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martes, marzo 19, 2024

Y se alcen los pueblos…

Gustav Mahler alguna vez dijo “Si un compositor pudiera decir lo que tiene que decir en palabras no se molestaría intentando decirlo con música” y esto a propósito de las explicaciones o interpretaciones de sus sinfonías aparecidas en reseñas y notas de programa.  Frecuentemente pienso que con los libros sucede, o puede suceder, algo parecido.  No poco se pierde de la esencia y el meollo del asunto en resúmenes, citas fuera de contexto y reseñas críticas del material… Y sin embargo, quiero basar mi opinión de este artículo justamente en una parte mínima de un libro que tiene muchísimo mas que lo que cito aquí.

El libro es ¡Izquierdas del mundo, uníos! y su autor,  Boaventura de Sousa Santos, hace un planteamiento de lo que son las luchas sociales que me resultó novedoso y atractivo a la vez. En resumen dice que las formas de dominación a las que se enfrentan las sociedades desde el siglo XVII son el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado.  A la fecha las tres formas tienen alguna expresión adaptada a los tiempos, obviamente no son lo mismo que hace tres siglos.  Lo que me llamó la atención es que considere las tres formas al mismo nivel y como partes de una misma lucha.  Solemos poner todo el énfasis en la parte económica y dejar lo demás como luchas separadas, importantes si, pero no lo vemos como un todo, como condiciones necesarias, todas, para mejorar nuestra vida.

Todo lo anterior puede sonar a charla de café o una simple conjetura que puede o no ser válida.  En ciencias sociales a veces no es fácil (por no decir que es casi imposible) hacer experimentos para corroborar teorías, como en otras áreas del conocimiento, pero lo que si podemos hacer es observar nuestro entorno y ver si del comportamiento de las sociedades y de los individuos podemos obtener alguna constatación de nuestras hipótesis.

Algo que seguramente no ha escapado a nadie es que en este año y en buena medida los anteriores hemos tenido en el planeta mucha agitación social: gente en la calle, manifestaciones, alboroto en muchos sitios. Sin ánimos de hacer una descripción completa o cronológica cabe mencionar las ya tradicionales manifestación en pro de los derechos de las mujeres en marzo en todo el mundo, y en la protesta por los feminicidios y el abuso sexual en nuestro país en meses mas recientes.  Esto es claramente una lucha contra la mentalidad patriarcal.  Por otro lado tenemos los conflictos de Hong Kong y Cataluña que pueden ser vistos como conflictos anticolonialistas, aun cuando no toman la forma tradicional de las colonias del pasado; y las migraciones forzadas en el mundo y la reacción a ellas que rezuman a la vez un contexto y una actitud colonialistas; y para terminar con el trio de dominaciones la que es con mucho la manifestación mas frecuente es el rechazo al capitalismo y la de su variante actual, el neoliberalismo: las luchas de Chile, Ecuador y los Chalecos Amarillos en Francia son ejemplos claros, pero podría mencionar otras en Haití, Honduras, Líbano, Iraq y creo que me quedó corto por mucho.

Alguien podría pensar que omito una lucha importante: la que muchos estamos dando diario y en diferentes formas por el medio ambiente.  Es claro que ésta por si sola ha creado algunas de las mayores movilizaciones que ha visto la humanidad.  Los millones de personas en la calle en los meses pasados lo atestiguan.  Sin embargo no es la respuesta a una forma de dominación especifica, como lo son las otras, mas bien es en protesta contra al menos dos de ellas: el capitalismo o neoliberalismo y el colonialismo.  Ya es una conclusión aceptada por muchos que tanto la enorme desigualdad social y económica que nos aqueja a nivel mundial, como el desastre en la ecología del planeta, son consecuencias, en primera instancia, de una doctrina económica que solo atiende a las ganancias y el bienestar de un puñado de personas; en segundo lugar, está desde luego la idea colonialista de que se puede explotar hasta el infinito los recursos naturales, aquí la novedad sería que este colonialismo o neocolonialismo no necesariamente se ejerce en otro país, puede ser en el propio como se está implementando en Brasil por su gobierno nacional.  Prueba de que estas protestas están dando en el clavo es la reacción desproporcionada contra uno de los símbolos: Greta Thunberg.  Menos obvia es la liga entre la sustentabilidad del medio ambiente y la respuesta al paternalismo, pero sobre este tema hay mucho escrito y al menos yo soy un convencido que no se resolverá uno sin arreglar el otro.

Todo esto conforma a mis ojos una prueba empírica de que la propuesta de Boaventura de Sousa Santos no carece de fundamento, a la vez que muestra que la gente, los pueblos, están reaccionando a esas formas de dominación y en cantidades cada vez mayores.

Dice el recientemente fallecido intelectual chileno Max Neef en un video que los azares del internet trajeron hasta mi pantalla que el Neoliberalismo logró lo que ninguna religión ha conseguido: unificar el planeta en una doctrina.  Yo confío que la reacción a esta forma de dominación, de la mano de las otras dos, pueda conseguir el viejo anhelo de unificar ahora a los pueblos en una lucha concertada por un mundo mejor.

 

 

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