Hablemos de salud mental y depresión en mujeres 

Hablar de salud mental no siempre es fácil; es un tema que aún es tabú en muchos ámbitos. Esta situación contribuye a que pase desapercibido, permitiendo que los problemas de salud mental se mantengan sin detección y tratamiento por años, afectando la calidad de vida de las personas. 

Cuando se habla de salud mental, es fundamental hablar de depresión. La depresión está considerada como la enfermedad mental más prevalente en el mundo. De acuerdo con la OMS alrededor de 280 millones de personas, equivalentes al 3.8% de la población global, viven con depresión. En México 3.6 millones de personas la padecen, es más común en las mujeres y se considera la primera causa de discapacidad en mujeres y la novena en hombres.

Ser mujer es un factor de riesgo para padecer algún problema de salud mental, la depresión no es la excepción. Algunos autores, como Berenzon, consideran que un factor asociado a la depresión en población mexicana es ser mujer. La violencia de género es un factor de riesgo tanto para las mujeres como para sus hijos, el riesgo de depresión en las mujeres que han sufrido violencia doméstica es 4 veces más alta y si esta violencia se da durante el embarazo se eleva 8 veces la posibilidad de desarrollar depresión. El abuso sexual infantil está también asociado a la depresión en las mujeres adultas.

Además, se debe considerar que la violencia de género en la atención a la salud está presente y suele minimizar o invalidar los problemas de salud mental en las mujeres, llamándolas “exageradas”, “sensibles” o “histéricas”, lo que es en sí mismo una doble discriminación. Esta situación contribuye a que las mujeres no expresen sus preocupaciones, sus emociones o sentimientos, por miedo a ser juzgadas, lo que retrasa la detección y la atención.

Las labores derivadas de los roles de género también contribuyen al riesgo de depresión, tales como: el trabajo en el hogar, el cuidado de enfermos y familiares, los problemas económicos, las desigualdades laborales.

Ante este panorama que podemos hacer, visibilizar, normalizar, socializar el problema de la salud mental y de la depresión. Necesitamos que el personal de salud sea sensibilizado y capacitado no solo en la detección de estos problemas, sino que se aborde desde una perspectiva de género, en un ambiente de respeto y empatía. 

Hay que reconocer que los problemas mentales son reales y no son una “elección” de las personas, sino un problema de salud que debe ser atendido de forma adecuada para mejorar la calidad de vida de las personas, en especial de las mujeres, sus hijos y sus familias.

Generar espacios seguros donde las mujeres puedan compartir sus emociones, sentimientos y preocupaciones de una forma segura y libre, donde no sean juzgadas, para que puedan recibir apoyo y tratamiento. El primer paso para recibir ayuda suele ser “hablar” del problema, te invito a hablar*.

Si sientes pérdida de interés en las actividades que antes disfrutabas, cambios en los patrones de alimentación o de sueño, cansancio excesivo o falta de energía, deseos de muerte, busca con quien hablar. La depresión puede ser atendida con terapia psicológica por profesionales como psicólogos o psiquiatras.

*Puedes llamar para solicitar atención gratuita a: Dinámicamente: 800 290 0024 SIMISAE: 8009116666

Rosy Castillo
Rosy Castillo
Nutrióloga, doctora en Ciencias Médicas y lactivista. Tiene 20 años en la docencia, la investigación y la consulta privada.

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