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jueves, abril 25, 2024

Descalabros

“Como la dicha de un pueblo depende de ser bien gobernado, la elección de sus gobernantes pide una reflexión profunda”.
Joseph Joubert

La situación del país reclama como nunca un buen gobierno. La cantidad de eventos críticos que se vienen acumulando apuntan al fracaso del aparato de estado en su conjunto.

Las elecciones de junio pasado animaron nuevas expectativas políticas y fue el anuncio del inicio de la carrera por las candidaturas para la presidencia del país. Es cierto que gobernar no es fácil, pero también lo cierto es, que en las instituciones y las personas que se nombran para asumir el liderazgo y la conducción de estas, reclama conocimiento, compromiso social y una gran responsabilidad ética.

En el país donde nunca pasa nada y pasa de todo, tenemos un grupo, una élite que gobierna con un estilo propio de la esquizofrenia. Pese al esfuerzo de la Dirección de Comunicación Social de la Presidencia de la República para presentar a Enrique Peña Nieto como un gobernante cercano a las personas, al pueblo, a través de formatos de manejo de imagen en donde exponen al primer mandatario en el centro de los eventos, rodeado de gente, por los cuatro costado, y él en camisa blanca de manga larga, pero arremangada, para mostrar a un gobernante trabajador y franco, y hablando con ayuda de un micrófono inalámbrico, el resultado es totalmente opuesto.

Los resultado de la encuesta de opinión del periódico El Universal, demuestran la caída en la percepción del trabajo del gobierno y de la imagen del presidente, los resultados se pueden consultar en este link.

Lo que se confirma al revisar los resultados de esta y otras encuestas, es que las reformar estructurales que nos iban a llevar a ser una de las naciones más importantes y poderosas del mundo, junto con el que los mexicanos y mexicanas tendríamos una mejor calidad de vida, traducida en mejores empleos, más servicios de calidad en salud, mejor equipamiento urbano, más vivienda, adecuada alimentación y con servicios de salud de calidad y para todos, pasando por tener mejores salarios y servicios, como la energía eléctrica y los combustibles son sólo promesas, primero de campaña y ahora de gobierno.

El hecho de que la gente reconozca cierto éxito en la implementación de programas sociales (12%), nos lleva reconocer las viejas prácticas clientelares que el PRI está usando a través de estos, y a aceptar que la gente valora lo que se le da. Sin embargo en ese mismo sentido apenas el 8% ve positivas las reformas y el 51% declara que no hay cosas positivas que haya hecho el gobierno. La aprobación del trabajo de la figura presidencial sólo cuenta con una aceptación del 29%.

En general la caída en la percepción del gobierno se resume en que el 58% de los encuestados considera que el país está peor desde que llegó Peña Nieto al gobierno.

Cuando se cumplieron sus primeros tres años al frente del gobierno se llegó a pensar en que habría ajustes en el gabinete y que serían de fondo. Los cambios han sido pocos, la procuradora Areli Gómez, en lugar de Murillo Karam, Antonio Meade, en un trueque con Rosario Robles y ella paso a la SEDATU, en Pemex se puso un parche, del que ya estamos viendo nuevamente los resultados, en Educación nombró a Aurelio Nuño que es amigo del presidente, y ahora moverán al director de la CFE para que dirija al PRI. Los arreglos son acomodos sin más, no hay una valoración de capacidades, competencias laborales y conocimiento del área. Es decir se gobierna nuevamente como lo hizo el PRI durante más de 70 años, amiguismo, compadrazgo político, acuerdo de los grupos de poder al interior del PRI, lo que demuestra la falta de profesionalismo y compromiso con la nación y con quienes la conformamos al nombrar a los funcionarios públicos de primer nivel con esos criterios.

Son ya muchos los descalabros que tiene el gobierno federal. No se ve por donde se pueda retomar el cauce para que finalice el sexenio no sólo con decoro, sino que se puedan atender los grandes, graves y urgentes problemas que se tienen como país, como sociedad.

El problema con los descalabros es que pueden conllevar daños cerebrales severos, que se manifiestan en trastornos de conducta con secuelas muy serias. El país está para que se le escuche, para ser atendido con empatía, para que se atiendan las demandas urgentes que tiene, y se requiere por lo tanto de un gobierno con talento, con inteligencia, con voluntad, dispuesto a dialogar y sobre todo a reconocer de manera inmediata, que lleva mucho tiempo sin entender, sin comprender, sin escuchar y sin ver lo que realmente pasa en el país.

En el largo camino electoral, el pueblo tendrá que aprender a elegir bien a sus gobernantes, si quiere tener alguna oportunidad en la actual sociedad y para poder pensar el futuro como nación. Tenemos a Peña Nieto como presidente, algo tendremos que aprender.

Arturo Mora Alva
Arturo Mora Alva
Biólogo por la UNAM, Mtro. en Educación por la UIA León, Doctor en Estudios Científico Sociales por el ITESO con especialidad en Política. Profesor Universitario en todos los grados. Investigador Social, Consultor y Analista.

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