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miércoles, enero 22, 2025

Amor y educación

“A veces, la gente no quiere escuchar la verdad porque no quieren que sus ilusiones se vean destruidas”.                                                                                                              

    Friedrich Nietzsche

“Sanar no se trata de seguir adelante o “superarlo”, se trata de aprender a hacer las paces con nuestro dolor y encontrar un propósito en nuestras vidas otra vez.”

       Shirley Kamisky

“Lo que importa es precisamente esto; lo no dicho al borde de lo hablado.”

Virginia Woolf

“El odio ha hablado tan fuerte durante tanto tiempo. La codicia ha hablado tan fuerte durante tanto tiempo. Los mentirosos han hablado tan fuerte durante tanto tiempo. El amor tiene que dejar de susurrar…”

Marianne Williamson

“Solía ​​tener miedo de estar solo. Ahora tengo miedo de tener a la gente equivocada a mi lado.”

Yukio Mishima

Amor y educación

Arturo Mora Alva

Hannah Arendt escribió uno de las reflexiones que le da valor y sentido a la educación. Tuve la suerte de iniciar mi trayectoria docente en la UNAM cuando tenia 18 años y debo confesar que esa oportunidad marco mi vida en muchos sentidos. Son ya más de 4 décadas de trabajo educativo con personas y ahora las palabras de Hannah Arendt toman más sentido hoy: “La educación es el punto en el que decidimos si amamos el mundo lo bastante como para asumir una responsabilidad por él y así salvarlo de la ruina.”

Son tiempo complejos y muy difíciles, son tiempos que apelan con urgencia a la razón, al pensamiento critico y a la libertad. Estamos en un tsunami de noticias falsas, prejuicios y de una buena cantidad de mentiras. Estamos de alguna manera indefensos a la marea de memes, videos, reels, tiktoks, y comentarios en la cyber comedia de enredos que las redes sociales se encargan de difundir sin ningún criterio de “calidad”, de “veracidad”, de “validez”, la verdad no importa, parcializar los hechos, segmentar y editar declaraciones, foros, conferencias, es el pan de cada día. Se apela las emociones, a al juego de la percepción, a las calumnias, que se confunden con las “noticias” dentro de las estrategias de marketing y publicidad que desde el poder se impulsan, para sostener el estado de cosas, todo se busca cambiar para que nada cambie.

Las expresiones de repudio al genocidio que realiza el gobierno de Israel contra el pueblo de civil de Palestina ha tomado la consciencia de cientos de miles de estudiantes de las más importantes universidades en Estados Unidos, junto con las marchas y protestas en muchas partes del mundo, dejan en claro que sabemos de estas por medios independientes y por la socialización marginal que realizan los propios estudiantes y activistas sociales ente el encapsulamiento de la información que los medios de comunicación y algunos gobiernos han hecho queriendo salvaguardar la imagen de Israel y protegiendo acuerdos, negocios e intereses de las élites financieras del sionismo.

Este 2024 ha habido y habrá elecciones en más de 60 países. Cerca de 4000 millones de personas, cerca de la mitad de seres humanos que habitan el planeta tendrán la oportunidad de elegir sus gobernantes, con toda la gama de opciones políticas, corrientes, ideologías y programas de gobierno, y en donde se debate y cuestiona las formas que las democracias ha tomado para realizar los procesos electorales. Cada nación ha creado sus propios criterios y tienen sus modelos de organización electoral y en donde la imperfección, el conflicto y la duda se contrapone a la legalidad, la certeza, independencia, imparcialidad y objetividad. No hay modelo perfecto.

El tema puede ser visto desde la educación ciudadana, desde la educación cívica y desde la formación política. “La política debería ser un asunto de interés público” escribió Zigmunt Bauman, en su libro “En busca de la política”. No nos hemos querido dar cuenta que la política la inventamos como constructo social, para no matarnos en el intento de organizarnos como sociedad para convivir y para establecer desde la construcción del aparato de estado, desde la aceptación de una serie de acuerdos, normas, reglas poder evitar las guerras fratricidas. Sin embargo, estamos en un momento en donde el capitalismo también ha convertido a la política en mercancía.

