Llevar a nuestras hijas a la escuela es parte de los sueños que tenemos cuando nos convertimos en madres. Cada día nos levantamos esperando que disfruten de un día divertido en un espacio que elegimos (o que nuestras posibilidades nos permiten elegir), porque deseamos que estén resguardadas, seguras y felices.
Vemos a sus maestros como figuras adultas responsables que estarán atentas a las necesidades de nuestros hijos, guiándolos y acompañándolos mientras nosotros cumplimos con nuestras obligaciones laborales o tareas en el hogar.
Sin embargo, en México, no todas las escuelas son espacios seguros para nuestras niñas. El abuso sexual en las escuelas del país sigue en aumento. Hasta abril de 2023, la Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia (ODI) registró 25 casos de abuso sexual contra niños de entre 3 y 5 años en al menos 11 escuelas a nivel nacional.
Estudios y reportes indican que el abuso sexual infantil es un problema significativo en México, aunque las cifras exactas varían. Se estima que una parte importante de los casos no se denuncia debido a factores como el estigma, el miedo a represalias y la falta de confianza en las instituciones.
Lamentablemente, Kim, una niña de 5 años de Mexicali, se ha convertido en parte de estas estadísticas. Una vez más, se evidencia cómo hay quienes encubren a los agresores, como en el caso de la escuela Graciano Viniegra. Sin embargo, las madres formamos una tribu; apoyamos a otras madres. Son ellas, junto a otros simpatizantes, quienes se levantaron en protesta este 17 de septiembre exigiendo justicia para Kim, tanto en las instalaciones del kínder como en la Fiscalía General del Estado.
Exigimos justicia y que el proceso no sea revictimizante para Kim ni para su familia. Además del profundo dolor que enfrentan y las heridas que han sufrido, deben lidiar con los procesos burocráticos de nuestro país; por ejemplo, Dulce, la mamá de Kim, aún no cuenta con una copia de la carpeta de investigación.
Necesitamos unirnos como sociedad, indignarnos, exigir justicia, dejar de normalizar la violencia y ver las vidas más allá de las cifras. Debemos apoyar a Kim y su familia, para que, en el futuro, sean sobrevivientes y no víctimas.
Formas en las que podemos mantenernos unidos en este caso y en otros:
-Mantenernos alerta de las necesidades de la familia, este tema pasará para los noticiarios muy pronto, pero para ellos será un proceso largo y difícil.
-Hamos presión mediática para que las autoridades actúen para hacer justicia en este caso.
-Tomemos cursos de Prevención de Abuso Sexual
-Exijamos a las escuelas que tengan y nos informen sobre los protocolos de detección y atención internos en caso de abuso sexual infantil
-Si conoces algún caso o tienes alguna sospecha, reporta ante la Procuraduría Auxiliar de Protección a Niñas, Niños y Adolescentes.