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jueves, abril 25, 2024

Odio tener razón…

En la película Jurassic Park el personaje del matemático, interpretado por el actor Jeff Goldblum, no pierde la oportunidad de decir algo como “Odio tener la razón” cada vez que alguna de sus catastróficas predicciones toma forma y desencadena un nuevo desastre.

Apenas unos días después de publicar la columna titulada “Asimetrías” en este medio encontré un artículo donde se resumen algunos de los aspectos principales del reporte de Oxfam de este año a propósito de la desigualdad, presentados en el Foro de Davos.  El punto que llamó mi atención es que el año pasado un puñado de billonarios (en la acepción inglesa del término), 26 para ser exactos, aumentaron en tal forma su riqueza que ahora entre todos poseen lo mismo que la mitad mas pobre de habitantes del planeta, es decir, lo mismo que 3,800 millones de personas aproximadamente.

3,800 millones de personas.  Puedo leer la cifra, escribirla correctamente con todos sus ceros, pero no puedo crearme una imagen de lo que eso significa o representa.  En un intento por darle sentido saqué un número mas bien simbólico: a cada multimillonario de este grupo le “tocarían” 146.15 millones de pobres, pero otra vez ¿que son 146.15 millones de pobres?  Para tratar de aterrizar en algo mas concreto consulté una lista de países ordenados por población.  En 2017 Rusia tenía una población estimada en 146.82 millones aproximadamente.  O sea que en términos algo mas humanos podemos decir que cada millonario representaría un país del tamaño (en población) de Rusia habitado por gente en la miseria.  Una idea nada confortable.

El intento de visualización anterior trata de resaltar un aspecto, pero oculta otro: ni siquiera entre los billonarios hay equidad, es decir, no todos son igualmente ricos.  La tendencia es que los mas ricos acumulen cada vez mas dinero.  Extrapolando este comportamiento podríamos llegar a que algún día toda la riqueza de la tierra estuviera en cinco o seis personas.  Esto se aprecia en el hecho de que el número de billonarios cuyas fortunas sumadas equivalen a la mitad de la riqueza ha decrecido, hoy es de 26 personas, pero hace un año eran más y el próximo año serán seguramente menos.

La página de Oxfam ofrece algunos otros datos.  Desde la crisis de 2008 el número de billonarios  casi se ha duplicado.  La fortuna colectiva de este grupo (que es mayor que el de los 26) creció en 900 mil millones de dólares en un año; mientras que el ingreso de los 3,800 millones mas pobres no llega al equivalente de $100 pesos mexicanos al día, lo que los coloca ligeramente por encima del umbral de pobreza extrema.

Otro aspecto interesante del reporte es un somero análisis de los impuestos.  En buena medida el crecimiento de la riqueza de los billonarios obedece a una estrategia de bajar los impuestos de los ricos.  Según Oxfam en el mundo solo cuatro centavos de cada dólar cobrado en impuestos procede de impuestos a la riqueza; en algunos países el 10% mas pobre paga una proporción mucho mayor de sus ingresos como impuesto que el 10% mas rico.  Por descontado que esta disminución en los impuestos que se cobran o que podrían cobrarse repercute de manera directa en los servicios comunitarios como salud y educación; en el primer caso la consecuencia, siempre según Oxfam, es que mas o menos 10,000 personas mueren al día por enfermedades que correctamente atendidas no tienen que ser mortales, pero no les alcanza para tener esa clase de atención.

En “Asimetrías” defendí la idea de que el concepto de Trickle-down economics o economía del derrame no funciona, por más dinero que tengan los ricos, este no se desparrama para crear bienestar en las capas inferiores de la sociedad.  Lejos estaba en ese momento de imaginar que Oxfam estaba presentando las pruebas de mi aseveración con datos de 2018.

Yo, como el matemático de Jurassic Park, a veces odio tener la razón.

 

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