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martes, abril 16, 2024

Estado laico simulado

La palabra “laico” viene del griego “laikos”, que significa “alguien del pueblo”.
En el ámbito político laico es el Estado, el gobierno, que no tiene una religión oficial y que no privilegia las ideas de ninguna religión.
La cultura laica es una cultura de respeto, de tolerancia, de compromiso con la riqueza de la diversidad humana. Es escuchar a los otros sabiendo que tenemos identidades, ideas y trayectorias culturales diferentes. Es respetar, y hasta celebrar, el pluralismo de la sociedad. Es admitir que en todas las religiones hay tendencias plurales. La cultura laica es una crítica al clericalismo político, al intento permanente que han tenido siempre las jerarquías religiosas de entrometerse en la acción del Estado.

María López Vigil

 

La visita del Papa Francisco, sin ser una visita oficial del Jefe del Estado Vaticano, ha querido ser usado por el gobierno de Peña Nieto para intentar congratularse con la sociedad mexicana que se asume católica, sobre todo ante el descrédito que se ha ganado ante los escándalos de corrupción en el que está envuelto buena parte del gobierno federal y de algunos gobernadores, especialmente los de Veracruz, Morelos, Puebla, y buena parte de exgobernadores como Padrés de Sonora o Moreira de Coahuila. Es importante señalar que cada vez son menos los católicos que se declaran practicantes, en un país que literalmente fue coto privado de la iglesia católica.

Los datos señalan un decremento en la adscripción de la población del catolicismo, en 1895, en el primer censo de la nación, los católicos eran el 99.1% y para el censo de 2010 este porcentaje cayó al 82.7. Son cada vez más los que se declaran católicos no practicantes, según un estudio de la UNAM de 2015, el 23.2 % es católico no practicante, cristiano 10.3%, testigo de Jehová 3.7%, ateo 3.7%. Cabe señalar que México es el segundo país con más católicos del mundo, después de Brasil y arriba de Filipinas.

Habrá que reconocer más allá de la exposición mediática que la visita del Papa Francisco ya causado en la mayoría de los medios de comunicación, sus mensajes, tienen profundo sentido social y político, con una postura por demás crítica sobre la realidad y las prácticas de una iglesia jerárquica que tiene en muchos de sus obispos y arzobispos mexicanos, nítidos ejemplos de lo que no quiere el Papa de toda su grey.

También sus palabras han hecho una crítica firme a la corrupción y al uso del poder para beneficio personal, al igual que sus palabras sobre la corrupción y lo que causa como resultado, en su mensaje en Palacio Nacional, frente a la casi totalidad del gabinete federal, así como de empresarios, diputados y senadores e invitados e invitadas especiales. Resalta que es la primera vez que un heredero de San Pedro visita el edificio emblemático del poder político en México. En ese espacio que sirvió para dar la bienvenida al Papa, el presidente Peña Nieto hizo una clara y enfática referencia al estado laico, como un elemento sustancial de la conformación del estado mexicano, pero, al día siguiente se le pudo observar al primer mandatario recibiendo la comunión en la Basílica de Guadalupe, al igual que Osorio Chong Secretario de Gobernación entre muchos otros funcionarios del estado.

El uso político de la visita Papa por parte del gobierno no es nuevo, el usar la fe del pueblo para intentar tener una buena imagen ha sido una constante en las visitas previas de Juan Pablo II, o de la visita de Benedicto XVI. Así mismo, hemos visto como ha sido el uso de la religión por parte de sacerdotes que han utilizado el pulpito para hacer política, invitando a votar por los colores “marianos”, el azul y el blanco que usa el PAN en sus logotipos y otros casos invitando a votar por los colores patrios, que usa el PRI en su emblema. Situaciones que han sido denunciadas en los diversos procesos electorales en la democracia electoral reciente de este país, que no acaba de hacerse, en donde ambas instancias –clero, gobierno-, no respetan la ley electoral y al estado laico.

Defender el que tengamos un estado laico es una tarea secundaria sin duda en estos momentos del país. Demandar tener un estado de derecho es mucho más apremiante sin duda, frenar y castigar la corrupción es una demanda social urgente, lograr que no impere la impunidad es un deber del estado y una exigencia moral. Lo que pasó en el penal de Topo Chico en Nuevo León muestra una vez más el grado de impunidad y la fuerza real que tienen los grupos criminales y con ello la triste confirmación de la ausencia del estado como autoridad y del vació de poder que se tiene frente a la delincuencia.

Dando valor a los mensajes que el Papa Francisco está dejando como legado para el compromiso social, se tiene que reconocer y denunciar que Peña Nieto y su gabinete, así como los gobiernos locales de los estados que visita el Papa, hacen sin ningún tipo de escrúpulo, un uso simulado del estado laico en favor de sus intereses políticos y en contra la Constitución.

Arturo Mora Alva
Arturo Mora Alva
Biólogo por la UNAM, Mtro. en Educación por la UIA León, Doctor en Estudios Científico Sociales por el ITESO con especialidad en Política. Profesor Universitario en todos los grados. Investigador Social, Consultor y Analista.

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