Año Nuevo, vida nueva; recordando el recién inicio del año me puse a ver entre mis amigas y conocidas tanto sus propósitos como rituales. Hubo de todo pero entre lo que más escuché fue sobre el amor.
Desde iniciar una nueva relación hasta mejorar la que ya existe, la vida misma se trata en mucha medida sobre el amor. Relaciones de amistad vienen a ser un soporte seguro pero al hablar de relaciones sexoafectivas hay mucho que decir. En este nuevo año, para muchos viene ser una forma de reiniciar el sistema y dar marcha a lo nuevo pero ¿será que ser mujeres del nuevo milenio nos ha dotado de mejores herramientas para caz(s)ar?
Coincidentemente con todo esto que escuché de mis círculo cercano, encontré un término que desconocía: Hipergamia 2.0 a este punto debo admitir que no me era conocida si quiera la Hipergamia 1.0 pues al sabor de lo tradicional a este concepto se le entiende como una forma en la que en años y tiempos pasados la mujer ha sido un objeto a transaccionar o bien el lado opuesto nos pone como género en el entendido villancico de ser interesadas.
La Hipergamia por definición ERA ese punto en que la selección de pareja se basaba en la mejora de un estatus económico o social sin embargo en esta nueva versión recargada se entiende que mucho de eso que ofrecían las relaciones arregladas ya ha perdido el valor que se le había otorgado pues si vemos en nuestro entorno muchas mujeres son solventes económicamente, bien posicionadas en sus empleos o con un lugar de renombre en la sociedad por si mismas entonces ¿Qué es lo que buscamos ahora en una relación sexoafectiva ?
Ahí viene a ser un parteaguas este 2.0 pues ahora sabemos bien que vale más la amistad que el dinero, por lo que ahora el concepto de Hipergamia busca abrirle paso a la selección de pareja debido al crecimiento personal y valores que pueda aportarle tu pareja a tu vida.
Muchas ideas me cruzaron la mente al escuchar esto, pues sentí que era el amor ya una banalidad al tener tan establecido que lo que importa es lo que aporta y no lo que se siente pero ¿No es que sentimos a partir de lo que alguien nos brinda? Elegir pareja a partir de lo que da a tu vida me resultó más un ejercicio de estrategia que un romance de novela pero, ¿Cuántos romances torrenciales realmente perduran ante la inclemencia de tomar decisiones? ¿Será que estamos listos para amar desde la seguridad y la confianza más allá de lo pasional?
No puedo evitar recordar la analogía que Leonard le da Penny en The Big Bang Theory de ser una dona que eliges comer por el capricho de hacerlo o un pan integral que decides escoger por qué es seguro y confiable. Cuánto de nuestra seguridad emocional dejamos a la deriva en pro de ser románticos empedernidos. Cómo es que si elegimos meticulosamente nuestros empleos y carreras dejamos al destino la GRAN decisión de con quien compartir la vida misma. La incógnita que qué hará perdurar el amor se sigue debatiendo entre la certeza y lo visceral pero ¿Tenemos un concepto sano sobre el amor?
Espero que todas mis amigas cumplan sus propósitos que con lencería roja han firmado, pero sobre todo que seamos capaces de visualizarnos sanas mentalmente, con elecciones que nos gusten, llenas de paz y opciones para así seamos o devotos de la Hipergamia 2.0 podamos no aparecer el amor si no construirlo desde el primer hogar que somos nosotras mismas.