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viernes, marzo 29, 2024

Amoroso Diccionario

Hace unos días tuve la fortuna de tener en mis manos y ante mis ojos el libro de Élisabeth Roudinesco “Diccionario amoroso del psicoanálisis”, pude tenerlo a través de una gran persona y amiga a la que admiro y aprecio mucho y con la que he ido tejiendo una asertiva comunicación, – en varios temas y campos del saber humano-en un diálogo valioso y fructífero, en donde el intercambio de ideas, historias, conceptos, teorías y argumentos se entretejen ahora bajo el pretexto del contenido de este libro que me atrapó y que le agradezco a ella, el haber tenido la oportunidad de leer y disfrutar.

Confieso que lo devoré en un par de días y que sus palabras remiten desde conceptos y personajes, a momentos de la historia contemporánea pasando por diferentes ciudades del mundo e iniciando desde el tema del “amor” hasta llegar a “Zúrich”. En una trama de entradas de consulta propias de un diccionario y que a la vez aborda desde una visión amplia con la perspectiva de occidente, una narrativa que da a  conocer eventos, personas, contextos y que su vez cuestiona, argumenta, precisa, recupera historias, pensamientos y personajes, que nos lleva a hacer por así decirlo a realizar una lectura desde la complejidad de lo “humano” y con ello reconocer el saldo civilizatorio y las posibilidades de pensar la época que nos ha tocado vivir, con un relato en la que se combinan la música, la historia, la literatura, el arte, el cine y la configuración del psicoanálisis como un nuevo sistema de pensamiento que marcó un nuevo paradigma para intentar comprender la psique y la conducta humana y sus relaciones a partir de la cultura y la interacción social en la dinámica del desarrollo humano de cada persona.

No haré una reseña del contenido que se plasma en sus 513 páginas, lo que haré es compartir algunas  ideas que el texto suscitó la lectura del “Diccionario amoroso del psicoanálisis”:

  • Hay tanto por aprender y tanto por recuperar de la historia para no repetirnos como sociedad, pero al parecer nos gana la desidia y el olvido;
  • Estamos viviendo la sociedad de la información, en era del conocimiento, época  que muestra que hay cada vez una ausencia de una lógica de sentido y de responsabilidad. Todo esto que ahora sabemos y que acumulamos como información a una velocidad inédita,  observamos que no tiene rostro, ni nombre, en realidades sociales y humanas concretas, a las que tiene y debería responder el pensamiento crítico, la ciencia y la tecnología, el aparato de análisis de propio de la filosofía, la sociología,  la psicología y en su caso el psicoanálisis, ante  el dolor, la exclusión, la carencia, el abandono, el miedo, la crueldad y los asesinatos en favor de la ganancia como único argumento y de la explotación como única estrategia;
  • Es urgente pensar y trabajar sobre lo que implica la conciencia humana y los tópicos desde los que se puede analizar, la psique humana y su comportamiento. Se requieren soportes institucionales, políticas sociales nuevas y la revisión de las estructuras y mecanismos de formación social y psicológica – convivencia, cohesión social, interacción humana y de desarrollo habilidades socioemocional – ante la soledad, la ansiedad, la depresión, el suicidio y todas la formas de adicción y evasión, junto con todo tipo de violencias, reales, simbólicas y estructurales que están afectando el posible desarrollo sano y humano de la sociedad en su conjunto.
  • Rescato que la cultura es un proceso y una construcción social, dinámica, imperfecta e histórica, pero, que sólo siendo parte de ella, es posible significar y resignificar tanto las preguntas y como las respuestas propias de la existencia humana.
  • Al parecer la inteligencia y las capacidades humanas de comunicación junto con los actos que como especie hacemos en pro y en contra de la propia existencia no bastan, -especialmente-  con la arrogante e irracional  apropiación de la naturaleza para el beneficios de unas minorías, que apenas alcanzan el 20% del total de seres humanos que poblamos el planeta,  que se estima en 2020 en 7625 millones de personas y que deparan una inevitable catástrofe cada vez más cercana y si hay alguna posibilidad de corrección sólo será, sí y sólo sí, somos capaces de actuar y poner a la persona, sus derechos y dignidad en el centro de la acción social, política, cultural, ambiental, económica y psicológica.
  • Que la complejidad de lo humano, sus acciones y la forma en que se configura el pensamiento y la forma en que se percibe y se siente la vida y el complejo mundo de la emociones en el actual contexto sociocultural son un tema y campo permanente urgente de seguir siendo estudiado.

Durante varios años me he arriesgado a escribir lo que pienso y lo que siento, desde lo que voy entendiendo a partir de mi mirada sobre la realidad social, política, económica, cultural, ambiental y humana. A veces el contexto inmediato es al que hago referencia, otras veces la escritura parte de conceptos y de reflexiones teóricas, otras más son a partir de los acontecimientos que obligan a querer puntualizar algún aspecto, en algún caso lo que escribo suma  a la denuncia social que muchos actores hacen en la permanente y urgente lucha por la defensa de los derechos humanos y la dignidad de las personas. Agradezco que este medio digital de comunicación el que me permita la oportunidad de que sean difundidos y en muchos casos leídos para animar un dialogo y una reflexión social, cultural y política.

Ahora es la primera vez que escribo desde la experiencia de la lectura de un libro en particular: “Diccionario amoroso del psicoanálisis”, texto que sin decirlo explícitamente, nos invita a pensar en que el “amor” la única fuerza que nos puede hacer humanos y constituir, transformar, tomar conciencia y usar el amor junto con la fuerza de las palabras para crear una red social nueva, critica, profundamente humana desde lo que implica la construcción social de la cultura y del amor en su sentido más amplio, para con ello poder dar sentido y oportunidad a la “esperanza y la solidaridad” , reconociendo a la par,  la imperfecta e incompleta condición de lo humano que nos define y en donde el psicoanálisis y la sociología analítica entre otras disciplinas y ciencias sociales que tienen mucho que aportar, para crear esa red social que es necesaria, pero sobre todo urgente, si es que queremos tener una oportunidad como civilización.

 

Arturo Mora Alva
Arturo Mora Alva
Biólogo por la UNAM, Mtro. en Educación por la UIA León, Doctor en Estudios Científico Sociales por el ITESO con especialidad en Política. Profesor Universitario en todos los grados. Investigador Social, Consultor y Analista.

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