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miércoles, abril 24, 2024

Perdidos en la noche (Crónica)

Por: Everardo Felipe García

Jueves 18 de mayo 2023. Cannes, Francia, llueve cañónsísimo y los paraguas de la gente que hacen fila para ver la película de Amat parecen un escudo de escamas de piel de serpiente.

La sala Debussy del Grand Palais es toda roja. Alfombra, asientos y de pronto la pantalla también: fondo rojo. Aparecen títulos. PERDIDOS EN LA NOCHE. Escrito por: Amat y Martín Escalante. Pum.

Primera escena, un mitin político que discute la posibilidad de una mina. Pum. Un hombre con casco negro y moto BMW sospechosamente estilizado para ese entorno rural, escuchan los gritos de la gente:

¡No a la mina! ¡No a la mina! Pum.

La noche, los defensores de la gente, la izquierda combativa, tres jóvenes que acaban de dar un valiente revés a la imposición de una mina extranjera, se dirigen de vuelta a su casa comentando sobre el triunfo. Luces de policía detrás del auto iluminan la noche. Pum, Bang, Pum Pum Pum, crash, trash. Sangre, gritos de miedo, alaridos de auxilio, pum, persecución y finalmente bang, los buscadores de la ley propinan tres balazos sobre la cabeza del conductor de los inconformes.

Toda la sala es roja. En la oscuridad se escuchan suspiros europeos. ¿Europeos? Sí, sólo los privilegiados se admiran ante esta violencia que se ha vuelto nuestro pan de cada día, nuestra torta de chilaquiles.

De aquí la historia parte de la temblorosa mano de Emiliano (Juan Daniel García Treviño) a la búsqueda de su madre. Aquella defensora de los derechos populares que hemos visto desaparecer entre balazos y luces azules y rojas de la policía que pronto volvemos a ver en pantalla, aliados con aquel sujeto de la moto, en una lucha contra los Alushes, una especie de secta religiosa que intimida a Rigoberto Duplás (Fernando Bonilla).

Amat hace a un lado la expectativa que teníamos hasta ahora ya por sus películas anteriores, ya por el comienzo trepidante de la película, e inserta un melodrama en el que un artista diletante de la aristocracia artística mexicana y su también famosa esposa Carmen (Bárbara Mori) se gruñen y se gritan dentro de una extraña casa que parece ser una olla exprés donde hay perritos muertos, ventanas rotas, bebés secuestrados, serpientes, secretos y más secretos sobre la mina y la desaparición de la mamá de Emiliano, el joven de la mano temblorosa, quien ahora trabaja para ellos en su jardín, como velador, porque como diría Dostoievki el destino es una gallina sin cabeza.

El relato se revuelve: ¿Qué tiene que ver el artista con la desaparición forzada de la señora que resistió a la mina? ¿Por qué han contratado específicamente al hijo de esta señora? ¿Por qué la hija mayor de los Aldama finge suicidios live en instagram? ¿Por qué los Alushes detestan tanto al sr. Artista Rigoberto Duplás? Los nudos se deshacen entre conversaciones y accidentes, besos y balazos, bailes y choques, yates y patrullas, minas y aljibes. Lo que queda claro es que Amat Escalante se salió de la caja y ha hecho una película arriesgada y multidireccional.

Dicen que fueron 7 minutos de aplausos, pero yo sólo veía como Christian Jeune (el hombre que elije las películas de la competencia) se desesperaba por sacarnos de la sala para que comenzara la siguiente función. Finalmente salimos, pero esperen: a Ester Expósito se le ha caído su teléfono durante la función. Emoticón de muñequito golpeándose la frente.

El equipo de seguridad de Cannes consiste en luchadores de la UFC trajeados con Gucci y princesas de la Cote d’Azur perfumadas con Givenchy. Muy amables, muy amables pero unos fachos si no llevas gafet, o si llevas comida en tu bolso o si no combinan tus lentes con tus zapatos, o si no sabes parlar bien francés. Oui oui, tres bien, tres pies al gato señor, foi gras para la cena. Vino Merlot dos tres, ahí si les falló y para colmo que me toca sentarme junto a un sabelotodo que estudió en Chicago y detesta a Harold Bloom y sólo hablaba sobre el estado de excepción una y otra vez y yo solo veía que los ravioles se le enfriaban, los meseros estaban en chinga por traer la comida caliente y este güey con que Bloom es un pendejo, y que Shakespeare es la neta y que estado de excepción y etcétera.

