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viernes, abril 18, 2025

Lo que nunca he dicho

Hace algunos días me tropecé con un libro exhibido dentro de las nuevas adquisiciones de la biblioteca, una feliz casualidad, el libro se llama “Las cosas que nunca hablé con mi madre”. El título llamó mi atención de inmediato, es una recopilación de 17 autores que hacen un ensayo sobre su madre y hablan de cosas que nunca le han dicho a su mamá o bien que nunca habían dicho de su mamá.

El libro inicia con una frase de Virginia Woolf que dice “Porque es una lástima muy grande no decir nunca lo que uno siente.” Los ensayos presentados en el libro son emotivos, bellos, desgarradores en ocasiones. Te invitan a reflexionar en tu propia relación con tu madre, la forma en que la ves o las cosas que hace falta dialogar, lo que hace falta reconocer, agradecer o dejar ir. ¿Por qué la madre?, diría que es nuestra primera relación. Incluso antes de nacer tenemos ya una relación con ella, habitamos su cuerpo para llegar a este mundo. Tal como dice la autora, Michele Filgate, la madre es nuestro primer hogar.

Pensé en las cosas que no siempre expreso, no solo las que no he podido discutir con mi madre o con otras personas, sino aquellas que no me atrevo a poner en palabras para mí misma. ¿Ustedes tienen cosas que no han expresado?, ¿saben el impacto que esto puede tener en su vida, en sus relaciones y en su salud física?

Has pensado en lo liberador que puede resultar expresar lo que sientes o lo que piensas, eso puede abrir la oportunidad para sanar. La autora reflexiona en que todos evitamos el dolor o el miedo y que tendemos a enterrar las cosas para poder olvidarlas, para dejar de verlas. Algunos especialistas señalan que edificamos paredes alrededor, pero eso nos deja mudos y con la necesidad de crear una cara para el mundo, una que no refleje eso que guardamos, eso que nos duele o asusta y así pasamos por la vida, pero eso que guardamos se puede hacer grande y molesto impactando nuestra salud y nuestras relaciones. Además, al negar lo que sentimos, negamos una parte de lo que somos, nos negamos a nosotros mismos.

Hay un alivio en reconocer lo que sentimos, en ponerlo en palabras, sean escritas o habladas, reconocer aquello que no podemos decir trae alivio, nos permite darle un espacio una existencia y comenzar a sanarlo, a trabajarlo, eso va a mejorar nuestras relaciones, pero sobre todo va a mejorar la relación más importante que tenemos, la relación con nosotros mismos.

Pero este no es un análisis de un libro, no pretende ser una recomendación a la lectura, es si acaso una invitación a la reflexión personal. Para que, solos o con ayuda, podamos poner en palabras aquellos secretos de nuestro corazón, para poder liberarlos y caminar más ligeros, con más espacio y con suerte, con más alegría.

Rosy Castillo
Rosy Castillo
Nutrióloga, doctora en Ciencias Médicas y lactivista. Tiene 20 años en la docencia, la investigación y la consulta privada.

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