Byung-Chul Han, filósofo, señala en su libro “Psicopolitica” que “No el valor de uso, sino el valor emotivo o de culto es constitutivo de la economía del consumo. […] Es ahora cuando la emoción se convierte en medio de producción […] La aceleración de la comunicación favorece su emocionalización, ya que la racionalidad es más lenta que la emocionalidad. La racionalidad es, en cierto modo, sin velocidad. De ahí que el impulso acelerador lleve a la dictadura de la emoción. […]” y con ello el capitalismo y sus representantes han impulsado la emotividad con “anzuelo” para atrapar a sus presas desde las emociones en un mar de confusiones y mentiras. Basta ver en las campañas electorales en México el uso de corazones y sus correlatos publicitarios, que pareciera que se gobernará desde las emociones, curiosamente son mujeres las aspirantes la presidencia y la gobernatura del estado, por lo tanto, la razón es para los hombres y las emociones para las mujeres.

Han señala que “Las cosas no se pueden consumir infinitamente, las emociones, en cambio, sí. Las emociones se despliegan más allá del valor de uso. Así se abre un nuevo campo de consumo con carácter infinito” y de ahí que hoy se explote sin ningún pudor la emotividad de las masas. Veamos la campaña de Donald Trump, todo es descalificación de jueves, jurados y testigos, se pone en lugar de la víctima, evade su responsabilidad y genera una especie de compasión, para seducir a sus electores, explotando las ideas de supremacía blanca, de racismo contra mexicanos y latinoamericanos, responsabilizando de la crisis que vive Estados Unidos a todos, especialmente a los chinos y otros menos a su gobierno y las políticas internas y las intervenciones internacionales que han realizado en diversas naciones del mundo. Todo es emociona. Han señala “Pero las emociones nos conducen a lugares donde las decisiones abandonan la racionalidad.”

Hoy educar debería ser una prioridad en el sentido de educar para la libertad, de educar para la convivencia, educar para la comunicación y el diálogo, para crear la intersubjetividad necesaria para dar cabida al respeto, al reconocimiento, a la diversidad, a la tolerancia, a la alteridad, a la dignidad humana. Educar para la ética planetaria, para la consciencia ambiental, al amor a la naturaleza y por tanto el amor a las personas.

Byung-Chul Han describe: “Las emociones, en cuanto inclinaciones, representan el fundamento energético, incluso sensible de la acción. Están reguladas por el sistema límbico, que también es la sede de los impulsos. Constituyen un nivel prerreflexivo, semiinconsciente, corporalmente instintivo de la acción, del que no se es consciente de forma expresa. La psicopolítica neoliberal se apodera de la emoción para influir en las acciones a este nivel prerreflexivo” con lo que la razón queda sepultada en la impulsividad y en la ceguera, en la sordera de un discurso que se solo se imita, que no es propio de la persona que lo repite, que lo asume porque necesita ser arropada por el grupo, sin que haya una razón clara, sino que simplemente es por ser parte de algo, ese “algo” que la haga sentirse bien. Solo quiere dopamina y serotonina política.

Urge educar para la argumentación y para la integración de las ideas y del pensamiento, para entonces, poder sentir y actuar congruentemente.

Urge educar para el amor, para la solidaridad, para la sororidad, para la fraternidad. Urge enseñar a amar con la inteligencia que da el pensar lo que se siente y el sentir lo que se piensa. Romper la trampa del mercado que todo lo que toca lo convierte en mercancía, incluido el amor, la familia, la amistad y la política.

El amor y la educación son condiciones de lo humano. Gabriela Mistral escribió una de las formas más hermosas en las que se puede estar y ser con otra persona y que estoy seguro que si pudiéramos experimentar y actuar ese deseo, seguramente tendríamos desde la esfera personal la fuerza para crear y construir un mejor lugar en donde de vivir y en donde la política sería un ejercicio de convivencia amoroso para salvar al planeta de la ruina, parafraseando a Hannah Arendt.

“Sólo quisiera ser uno de los motivos de tu sonrisa, quizá un pequeño pensamiento de tu mente durante la mañana, quizá un lindo recuerdo antes de dormir. Sólo quisiera ser una fugaz imagen frente a tus ojos, quizás una voz susurrante en tu oído, o quizás un leve roce de tus labios. Sólo quisiera ser alguien que quisieras tener a tu lado, quizás no durante todo el día, pero de una u otra forma vivir en ti”

Gabriela Mistral

 

Arturo Mora Alva
Arturo Mora Alva
Biólogo por la UNAM, Mtro. en Educación por la UIA León, Doctor en Estudios Científico Sociales por el ITESO con especialidad en Política. Profesor Universitario en todos los grados. Investigador Social, Consultor y Analista.

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