Abril es un mes por demás cándido. Hay canciones, poemas, que buscan dibujar la vida que se desvuelve con el pretexto de cuarto mes año, bajo el amparo de la estación, que llena de jacarandas en flor las calles, que pone mantos de flores en el piso para que ella vea su propio reflejo.
En la vida política mexicana arrancan en esta semana las campañas electorales en 12 estado del país: Aguascalientes, Hidalgo; Veracruz, Puebla, Oaxaca, Quintana Roo, Tamaulipas, Chihuahua, Zacatecas, Durango, Sinaloa, Tlaxcala y Baja California. Sólo en el caso Baja California se renovará el congreso local y 25 alcaldías.
Estas elecciones serán organizadas en sentido estricto por el Instituto Nacional Electoral (INE) con apoyo de los OPL (Organismos Públicos Locales), cabe señalar que es la primera vez que el INE organiza elecciones locales sin que haya elección nacional concurrente y pondrá a prueba la operación de las instancias electorales locales, buscando solventar parte de los problemas que se presentaron en las elecciones del 2015.
En esta elección también se pone nuevamente la figura de candidaturas independientes. De las 77 candidaturas a gobernador registradas 9 son de candidatos independientes y están pendientes de resolver 2 candidaturas independientes más. El padrón electoral será de más de 27 millones de electores en esos 13 estados.
Las elecciones que vendrán se dan un contexto social, económico y político inédito y por demás crítico. Un contexto de crisis de credibilidad del gobierno y de sus instituciones, de un creciente descrédito a las figuras de poder, y con profundos desencantos en materia de gobernabilidad y gobernanza. Estado con Veracruz y Tamaulipas, en donde el crimen organizado se infiltrado en las esferas del poder y logrado romper la cohesión social y la paz.
Estas elecciones se efectuarán dentro de un conjunto de posiciones del estado mexicano que distan de ser posturas inteligentes, sino que por el contrario son reacciones de berrinche, de negación y de falta de visión política y social:
Las posturas absurdas en contra de la Corte Interamericana de Derechos Humanos después de la presentación de su informe en donde se documenta la violación sistemática y estructural de los Derechos Humanos en el país, y el intento de desacreditar a su Secretario General, Emilio Álvarez Icaza, mexicano por cierto. La provocación que ha hecho la PGR al difundir por fuera de los acuerdos los resultados parciales sobre el tema de peritaje del basurero de Cocula por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI). La exoneración de los militares responsables de las ejecuciones en Tlatlaya por parte de la justicia militar, dando pie a que se consolide en el imaginario social de que “somos el país en donde no pasa nada”. Esta el reporte de la CEPAL donde se informa que la pobreza extrema creció en el país con datos duros en los últimos dos años y la absurda respuesta del Secretario de Desarrollo Social José Antonio Meade que afirmó que la CEPAL tiene que revisar sus indicadores porque están mal y que en México no creció la pobreza, y cabe la pregunta ¿Por qué los demás gobiernos de América Latina aceptaron los resultados?¿Por qué México se niega a reconocer el fracaso de las políticas en contra de la pobreza?¿Cuáles son los resultados de la Cruzada contra el Hambre? ¿Sólo es cuestión de que la leche LICONSA se venda en 1 peso en los 400 municipios más pobres de México? También está la negativa mostrada por el PRI y sus aliados en el Senado de la Republica para tomar en cuenta la iniciativa ciudadana de la llamada Ley 3 de 3. Por otra parte, la aprobación en comisiones de la iniciativa de Ley para reglamentar el artículo 29 Constitucional y establecer el procedimiento para decretar la restricción o suspensión de derechos y garantías como atributo del presidente, sin que queda con suficiente claridad que significa perturbación grave de la paz pública y sobre todo dando un mensaje de autoritarismo aberrante que confirma en los hechos el contenido del Informe del CIDH.
Abril será un mes sin duda complejo y que sobre reclama una ciudadanía cada vez más activa, más participativa. Se requiere poner a prueba el sistema de partidos y los procesos electorales.
Por lo pronto en abril, el domingo 24, se convoca a una movilización nacional en contra de las violencias machistas ante la violencia contra las mujeres. En la agenda política de estas elecciones locales habrá que ver qué proponen los partidos políticos, será un buen indicador para saber si comprenden lo que implica las transversalidad de género en las políticas públicas y a qué se comprometen. Abril y todo lo que vendrá…
