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jueves, abril 25, 2024

Platicando de UNTAMED

Hace unas semanas, en platica con una de mis mejores amigas, durante una de nuestras largas charlas telefónicas -las cuales agendamos y todo para poner explayarnos-, compartíamos los logros, los retos y las preocupaciones de nuestro día a día, etcétera. Al final le pregunté: “¿cuál de tus últimas lecturas me recomiendas?”.

Rápida y presta me mandó la liga de un audio libro: “Untamed”. Me sorprendió pues no estoy acostumbrada a ellos y menos en inglés, pero confiando en que me conoce desde la adolescencia y está al tanto del ajetreo de mis días, le di click al enlace.

Lo escucho principalmente en mis trayectos; es narrado por la voz de la autora, Glennon Doyle, bloguera, autora de 3 bestsellers, oradora y activista, quien fue nombrada Embajadora de 2021 para el Día de la Librería Independiente. Glennon relata las emociones y reflexiones que le despiertan sus vivencias, algunas plenamente cotidianas y otras que han transformado su vida, la de su familia, su maternidad y a ella misma.

El capítulo de Untamed (Indomable) que más me ha inspirado es: Zonas de Confort, trataré de resumir sus palabras.

“Los estudios demuestran que mientras más exitoso y feliz se muestra un varón, más le agrada y confía en él la gente. En contraste, cuanto más poderosa y feliz se vuelve una mujer, menos le gusta y confía en ella la gente, incluso las mujeres”.

Doyle señala que: “es porque nuestro entrenamiento mental suele ser: chicas y mujeres fuertes, felices y seguras de sí mismas, están rompiendo la regla implícita de nuestra cultura de que las niñas deben ser inseguras, reservadas, tímidas y disculparse continuamente. Las chicas que son lo suficientemente audaces para romper esas reglas nos irritan. Su descarado desafío y negativa a seguir instrucciones nos hace querer volver a ponerlas en su jaula.

Las niñas y las mujeres sienten estos mensajes que transmitimos inconscientemente. Queremos ser seguras de nosotras mismas… Pero también queremos agradar. Así que minimizamos nuestras fortalezas para evitar amenazar a nadie. No mencionamos nuestros logros. No aceptamos cumplidos. Atenuamos, calificamos y descontamos nuestras opiniones. Caminamos discretas y cedemos incesantemente. Decimos: “Me siento como” en lugar de “Lo sé”. Preguntamos si nuestras ideas tienen sentido en lugar de asumir que lo tienen. Pedimos disculpas para todo. Incluso las conversaciones entre mujeres brillantes a menudo se derivan en competiciones por quién gana el trofeo por ser el desastre más grande. Queremos ser respetadas, pero queremos ser amadas y aún más, aceptadas.”

Glennon relata cuando en una entrevista con Oprah Winfrey quiso mostrarse modesta ante sus logros y Winfrey le dijo: “No hagas eso. No seas modesta. No confundas modestia con humildad”. Y comprendió que lo que ella le estaba diciendo es: “Jugar a ser débil y tonta, es un flaco favor para ti, para mí y para el mundo. Cada vez que finges ser menos de lo que eres, robas permiso de otras mujeres para existir plenamente. Las mujeres no tenemos tiempo para eso. Ser humilde es saber quién eres. Implica la responsabilidad de convertirte en lo que fuiste destinado a ser, crecer, alcanzar, florecer. Tan alta, fuerte y grandiosa para lo que fuiste creada. No es honorable para un árbol marchitarse y encogerse y desaparecer. Tampoco es honorable que una mujer lo haga.”

Y los siguientes párrafos son con los que me sentí más identificada: “Nunca pretendí ser más fuerte de lo que soy, así que estoy jodidamente segura de que no voy a fingir que soy más débil de lo que soy. Tampoco voy seguir exigiendo modestia de otras mujeres. No quiero encontrar consuelo en la debilidad y el dolor de otras mujeres. Quiero encontrar inspiración en la alegría y el éxito de otras mujeres. Porque eso me hace más feliz, y porque si seguimos disgustando y derribando mujeres fuertes en lugar de amarlas, apoyarlas y votar por ellas, no quedará ninguna mujer fuerte por quién hacerlo.

Cuando vea a una mujer alegre y segura, moviéndose con confianza por el mundo, me voy a perdonar mi primera reacción (¿Quién diablos se cree que es?) porque no es mi culpa, es solo mi condicionamiento.

Segunda reacción: She knows she’s a goddamn cheetah. Hallefucking-lujah”.

Determinada estoy a sumarme a estas afirmaciones. Ni fingir que soy más de lo que soy y menos aún, fingir que soy menos, solo por convivir y ser aceptada. Del mismo modo, me comprometo a seguir apoyando, admirando y aprendiendo de las mujeres fantásticas que inspiran mis días e ideales. De ningún modo pienso robar el permiso de otras mujeres para existir plenamente. ¡Todas podemos ser unas ‘goddamn cheetahs’!

Miriam del Toral
Miriam del Toral
WhatsApp para asesoría de lactancia: 477 674 9021. Asesora especializada en Lactancia y Múltiples, Lactivista, columnista, comunicóloga, especialista en Desarrollo Humano y en Facilitación de Grupos. Acompañante Tanatológica. Es fundadora de Maternidad Sustentable, donde se difunde información sobre lactancia materna y crianza respetuosa. Docente en PILU. Colabora en Fuente de Vida, Grupo de Apoyo a la Lactancia y en UPA Tribu.

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