No sé qué hagan ustedes mientras planchan ropa, pero yo me pongo una serie. Elegí una que se veía ligera y nostálgica y pensé que me ayudaría a hacer ameno el rato de esta tarea.
En un contexto de México en la década de los 90’s la trama nos lleva a todos los que vivimos nuestra adolescencia en esa época a recordar la moda, la música, la comunicación sin internet, redes sociales ni teléfonos celulares; se habla del bullying (que aún no había sido bautizado de esa manera), del adultocentrismo y las dificultades que implica el tránsito de la adolescencia.
Al finalizar el primer capítulo, ya había claudicado en el empeño de planchar y mi hijo adolescente se había quedado también atrapado en la trama. A pesar de dosificarnos los capítulos, terminamos la primera y única temporada en pocos días.
La serie se llama “Nadie nos va a extrañar” y está en la plataforma de Prime Video. Si tienen oportunidad, véanla… se reirán mucho, tararearán más de una canción, pero les prevengo… también les dejará qué pensar.
A partir de este párrafo empezará el spoiler, así que, si prefieres, primero ve a verla y luego regresa a este texto…
En esta historia se aborda el tema del suicidio juvenil… para todes les que tenemos hijes en esta etapa, es posible que nos lleve a reflexiones más profundas y sentidas más allá del entretenimiento.
El 10 de septiembre es la Conmemoración del Día Mundial de Prevención del Suicidio. De acuerdo con el Frente Nacional para la Prevención del Suicidio, se han quintuplicado el número de casos de suicidio en menores de edad en los últimos 10 años. Representa la 2ª causa de muerte en mujeres entre 14 y 19 años y la 3ª causa de muerte entre hombres de 19 a 24 años, después de muertes por homicidio o accidentes, nos comenta la psicóloga y suicidóloga Lery Betancurt.
La adolescencia es un período de cambios álgidos tanto a nivel físico, mental, emocional y social. La necesidad de aceptación y pertenencia a un grupo social se incrementa, por lo que les amigues cobran una importancia fundamental.
Si bien, la causa puede ser multifactorial y no hay una “tipología” que determine a una persona para que llegue a este desenlace fatal, Lery Betancourt menciona que hay varios factores que suelen considerarse de riesgo en adolescentes y que, de identificarse a tiempo, pueden prevenir o evitar que se consume.
Estos factores son:
1. Aislamiento e inexistencia de vínculos afectivos con personas de su edad. Que no tenga por lo menos un mejor amigo o amiga con quien salga y conviva, nos puede estar hablando de que no está desarrollando lazos significativos de acuerdo con lo que corresponde según las etapas del ciclo vital mencionado por Erik Erikson y por lo tanto, algo que lo ate a la vida.
- Cambio drástico de hábitos. Si bien, en esta etapa hay una búsqueda de identidad y confusión de roles, son cambios tan abruptos que no pasan desapercibidos. Por ejemplo, que dejen de dormir o duerman demasiado. Que dejen de comer o coman en exceso. Que descuiden su aspecto personal en extremo, etc.
- Consumo de alcohol o drogas. Atenta contra la salud y los expone en cualquier circunstancia. Por lo que siempre será una situación de riesgo, haya ideación suicida o no, pero de haberla, se incrementa la posibilidad de que lo lleven a cabo, pues la sensación de desesperanza se acentúa.
- Situaciones de violencia, de cualquier tipo: física, emocional y, principalmente, abuso sexual. En adolescentes, vivirse continuamente violentades es un agravante, pues no tienen la capacidad de dimensionar que esta etapa en la que están bajo la dolorosa tutela de las personas que les violentan, terminará algún día, lo viven como un absoluto.
- Tentativas de suicidio previas. Si ya se pasó de la ideación al acto y no ha habido una intervención exitosa o cambios en las situaciones que provocan este deseo de terminar con su vida, el riesgo se incrementa. En ocasiones, cuando no ha sido posible la estabilización de la persona, lo pertinente es internarles.
La mayoría de las personas que están en esta ideación de atentar contra su vida avisan. Es decir, lo expresan de diferentes maneras, a veces más explícitas con frases como “ya mejor me mato”, “ya no vale la pena morir”, “ya no tiene caso seguir”, “ya estoy harto/a de intentarlo” e incluso, en tono de broma: “lo bueno es que ya no tendré que lidiar más con esta mierda”. Cuando ya están resueltos, es común que hagan pequeños actos de despedida como entregar cartas, regalar sus pertenencias o bienes, hacer actos de osadía, etc.
Regresando a la serie “Nadie nos va a extrañar” … además de hacer un paseo por la nostalgia, también podrás ver estos factores personificados extraordinariamente.
Si observas alguna de estas conductas en tus adolescentes, sean tus hijes, familiares o alumnes, procura acercarte y escuchar sin juicios, pues llegan a estas ideaciones después de un gran sufrimiento. Por lo tanto, culpabilizarlos, invalidar sus sentimientos, castigarlos… no es la solución. Ser un lugar seguro, sí.
Y, por supuesto, buscar ayuda profesional tanto en la psicoterapia como en la psiquiatría. Línea de atención de Secretaría de Salud 800 290 00 24. También pueden comunicarse por chat al *5533. Guarda estas formas de comunicación con personal especializado. No es cosa de dejarlo a la suerte, porque la verdad es que sí se les va a extrañar.
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