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jueves, abril 25, 2024

¿De qué lado estás?

Which side are you on?

Florence Reece

 

En los años sesentas el mundo era un hervidero de propuestas, de hambre de cambios, de agitación.  Canciones como Which side are you on? de Florence Reese, que desde 1931 invitaba a la gente a definirse en torno a la lucha sindical, cobraban un nuevo sentido en voz de Pete Seeger y la lucha por la igualdad de los derechos de todo tipo, sobre todo por los derechos de los negros en el sur de Estados Unidos y de la mano del Reverendo Martin Luther King.  ¿De que lado estás? Había que definirse, no valía fingir que no se veía el problema.

En estos turbulentos tiempos del coronavirus el Dr. López-Gatell, en su intervención del 14 de abril en la conferencia de prensa diaria del presidente, afirmó “Es una responsabilidad individual de cada quien situarse en el lado de la verdad o en el lado de la mentira”. ¿De que lado estás? Otra vez hay que definirse, y desde luego asumir la responsabilidad.

Apenas ayer supimos que, con excepción de Turquía, México es el país donde mas noticias falsas o fake news surgen a propósito de la pandemia.  ¿Realmente es tan difícil dar o entender la información correcta? No lo creo, mas bien me parece que en México (desconozco las razones de Turquía) esto obedece a razones políticas. A río revuelto, ganancia de pescadores.  Si un grupo logra convencer a la mayoría de la población de que las cosas se hace mal, tendrá (según sus cuentas) mejores posibilidades en las próximas elecciones, y como una pandemia golpea sin distinción de credos políticos o estatus social, pues es la ocasión de revolver el río y achacarlo a los otros, cuando la prudencia aconsejaría la unidad.

No sigo mucho las noticias día a día ni las conferencia de López-Gatell, pero de lo que he leído y por lo que sé de estadística, creo que el manejo del asunto ha sido bastante transparente y correcto, y hasta donde puedo juzgar hoy (14 de abril), efectivo.  Mañana podríamos estar hablando de una catástrofe, pero ese será otro día.

Definida de forma un tanto casera la estadística busca, con pocos datos, explicar la situación de toda una población, y la dinámica o desarrollo de esa situación.  Hasta aquí todo es muy fácil.  Cómo se escogen eso “pocos datos” o en una jerga mas técnica la muestra, es en buena medida el centro de la ciencia estadística.  En cuanto a cómo evoluciona tiene que ver también con conocimientos previos del fenómeno y conocimientos matemáticos sobre funciones en el tiempo. Todo esto es conocimiento técnico bastante común y dominado por los expertos.

De la anterior definición vemos que en un contexto de epidemia o pandemia los conocimientos estadísticos nos pueden servir para estimar qué podemos esperar.  Aquí quiero subrayar que no sabemos y probablemente no necesitamos saber ni el número exacto de enfermos ni la forma exacta de la evolución de la enfermedad.  La ciencia estadística nos ha enseñado que con estudiar una pequeña (relativamente) muestra de sujetos podemos tener un cuadro útil, no necesariamente exacto, de la situación y su evolución, pero sí suficiente para actuar adecuadamente y eso es exactamente lo que se está haciendo en México y en muchas otras partes del mundo, aunque con diferentes tamaños de muestra tal vez.  Como decía un investigador gracias a la estadística no es necesario hacerle un análisis a cada mexicano cada día para saber como va la enfermedad.

Una de las razones, también estadística, por la que sabemos que no necesitamos conocer con absoluta exactitud el número de enfermos es porque existe el conocimiento previo llamado regla 80-15-5 que nos dice que de todos los enfermos el 80% no presentará síntomas o serán muy leves, el 15% necesitará apoyo médico y un 5% será crítico.  Este 5% es el que suponemos en riesgo de morir si no es atendido correctamente.  De hecho suponemos que en México ese porcentaje puede ser mayor (7% – 8%) debido a que sufrimos sobrepeso y diabetes en mayor proporción que otras poblaciones.  Este también es un resultado estadístico, no es que nos hayan pesado y analizado a todos para concluirlo.

El uso de la estadística tiene un precio.  Nos ahorramos trabajo (hacer pruebas a todo mundo todos los días) a cambio de introducir un error en nuestro cálculo.  Ese error es cuantificable y la misma ciencia se encarga de estimarlo dentro de los márgenes mas certeros.  Si el error es aceptable podemos seguir adelante y tomar decisiones con lo que sabemos respecto a la evolución y la forma de manejar la pandemia.  Si llegara a no ser aceptable, siempre con criterios estadísticos, habría entonces que ampliar o diversificar la prueba, pero como decimos los ingenieros “si funciona, no lo toques” y hasta aquí está funcionando.  Para mi la prueba es que con estos datos se ha podido manejar razonablemente bien el problema.  Una posible consecuencia de este precio que se paga por el ahorro de tiempo y recursos es que tengamos una sub-representación de los datos, o sea que en la realidad haya mas enfermos, pero en combinación con la regla del 80-15-5 esto no es realmente grave y está tomado en cuenta.  Yo sé que mal de muchos es consuelo de tontos, pero cabe mencionar que un estudio del Imperial College de Londres mostró que, quien mas quien menos, todos los países europeos tienen este problema de sub-representación en sus métodos de estimación.

Otro bulo (como dicen los españoles) es el de que se esconde información ocultando casos de coronavirus como neumonía atípica.  Según datos del 2018, en México murieron en promedio 180 personas de enfermedades pulmonares por día.  Específicamente de influenza y diversas neumonías fueron del orden de 67 ó 70.   No tiene nada de raro que siga la gente muriendo de eso en tiempos de Covid-19.  Por otra parte, hay que tomar en cuenta otros dos factores: la neumonía atípica es una categoría que engloba aquellas neumonías que no tienen un origen claro o que las origina una enfermedad que no es típica del pulmón.  Creo que a estas alturas del partido es bien sabido que los análisis para determinar el coronavirus no son rápidos (se estiman 72 horas para conocer los resultados) y por otro lado es también sabido que un acta de defunción no se puede ir con ese campo vacío, así que en ausencia de pruebas veo bastante normal que un médico lo defina como neumonía atípica antes que detener todo el proceso de una defunción y mas si está en plena lucha contra una pandemia.  No hay ocultamiento, no hay intención de mentir, no es argucia.

La ciencia en nuestros tiempos tiene mala prensa: he conocido gente que rechaza la teoría de Darwin porque sus ancestros no pueden haber sido changos, otros niegan el Big Bang porque contradice los textos de su religión, un pequeño grupo afirma que la tierra es plana porque … bueno, aquí sí no tengo idea de cual es la excusa, pero el grupo existe; y el peor de todos es el grupo que niega la evidencia del calentamiento global por las consecuencias que tendría el aceptarlo en sus ganancias económica.  Creo que en todos estos casos y en el de las explicaciones o resultados de la pandemia de coronavirus debemos escoger la verdad, como sugiere López-Gatell, o discutirla con pruebas, no con Fake News.

Dice Florence Reece en su canción “Us poor folks haven’t got a chance unless we organize”. (Nosotros los pobres no tenemos ninguna oportunidad a menos que nos organicemos)   El concepto de “pobre” puede haber cambiado mucho del contexto de la lucha sindical en los Estados Unidos de 1931 y la lucha contra el virus en México en el 2020, pero la idea es misma: sin unión, sin una organización, nuestras posibilidades no son muy buenas.

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