El miércoles próximo termina el periodo de las campañas políticas en todo el país. Una constante que quedó evidenciada en este proceso, es corroborar, que la crisis que sufre el sistema de partidos políticos es más profunda de lo que parece. No sólo fue la designación o elección en su caso de los candidatos y candidatas, lo que muestra la falta de prácticas democráticas, sino que toda la apuesta que hicieron fue a los spots de radio y televisión durante estos 60 días, de saturación mediática, en donde no se escucharon los cómos, los hacia dónde, o los con quiénes o bajo qué estrategia o con qué recursos se podría hacer tal o cual cosa en favor de los electores. Pero eso sí, nos llenaron hasta el hartazgo de eslóganes, de siglas repetidas una y otra vez acompañadas de música y bailes y hasta el esfuerzo mercadotécnico de querer llamar la atención al usar palabras altisonantes para posicionar a un partido.
Los debates que se hicieron en el país y en el estado de Guanajuato, que sólo se llevaron a cabo en algunos de los municipios o entre algunos de los contendientes a una diputación federal o local, en general fueron pobres, con pocas propuestas y con muchos ataques entre partidos y entre candidatos. Debates que no lo fueron en sentido estricto y no representaron nada del otro mundo de la actual política de la que somos presa. Pero que dejó en claro qué es la clase política actual y cómo esta se mueve en ese mundo del discurso lleno de convencionalismos, de lugares comunes, de ideas ajenas, y mostraron la falta de creatividad, de innovación o en el mejor de los casos de poder presentar o apropiarse de experiencias exitosas de otros gobiernos a nivel mundial, que se han puesto en marcha para resolver problemas similares y que pudieran ser verdaderas propuestas de una oferta política.
El recuento de daños y la grave situación por la que atraviesa el país, en todas las dimensiones de la vida social, así como, la cada vez más aguda crisis social de credibilidad que va envolviendo a todas las esferas de la vida y en especial de la confianza en las instituciones del estado, daba sin duda la posibilidad de hacer una agenda social y política, que hubiera sido la base real para cualquier partido político para diseñar, para pensar y para ofertar un proyecto social, un programa político renovado, critico, propositivo, innovador y sobre todo esperanzador en un sentido social amplio.
Los partidos cayeron en el vicio de apostar al hecho de sólo usar estrategias de marketing político, una mercadotecnia insulsa y vacía de contenido, utilizando los medios de comunicación masivos a los que tienen derecho. Otros partidos, los más grandes, usaron para sus campañas las estructuras de base que ya tienen, haciendo una apuesta al voto duro como se le conoce, utilizado las mismas estrategias de control, de cooptación, de compra y coacción del voto que tradicionalmente ocupan. Un partido se decidió por el uso una estrategia de posicionamiento de marca, recurriendo a la recordación de marca, poniéndose en el lugar del escándalo de forma permanente y colocándose como víctima.
Las campañas acaban y la ciudadanía no tiene todos los recursos para conocer quiénes son las personas que participan en las contiendas electorales. A nivel municipal, sólo se conoce a los que contienden por las presidencias de los ayuntamientos, pero el resto de las planillas que integran las propuestas de los cabildos queda en el anonimato. Lo mismo sucede con los candidatos y candidatas que van como suplentes en las formulas registradas y sólo se le apuesta al que va en la posición de propietario(a). Así, el vacío de información se hace una constante.
Hace un mes escribí en este espacio, que sólo 42 candidatos(as) de los 126 registrados para el estado de Guanajuato habían subido al portal del INE información sobre su trayectoria profesional o política. Para el 31 de mayo, lo habían hecho 71, siendo las candidatas mujeres las que más han usado el espacio para presentarse.
Desde otro ángulo de la información para la ciudadanía, la propuesta de que todos los candidatos y candidatas a nivel federal para integrar la nueva legislatura presentaran e hicieran pública tres demandas para lograr la credibilidad ciudadana como son 1) la declaración patrimonial, 2) la declaración de Impuestos y 3) una carta de explicitación de posibles conflictos de intereses, sólo fue atenida por 46 candidatos o candidatas de los poco más de 2600 aspirantes a una curul en San Lázaro.
Estas elecciones tienen varios componentes novedosos producto de la última reforma electoral. Así, para esta elección hay un primer ejercicio sobre la paridad de género misma que quedo en el 50% de hombres y el 50% de mujeres, para todas las candidaturas posibles. Por otra parte, los representantes que sean electos en este 2015, podrán ser reelectos en el caso de diputados locales, federales y presidentes municipales. Una característica especial para esta elección es la posibilidad de declaración de nulidad de triunfo, en caso de que exista un rebase del tope de dinero autorizado para la campaña, lo que hace que serán las elecciones más fiscalizadas en la historia política de joven democracia electoral que tenemos.
Aún con todo esto que podría ser un capital político en todos los sentidos, los partidos políticos en general, decidieron ponerse en un lugar de mucha distancia con la sociedad y con una inmensa lejanía con la que sucede en realidad social de nuestro México.
Esperemos que el próximo 7 de junio, que la mayor parte de la ciudadanía acuda a votar y que pueda hacerlo con la confianza de que su voto es libre y secreto; que será contado y respetado por las y los ciudadanos que serán funcionarios de casilla.
Que puede muy claro que se puede votar por quien se quiera, si se puede hacerlo de forma informada y razonada qué mejor. Se puede ir a votar por convicción, se vale. Se puede votar como una respuesta a la actual situación política del país, del estado o del municipio, también vale, Se puede acudir a votar para anular el voto, que el voto nulo también tiene valor.
Después de las elecciones habrá que tomar en nuestras manos el papel que nos toca como sociedad. Habrá que crear muchos espacios de organización y habrá aprender con todos y todas, a ejercer el derecho que tenemos para exigir buenos gobiernos, para demandar lo que necesitamos, para que nos rindan cuentas y para que hagan transparente su trabajo, y que den cuenta del uso de los recursos públicos. Habrá que impulsar cambios sustantivos a las leyes, incluida la necesidad de refundar el país y dotarnos de un nuevo marco constitucional. Habrá que votar para tener una calidad moral y poder exigir con pleno derecho lo que nos corresponde como mexicanos y mexicanas, todo esto a pesar de las campañas vacías, insípidas, frívolas e insulsas que nos ha tocado soportar.
