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viernes, abril 26, 2024

444

León cumple 444 años de su fundación. León una ciudad que ha crecido en los años recientes al amparo del primer Instituto de Planeación Municipal del país,  junto con el aval de los primeros planes de desarrollo urbano generados en los años 70, que pudo poner en la agenda del desarrollo local, la idea de la planeación urbana como un principio ordenador del territorio municipal.

El sentido ideal, podría ser desde los instrumentos de planeación, un modelo de ciudad que fuera respondiendo a las necesidades propias del crecimiento poblacional y las demandas de servicios básicos, infraestructura y equipamiento urbano necesarios y con ello establecer una serie de “mínimos” para que sus habitantes tuvieran una calidad de vida digna y sobre todo humana.

Las lógicas del desarrollo ancladas en la búsqueda de la ganancia y de la plusvalía inmobiliaria sin ningún escrúpulo, han hecho que los retos y desafíos que la ciudad tenía visualizados desde los años 70 del siglo pasado, se conviertan ahora, en serios problemas urbanos y sociales, ya que hoy, su solución y atención requiere grandes inversiones y una revisión a fondo de las políticas públicas asociadas a las problemáticas creadas al no respetar la planeación urbana de León y de la normatividad existente.

La falta de control en la planeación de la ciudad utilizando los instrumentos necesarios para la toma de decisiones de corto, mediano y largo plazo, junto con una menor sensibilidad social y política de los gobiernos municipales, en especial en los últimos 30 años, para pensar la ciudad en términos urbanísticos y desde el desarrollo social, muestran la cada vez mayor dificultad o incapacidad de las autoridades para hacer “ver” por ejemplo, a los empresarios de la construcción, de la vivienda y de la oferta inmobiliaria una visión compartida de largo plazo de la ciudad para desarrollar las estrategias y tener una ciudad humana, sustentable, eficiente, digna, sana y sobre todo segura.

Se llega a un nuevo aniversario de la ciudad entre los festejos propios de la heráldica leonesa. Lo cierto es que la cuidad de León está viviendo tensiones, problemas y crisis propias de la omisión, la impunidad, la corrupción y de la falta de talento para gobernar una ciudad que ya es una de las más grandes del país y que acumula realidades, por así decirlo, que atentan contra la dignidad y la vida de sus habitantes.

Si bien han existido propuestas y proyectos para pensar la ciudad, como es el caso del transporte público y la creación del SIT, que ha sido una innovación que se trasladó a otras ciudades del país y que se pudo adecuar a partir de las experiencias en Colombia y Brasil, su desarrollo actual deja mucho que desear, no sólo por el costo, sino porque el sistema no ha sido una opción para desactivar el uso del trasporte privado y que junto con el crecimiento de la mancha urbana, la circulación de automóviles ha llegado a cifras inéditas para la capacidad de aforo muchas calles y avenidas de la ciudad, dejando a su vez pendiente la calidad y la eficiencia del sistema de transporte, además de lo caro del mismo.

El tema de la expansión de la zona urbana y las estrategias para detonar el crecimiento de fraccionamientos por fuera de los límites que IMPLAN propuso desde su creación, muestran cómo desde el cabildo la traza y los limites urbanos se cambian producto de las presiones e intereses de los desarrolladores inmobiliarios y que los procesos de crecimiento planificado de la ciudad, quedan sólo en una retórica política que busca justificar las decisiones y las autorizaciones “del cambio de uso suelo”, se conviertan en las monedas de cambio entre las autoridades municipales y unas cuantas familias que desde los años hace 50 años dominan el mercado inmobiliario.

Los problemas de la ciudad de León asociados a la contaminación del aire crecen –no sólo son las ladrilleras-, sino también el volumen de autos particulares que ya hay, y que hacen que sea más crítico el problema de inversión térmica y mayor cantidad de partículas suspendidas que se puede respirar en el periodo invernal; el tema del manejo de los residuos sólidos, -su manejo, reuso y disposición final- representa un pasivo ambiental serio y de corto plazo; el problema de la falta de espacios públicos adecuados y seguros; el problema del abasto de agua potable en el corto y mediano plazo; el problema de la calidad y eficiencia del transporte público; la falta de cumplimiento de los requerimientos en cuanto a la cantidad de áreas verdes y del arbolado urbano necesario conforme a los estándares mínimos internacionales; el crecimiento de colonias irregulares al amparo de fraccionadores; el problema de la falta de regularización de la tenencia de la tierra y de la vivienda en muchas colonias que ya tiene 30 y hasta 40 años de existencia; los problemas de especulación de la tierra, junto con la gran cantidad de terrenos baldíos en casi todo el territorio municipal y que siguen presionando la oferta inmobiliaria e incrementando su plusvalía a costa de los servicios municipales con los que se benefician; problemas de la falta de urbanización de calles y avenidas y la ausencia de una estrategia para dar mantenimiento al equipamiento urbano, alumbrado público, señalética urbana, además de que León es un ciudad de baches;  por ejemplo, y con la ampliación descontrolada y permitida de la mancha urbana que ya toma laderas y valles de la Sierra de Lobos, que en teoría estarían protegidos a largo plazo y que podemos constatar que ya no es así.

La lista de problemas de la ciudad y en la ciudad es más amplia y tiene diversas dimensiones y responsabilidades.
Todo esto, junto con una serie de problemas sociales asociados al entorno urbano y a la complejidad de la propia realidad social como: son la pobreza, los bajos salarios, la economía y el comercio informal, la inseguridad en las calles y bancos, los asaltos a transeúntes, a comercios, el robo de vehículos y cristalazos, junto con la violencia intrafamiliar, la violencia contra las mujeres y niñas –el acoso, la violación y los feminicidios-, la inseguridad en las plazas y espacios públicos, así como el incremento de la venta de drogas y el incremento de los homicidios dolosos, dan como resultado un panorama poco esperanzador si es que creemos y exigimos el derecho de poder vivir en una ciudad que propicie y garantice desde la planeación urbana la vida con calidad y la dignidad de todas y todos los habitantes de la Ciudad de León.
444 años de historia que dan identidad sin duda alguna a quienes vivimos en León, pero también puede ser una conmemoración que propicie y anime a reflexión profunda, crítica y urgente de lo que se tiene que hacer en favor de las personas  que vivimos en una gran y compleja ciudad como lo es León.

Arturo Mora Alva
Arturo Mora Alva
Biólogo por la UNAM, Mtro. en Educación por la UIA León, Doctor en Estudios Científico Sociales por el ITESO con especialidad en Política. Profesor Universitario en todos los grados. Investigador Social, Consultor y Analista.

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