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viernes, marzo 29, 2024

El dolor humano y la deuda social

La forma y la presencia política en Guanajuato desde 1991 de Acción Nacional como gobierno estatal es algo a analizar en estos tiempos, por demás tristes y desoladores, si partimos del dolor humano y la deuda social que se vive en Guanajuato.

Todo apunta a que el estar usufructuando los beneficios del triunfo electoral desde ese lugar del poder en el estado y en muchos de los municipios, los ha llevado a crear una paradoja: Lo que lo llevó al PAN a ser un opción de oposición desde los ideales que le dieron origen y a su fundación como partido político, principalmente su ideología humanista y su adscripción a las ideas liberales y a la democracia cristiana, hoy son sólo lejanos recuerdos de lo que fue ese instituto político.

Sus líderes y dirigentes, sus representantes políticos tanto funcionarios como legisladores, entraron en una dinámica propia de una cofradía, en la que gobernar es una tarea en donde todo se reduce a que se trata de administrar cuotas de poder entre grupos y personas, que se disfrutan de prebendas y se realice de forma opaca el pago de favores, además de que pareciera que se solamente es un asunto de manejar los intereses entre los diversos cotos de poder y la manera que se ejerce un tipo singular de influyentísimo.

Acción Nacional se olvidó de su origen y de su proyecto. Ahí la paradoja y la dificultad de gobernar para todas y todos.

El dolor humano que se gesta desde la realidad que se impone cada día a la sociedad, con el recuento de la muerte que día a día abona a una cifra roja que no disminuye.

Dolor humano que se profundiza en cada una de las historias de las personas desaparecidas, con el desasosiego de todas las familias que pierden un familiar y que se quedan atrapas en la angustia de no saber dónde están sus hijos, padres, hijas, madres, hermanos, hermanas, primos, tíos y tías y que se ven en la penosa travesía de pedir ayuda y exigir justicia, sin ser escuchados, sin ser atendidos en sus derechos.

Dolor humano que se amplifica con la cantidad de víctimas que pierden sus bienes materiales y pierden su tranquilidad y sienten temor de salir a la calle, de estar en permanente zozobra de volver a ser asaltados, de que roben sus autos, que den cristalazos y se llevan parte de su patrimonio, del temor de que se vuelvan a meter a sus casas y que revisen sus cosas, su ropa interior, sus pertenencias, e instalen y metan el miedo y la intranquilidad al lugar que debería ser el lugar más seguro para cada persona, para cada familia y en donde el cobro de derecho de piso, la extorsión y secuestro se convierten en los temas de conversación cotidianos con la impotencia y el coraje que se sienten en cada caso concreto.

La promesa del bienestar y el desarrollo social no llega a Guanajuato para todos y todas. La mejora en la calidad de vida sólo ha sido para unos pocos. Los indicadores del desarrollo humano, se convierten en una larga lista de pendientes y no es que no se haga nada, no es que todo este mal, no es que no haya programas y políticas públicas dirigidas a atender problemas y brindar soluciones, sino que mucho de lo que se hace apunta a lógicas que responden a una mirada y a una visión ideológica con la que se ve a la ciudadanía, junto con las maneras de actuar, desde la acción de autoridad que tiene el gobierno, en la que se privilegian ciertas formas de atender la realidad y en la que lo que menos importa es la dignidad de las personas y sus derechos.

Uno de los pendientes del modelo de desarrollo industrial impulsado y sostenido en Guanajuato, que está basado casi exclusivamente en la atracción de la inversión extrajera y que implica el apoyo incondicional del gobierno del estado para lograr que vengan empresas de otros países a instalarse y con ello sostener un modelo de industrialización, que obliga a que el gobierno del estado dote de infraestructura, servicios y apoyos, tiene en los bajos salarios su talón de Aquiles.

Empresas de clase mundial que operan en el estado, que ofrecen y pagan bajos salarios. Hay 19 estados en el país que se paga mejor que en Guanajuato y con ello la deuda social se mantiene. Un estado hecho de retazos, sin que se logren concretar avances significativos en favor de la población y de su calidad vida.

Municipios siempre en construcción, con ayuntamientos financiado obra pública para que fraccionadores y empresas inmobiliarias tomen ventaja y saquen la mayor ganancia posible a costa del erario público.

Ahora, hay un gobierno estatal al que se le autorizó desde su bancada en el Congreso Local un endeudamiento privado para invertir y financiar el desarrollo de infraestructura, sin que se conozca en qué se va a gastar, y tampoco se sepa cómo se va a pagar.

El PAN que era el defensor del libre mercado, ahora se convierte en el gobierno de estado que financiara al sector privado, con costos trasladados a las y los guanajuatenses.

El pretendido humanismo y la democracia cristiana ya no son principios vigentes en el PAN y las buenas intenciones no alcanzan desde las estructuras de poder y desde las formas de gobernar para atender con responsabilidad, ingenio, creatividad, profesionalismo y compromiso social los retos del desarrollo económico y de la justicia social, mucho menos los del dolor humano. El pragmatismo no es humanismo. La imposición y la ceguera voluntaria no es gobernar para el Bien Común.

Arturo Mora Alva
Arturo Mora Alva
Biólogo por la UNAM, Mtro. en Educación por la UIA León, Doctor en Estudios Científico Sociales por el ITESO con especialidad en Política. Profesor Universitario en todos los grados. Investigador Social, Consultor y Analista.

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