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sábado, abril 20, 2024

Fin de año: ilusión de una blanca navidad

Los buenos deseos recorren el ambiente, algunos de los buenos deseos que circulan en las redes sociales en este fin de año son del tipo:

“Por un 2019 donde cada niña, cada mujer que salga, vuelva a su casa sana y salva.”

“Deseo que no tú y tu familia no sean víctimas de la delincuencia en el 2019”.

Habrá que añadir. “Que no sea una Roja Navidad”, esto, después de un año teñido de rojo en el país y  en Guanajuato. Cabe señalar que hace unos días en el pleno de la Cámara de Diputados, el grupo parlamentario del PAN  acusó que en los primeros días de la gestión de Andrés Manuel López Obrador habían ocurrido 363 asesinatos (13 diciembre 2018), mientras que en el mismo periodo de Felipe Calderón (PAN) se registraron 208 y con Enrique Peña Nieto (PRI) 232. -El Universal Online-. Lo que no dicen los legisladores y legisladoras del PAN es que la mitad de esos homicidios se cometieron en Guanajuato.

El golpe de timón anunciado por el gobierno del estado, por ahora son sólo declaraciones y todo apunta a que los cambios son de 360 grados.  El robo de un camión de traslado de valores, con más 100 millones de pesos, muestra que el estado de derecho está rebasado, que el sistema de monitoreo que se heredó del Programa Escudo sigue sin funcionar: “Locura es hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes” dijo  Albert Einstein.

Las estrategias municipales, la de León y ahora la San Miguel de Allende ponen en tela de juicio las decisiones en materia de seguridad que el Procurador de Justicia y el Secretario de Seguridad Pública han implementado. Muestra una fractura política producto de la exigencia de la sociedad por tener seguridad en sus bienes y sus personas. Si bien cada municipio tiene la facultad de diseñar sus propias políticas en materia de seguridad pública, la aspiración y necesidad de tener una política coordinada, a nivel estatal y federal que sea profesional –técnica y científica- en materia de seguridad pública se diluye y muestra la inoperancia del gobierno estatal para realizar acuerdos, para trabajar de forma conjunta y coordinada, aun con ayuntamientos gobernados también por Acción Nacional.

Algo esta desajustado. Los diputados locales del PAN no logran entender que son parte de un poder diferente al ejecutivo, que son independientes y que la estructura de división de poderes es precisamente la forma de hacer contrapesos a los otros poderes, -para corregirse la “plana” entre ellos-, cuando alguno no hace su función o cuando es necesario corregir o rectificar las decisiones que afectan a los gobernados y que dañan la convivencia social o que ponen en riesgo a las instituciones y sus funciones. La terquedad anunciada por la bancada del PAN en el Congreso Local de ratificar al actual procurador como Fiscal General para Guanajuato, confirma que ese partido no entiende su responsabilidad como representantes electos que son, al tener que legislar y tomar decisiones de su competencia en favor de la sociedad en su conjunto y no solamente el rendir pleitesía al poder ejecutivo.

Lejos estamos de tener seguridad pública. El miedo se instala en el ambiente. Las ejecuciones, la forma de atacar y asesinar a plena luz del día, los robos al interior de bancos, los cristalazos en estacionamientos de tiendas de conveniencia y plazas comerciales, los robos a transeúntes, los robos en casa-habitación, los asaltos y robos en comercios, en escuelas, el robo de baterías y accesorios automotrices, junto con las extorsiones, los  secuestros, el cobro de derecho de piso, el cobro de cuotas, los asaltos al transporte de carga, el narcomenudeo, el huachicol y los feminicidios son tristemente los temas navideños entre amigos, vecinos y familiares.

El gobierno del estado tiene una memoria selectiva. Se olvida que el PAN asumió desde 1994 la responsabilidad de gobernar, de cumplir y hacer cumplir la constitución del Guanajuato. La ola de violencia y de delitos que ahora se vive en estas tierras del Bajío no inicio ayer, no llegó de la noche a la mañana, no es casualidad y tiene también una base estructural y son resultado de las políticas impulsadas por el gobierno. Las preguntas son muchas y las respuestas pocas.

La Navidad para muchas personas no será blanca, ni en paz. Los deseos de un mejor 2019 deberán tener incluidos la exigencia de resultados concretos, de estrategias de prevención del delito, la creación de espacios de confianza ciudadana, recomponer el tejido social, una evaluación pública y rendición de cuentas, contar con planes de acción para desactivar y desanimar la comisión de delitos, la formación y capacitación de policías, el garantizar la aplicación de los protocolos en materia de derechos humanos, en especial la de los derechos de las niñas y las mujeres por parte de la policía y de las agencias del ministerio público, tener políticas públicas para atender a víctimas. Estos deseos pasan también por contar con una administración y procuración de justicia ágil, ética y profesional.

El que podamos soñar con un mejor país pasa por  tener un mejor estado, un mejor lugar para vivir y conlleva necesariamente el que se garantice la libertad individual y colectiva. El mejor deseo que se pudiera pedir este para este nuevo año sería: “Que todos y todas pudiéramos ejercer nuestra “LIBERTAD que significa NO TENER MIEDO”, como dijo Nina Simone.

 

Arturo Mora Alva
Arturo Mora Alva
Biólogo por la UNAM, Mtro. en Educación por la UIA León, Doctor en Estudios Científico Sociales por el ITESO con especialidad en Política. Profesor Universitario en todos los grados. Investigador Social, Consultor y Analista.

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