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viernes, marzo 29, 2024

Nuestros diputados, nuestra vergüenza

En días pasados los diputados del Congreso de Guanajuato se autorizaron un aumento del 5% en su presupuesto para el 2018. Dicho aumento contempla un incremento en su sueldo y prestaciones en esa misma proporción. Eso pasa cuando eres juez y parte.

Me sorprende que nuestros representantes parecen todo MENOS NUESTROS REPRESENTANTES. No hay forma de llenar su voracidad indignante.

A eso hay que sumarle que anteponen los intereses personales y partidistas a los comunitarios y por si no fuera poco, prácticamente todas sus votaciones son en bloque, lo que nos debería llevar a replantear la composición del Congreso pues nos sale bastante caro tener 36 diputados que votan conforme a lo que les dicen sus respectivos coordinadores de bancada. ¿Para qué necesitamos tantos Diputados entonces si son borreguitos?

Nuestro H. Congreso es uno de los más caros del país y en la balanza costo/beneficio salimos perdiendo muchísimo dinero, pues no están a la altura de las expectativas. El Congreso en Guanajuato es poco eficiente y sobretodo poco creativo a la hora de establecer la normatividad de nuestro estado.

Pero algo que me preocupa de sobremanera es la opacidad en la que se desenvuelven nuestros legisladores. La transparencia no es para nada su fuerte –todavía me pregunto en que sí son fuertes además del dispendio de nuestro dinero-. La información acerca de su desenvolvimiento y eficiencia como servidores públicos; las prerrogativas de su encargo, sus gastos a cargo del dinero público, etc., están escondidos mañosamente dentro de muchos datos, de forma tal que es muy complicado –por no decir casi imposible- hacer una ponderación muy puntual entre lo que nos cuesta cada diputado y su séquito de asesores, contra los resultados que nos entregan a la sociedad.

Dentro de lo que sí sabemos es que cada Diputado recibe un sueldo bruto mensual de más de 177 mil pesos. También reciben 50 mil pesos mensuales para gastos de su Casa de Gestión. Además tienen gastos de representación para que puedan comer y cenar donde deseen –todo supuestamente en aras de realizar correctamente su función-. Se les cubre un seguro de gastos médicos mayores; tienen recursos para sus informes, telefonía celular para ellos y sus asesores, iPads, vehículos, gasolina y como si no fuera suficiente con lo anterior, se les lleva de desayunar –de restaurantes de renombre- durante sus trabajos en Comisiones, como si los 177 mil pesos no les alcanzara para desayunar en su casa. Además, se les retienen casi 15 mil pesos de su sueldo y el Congreso pone otro tanto –que claro no están dentro de su sueldo bruto-, para que “ahorren cerca de 30 mil pesos mensuales” los cuales se les entregan al final de su encargo, por lo que cada uno se lleva cerca de un millón de pesos. Se les asigna una partida para que puedan capacitarse, por lo que se les pagan cursos, maestrías, etc.

En las reuniones de trabajo que tienen todos los días, los diputados tienen a su disposición cafeteras Nespresso, pues parece que sus delicados paladares no pueden tomar café soluble.

No sé ustedes, pero me siento avergonzado de los Reyes y Reinas que habitan en “El Palacio Legislativo”.

Su improductiva gestión, la vigía a los intereses personales y partidistas por encima de los comunitarios, su posición más cercana a ser Majestad que un servidor público, hacen de los diputados los servidores públicos PEOR evaluados en nuestro país. Y la verdad ni cómo defenderlos.

Buscaré una candidatura independiente a diputado local y ciertamente no lo haría si no creyera firmemente, primero: en que las cosas deben cambiar pues no podemos seguir tolerando los excesos y la insensibilidad de nuestros gobernantes y, segundo: que puedo lograr el apoyo ciudadano para aparecer en las boletas y posterior a ello, ganar la elección en mi distrito.

En su momento durante la campaña de recolección de apoyo ciudadano y también durante la campaña electoral, haré un compromiso público de impulsar entre los diputados medidas muy severas de austeridad. Con independencia de que los legisladores las adopten o no, yo mismo me autoimpondré medias como no aceptar vehículo para mí o para el personal de apoyo, tampoco teléfonos celulares o tabletas.

No aceptaré gastos de representación, ni desayunos o comidas durante los trabajos ordinarios que se tengan. Renunciaré al seguro de gastos médicos mayores y por supuesto impulsaré un análisis profundo de los sueldos, buscando bajar drásticamente el salario y hacerlo mucho más cercano a la realidad del Estado.

La agenda que impulsaré la iré desglosando más adelante, pero los temas que me interesan sobretodo tienen que ver con empoderar a las organizaciones civiles haciéndolas participar en la planeación y fiscalización de los recursos. También, buscaré imponer observatorios ciudadanos tanto legislativo como municipales con facultades de vinculación.

Me interesa quitarle al Gobernador cualquier injerencia en nombramientos que no estén bajo su estructura. También impulsar cambios en la legislación electoral y de Derechos Humanos.

Les iré platicando uno por uno los ejes y propuestas que impulsaré.

 

*Eric Bolívar Alonzo es abogado especialista en Derechos Humanos, activista en apoyo a migrantes centroamericanos, colaborador voluntario de la Fundación TELETÓN, columnista, fotógrafo; actualmente dirige Donadores Compulsivos Guanajuato A.C., dedicada a promover la donación altruista de sangre y plaquetas.
Correo electrónico: Ebolivar1975@gmail.com.

Eric Bolivar
Eric Bolivar
Abogado especialista en Derechos Humanos, activista en apoyo a migrantes centroamericanos, colaborador voluntario de la Fundación TELETÓN, columnista, fotógrafo; actualmente dirige Donadores Compulsivos Guanajuato A.C., dedicada a promover la donación altruista de sangre y plaquetas. Correo electrónico: Ebolivar1975@gmail.com. Twitter: @eric_bolivar

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