Se ha cumplido el primer semestre de la administración panista que recupero la alcaldía después un fallido gobierno municipal por parte del PRI.
La expresión del quehacer del político en la ciudad de León por su importancia económica y por el debate político que implica la alternancia de los partidos es foco de atención y pero sobre todo de preocupación, luego de seis meses, en que no están claras muchas cosas.
¿Quién gobierna en León? El peso político de Carlos Medina y Luis Ernesto Ayala sin duda han socavado la autoridad delegada en Héctor López Santillana, lo que hace que cada día el ayuntamiento se vea cuestionado por los propios panistas y los demás partidos de oposición, en donde todos juegan en terrenos propios de la ambigüedad y de la revancha política, con poca memoria y con pocas propuestas para la ciudad.
En el trabajo de la comisiones del ayuntamiento se alcanza a observar como el Plan de Gobierno presentado quedó fuera de foco y no permite operar eficazmente, lo que en la administración pública moderna implica que planes, acciones y programas tengan horizontes de realidad, ya que las metas o los programas en general dejan muchas dudas y se puede apreciar que el Plan de Gobierno se hizo desde los escritorios de oficinas y ocupando sólo parcialmente lo que el IMPLAN había desarrollo como parte de la actualización que hizo con el horizonte de tiempo 2040, y que inicialmente es bueno, pero no logra poner en el escenario de lo posible el desarrollo de una ciudad que requiere decisiones de largo y mediano plazo.
En el corto plazo la ciudad se cae a pedazos entre que se ponen de acuerdo y sobre todo en lo que el alcalde acaba de entender lo que pasa en su administración.
Se presumió la elección y el procedimiento que se siguió para registrar ternas y para la elección a través de urnas electrónica –uso de computadoras para votar- puestas por el INE, sin embargo, menos del 10% de las y los electores pudieron participar. Algo paso y si bien la intensión es buena, sólo se designaron 77 con ese método de los 95 cargos posibles, el resto lo elegio el Ayuntamiento de forma tradicional a propusta del Alcalde. La falta de estructuras organizativas reales y democráticas es una limitante, y operó también en este caso, la ya vieja estrategia territorial del PAN y la histórica estrategia de caciques del PRI, mientras el PVEM y Nueva Alianza sólo se quejaron.
El tema de los proyectos asociado al Instituto de la Mujer, su consejo y las políticas de equidad y transversalidad están lejanas del de interés del Alcalde, al parecer éste se alinea a la visión del gobernador Márquez que cree con declaraciones y publicidad en los periódicos locales sobre la violencia contra las mujeres esta es atendida, y ante el tema de la alerta de género sigue mostrado una cerrazón conceptual e ideológica. El ayuntamiento de León queda a deber en materia de políticas públicas con perspectiva de género. El tema de la seguridad de las mujeres es el botón de muestra. En el tema de una administración municipal que incluya a mujeres bajo el principio de equidad y paridad es el síntoma de que no saben o no pueden gobernar con criterios de igualdad y de inclusión.
Está el tema del transporte público, junto con la crisis de ambiental a partir de la tala de árboles en favor del progreso o del bien común, deja en claro que no hay un proyecto ambiental sólido y de largo plazo para cumplir la meta de Naciones de Unidas, que señala que debe haber un metro cuadrado de área verde por cada habitante de la ciudad. El problema de contaminación del aire se puede percibir cada día, y más cuando muchas de las ladrilleras de forma impune hacen su quema en la madruga. El incremento en el número de vehículos y la falta de criterios para hacer fluido el tránsito en las horas pico, se ve adornado con el incremento de agentes de tránsito en las mañanas que con radares se dedican a multar a los conductores y no están en tareas de apoyo para lograr una circulación más fluida con el consecuente incremento de emisiones tóxicas al aire que todos y todas respiramos y un programa de calidad en el servicio por parte de los concesionarios sigue siendo la demanda social relevante, antes de incrementar las tarifas. Choferes que trabajan 16 horas al día deberían ser el objeto de una política laboral y de seguridad para quienes transportan vidas y personas, algo no está bien desde la responsabilidad del municipio.
En el caso de la inseguridad y el incremento de delitos, de asaltos, de robos a casa habitación y de violaciones entre otros como la informado y documentado el Observatorio Ciudadano de León y con el arranque singular y politizado de la Mesa de Seguridad dejan muchas otras dudas. Se requiere pensar el tema de la seguridad humana desde un nuevo paradigma, se necesita comprender que las tareas de prevención del delito no pueden estar asignadas a la propia policía y que se requiere distribuir las acciones y políticas públicas en las diferentes dependencias municipales. Se requieren crear condiciones para el acceso y permanencia de jóvenes en el sistema educativo, crear opciones de empleos reales, estables y bien pagados. Se requiere programas que promuevan la convivencia y la cohesión social, junto con el uso de los pocos espacios públicos seguros en donde niños y niñas y mujeres principalmente se sientan con libertad y con la confianza de poder usar esos espacios.
En el caso del mantenimiento de la ciudad, de las calles y avenidas, las ciclovías, de la señalética urbana, el alumbrado pública, entre otros elementos de responsabilidad municipal, -vemos como se actúa-, al parecer con criterios del turismo de negocios, se pintan banquetas y pasos de cebra sólo en relación a eventos, se pintan postes y se da limpieza a lugares para se vea bonita la ciudad ante los visitantes que acuden ferias, eventos culturales y de negocios, dejando grandes zonas de la ciudad, colonias completas que no han recibido acciones de mantenimiento, ni preventivo y mucho menos correctivo. Lo cierto es que hay calles sin pavimentar, tramos de bulevares que no están concluidos, calles que no están diseñadas para las personas con capacidades diferentes, coladeras destapadas, postes doblados y destruidos de todo tipo, es decir una ciudad que sólo se atiende por presiones y coyunturas propias de la ganancia, pero no porque haya un plan de trabajo claro, sólido, pertinente, humano y para todos y todas los que habitamos la León. Por ahora la administración municipal deja mucho que desear, y la ciudad se cae a pedazos sin más remedio.