Mi novia muy linda limpiando el plato con el pan y yo comiendo la costillita con los dedos, c’est fini y que agarra una chava cansada de tener su plato de comida sucio frente a ella y se lo pone a mi novia en su lugar bien quitada de la pena. Óyeme no, ni que fueras la hija del gober le dije y que se lo regreso a su lugar de nuevo. Nadie se ofendió, pero no se vale.

¡Fiesta! Por suerte si pude entrar y eso que sí tenía boleto. Estaban los artistas, es decir los actores, estaban los papás de los artistas muy majos. Productores, el dueño de MUBI, los distribuidores franceses, la directora del festival de Tangamandapio, el director del circo de Pekín mi amigo Joaco, Lipkes, Martín, Amat, Caro, Dani y mil personas más, aunque sólo una barra para pedir tragos. Emoticón de carita roja enojada. Estaba una chava en la fila del baño que se llamaba Keiko y hablaba español, aunque era medio japonesa y es la asistente del instituto Win Wenders. Estaba un chavón muy buen pedo que se llama Rodrigo Moreno y dirigió la mejor película que vi en el festival: Los Delincuentes.

Me encuentro con el sabelotodo recetándole la misma dosis de neoliberalismo a otro novato con dos copas en cada mano, acumulando pa´ no formarse dos veces. La economía funciona sola maestro y Ester Expósito brillando a lo lejos al ritmo de la Isla Bonita. Me miré en un espejo gigante, tomé a Carolina de la mano y decidí escapar. A dónde va señor, ya me voy. No puede salir con el vaso en la mano. ¿Cómo no? Si hay unos cuates ahí que acaban de salir con copas. Es que es el dueño del Acorazado Potemkin. Ah Ok.

¡Siguiente fiesta! Joaquín se balancea y empuja a una muchacha rubia de vestido celeste I’m sorry lady. No worries le dice Kristen Dunst a Joaco y ahí si ya nos quedamos todos de a cuatro y nos movimos cada quien pa´ donde apuntaba nuestra nariz, aunque de salida que veo a mi novia Carolina y a Salma Hayek abrazándose y yo así de que, inviten. Y Caro, no sé qué pasó, creo que me confundió con alguien que sí conoce pero pues ni que no le regresara el saludo y wow, no me bañaré hasta que lleguemos a México, ¡Salma me abrazó¡ Siento que cuando lo platique me van a decir que ni que fuera Martha HIgareda. Kebab para bajar la peda y también porque es la único que hay, ojalá hubieran unos tacos del Tigre.

3:30 am. Dani Schneider habla con su novio por teléfono. Carito está mareada vomitando sobre un Alfa Romeo, y yo esperando mi burrito de borrego. Llega un pelón y se mete al negocio árabe y pide un redbull, recordemos que son casi las 4 de la madrugada. Lo reconozco al pelón, es Gaspar Noe. Hola Gaspar qué onda, soy Lolo, trabajo con Amat en su película. Ah sí qué bien… ¿cómo les fue? Increíble, la verdad le gustó a la gente la película y estamos muy contentos. Genial, me saludas mucho a Amat, y felicidades. ¿Cómo te llamas? Lolo, bueno, Everardo, Felipe. Muy bien, Escucha Lolo, debes ver Zone of Interest, de Jonnathan Glazer, vavavavava, ay nos vemos. Sí, adiós. Chau.

Pum. Mañana siguiente. Emoticón de monito con espirales en los ojos. 8 am nunca me he sentido tan seco en mi vida. Estoy crudo no tomé agua, tengo cuarenta y mil años, estoy mareado, y estoy aquí en la sala Agnes Varda atorado entre puros sobrios, haciendo mi tarea que me dejó Gaspar. Emoticón de manita haciendo amor y paz.

* Cineasta y escritor guanajuatense.

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