Hace un par de días ví un video titulado “Por favor, mundo, sé amable”, el cual llamó mi atención, así que enseguida me dispuse a verlo.
El video era acerca de una mamá cargando a su bebé recién nacido, seguido de la escena donde su hijo llegaba a su primer día de kínder.
En cada ciclo escolar podemos ver en internet frases pidiendo que les enseñemos a los niños a ser amables con los demás, pero ¿dónde hablamos de las emociones que despierta un ciclo escolar en nosotras las mamás?
Podría parecer absurdo hablar de esto si los protagonistas del inicio escolar son nuestros hijos e hijas, pero no lo es y hablarlo es liberador.
Una mamá puede sentir ansiedad, temor, miedo y angustia el primer día de clases de su hijo/a. Pues, si bien en casa hemos tratado de modelarle lo que es ser empáticos, amables y cordiales con los otros niños, ¿cómo puedo estar segura que recibirá el mismo trato de vuelta? Por lo que en nuestra cabeza comienzan a resonar las palabras: Por favor mundo, sé amable.
Podría parecer un sentimiento obvio si nuestros hijos van por primera vez a la escuela, sin embargo, estas palabras pueden resonar en la mente de una mamá que acaba de cambiar a su hijo de escuela porque en la anterior vivió situaciones de bullying. Buscando e investigando elige una escuela para éste nuevo ciclo escolar, pero ¿cómo garantiza que no se repita ésta situación? Por favor, mundo, sé amable…
En otro escenario una mamá comienza la vida escolar con un hijo con necesidades educativas especiales, le dicen que está listo para incorporarse a una escuela regular, ¿cómo deja la angustia de preguntarse si será lo mejor para su hijo? ¿cómo saber si no era mejor seguir siendo ella la encargada de su educación? Por favor, mundo, sé amable…
Una mamá saca ficha en una escuela nueva, una que le recomendaron bastante en un grupo de Facebook, pues acaba de llegar a la ciudad, y por ahora debe confiar en aquellas mamás cibernautas que le dicen que ésa es una buena escuela, ¿Será que realmente son confiables las recomendaciones, no estará equivocándose? Y llega la frase a su mente… Por favor, mundo, sé amable.
Hoy, una mamá espera el mensaje de Whatsapp en su celular, ése que la tranquilice, donde su hija universitaria le comparte que su día está yendo bien, porque ahora en la universidad siguen estando los mismos nervios que su primer día de Kínder, pues existen nuevas situaciones y desafíos en esta etapa.
¿Cómo nos preparamos las mamás ante un nuevo ciclo escolar? Seguro pudimos buscar e implementar herramientas para nuestros hijos, para apoyarles en su seguridad y valentía en su inicio escolar, pero ¿qué hacemos con nuestra ansiedad, angustia y preocupación? Además de ocultarla hasta llegar a casa donde no la vean nuestros hijos, ¿tenemos alguna herramienta propia para lidiar con estas emociones? ¿Qué necesitamos que el mundo nos diga para soltar, fluir y confiar?
Sea cual sea el escenario que estés viviendo en éste nuevo ciclo, quiero decirte que siempre hay una mamá que te entiende, vive una situación parecida y que en su cabeza resuenan las mismas palabras, y que, para acallar éstas, le explica a su hijo que debe ser un buen ser humano con otro, esperando reciba un trato digno de regreso.
Repliquemos esto, busquemos el bienestar de nuestros hijos, pero también el de los niños que comparten salón con el nuestro. Pensando y cuidando de los demás, podemos tejer una red de apoyo mutuo que nos haga sentir el próximo año mayor confianza y que nos lleve a decir: gracias mundo, somos amables y tú lo eres con nosotros.
Si en tu entorno cercano no hay una comunidad, siempre puedes ser tú la primera piedra de una construcción hecha de respeto, empatía, solidaridad y compañía. Créeme, siempre encontrarás eco.
Te deseo a ti y a tus hijos un ciclo escolar lleno de aprendizaje, diversión, crecimiento, empatía, amabilidad y mucha amistad.
