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jueves, marzo 28, 2024

Gobernar para proyectos o gobernar para sí mismo

“A más desconfianza,  más burocracia”.

“Existen dos clases de personas: las que van más bien a favor de los proyectos y las que van más bien a favor de sí mismos”.

Jorge Wagensberg

 

La resaca del ejercicio del poder político va mostrando sus efectos, tanto en el gobierno federal como en el gobierno en Guanajuato. 

Un gobierno federal que actúa sin pensar mucho y luego se da la tarea de hacer un trabajo doble para lograr el control de daños, pero ya con consecuencias en la población y en la opinión pública, y como escribió Jorge Zepeda Patterson con relación a Andrés Manuel López Obrador, “El presidente está desarrollando una admirable capacidad para apagar fuegos, sería aún mejor que convirtiera en arte la tarea de prevenirlos”, y esto porque pareciera que el estilo de gobernar es de casi un todo o nada y luego recomponer, de corregir, de mesurar y de salir del bache en el que el mismo se metió. En todo caso el gobierno federal, y al menos esto desde la postura casi ortodoxa del presidente, gobierna para sus proyectos, para su idea de nación, en la que pone primero al país como principio de mandato.

Por otra parte, está el gobierno estatal en Guanajuato, que tal pareciera su eje de gobierno está centrado en gobernar para sí mismo, incluidos los grupos de interés que han apoyado de una u otra manera los triunfos electorales en Guanajuato del PAN. El interés y demandas de los gobernados pasa a segundo o tercer plano. La arquitectura del gobierno estatal se asemeja a lo que pasa a nivel federal, los contrapesos son pocos y aislados. Así, están alineados los tres poderes a una visión cortoplacista por estar atentos a que no se “arrugue” la bien planchada imagen de gobierno eficaz y eficiente que desea proyectar el PAN como partido político. Los resultados sociales ahí están. La marginación y la pobreza, la migración, el atraso social, el rezago educativo, la constante y creciente inseguridad marcan ese estilo de gobernar para sí mismos y en dónde la relación con el gobierno federal se tensa necesariamente, ante los argumentos y las preocupaciones que el gobierno estatal tiene y que no embonan con la agenda social y política de Morena.

Estamos viendo que  gobernar es un proceso complejo, que esta matizado con las lógicas y miradas de los partidos políticos, en la que las formas todavía son fondo, bajo el antiguo principio de análisis político. Así, las relaciones entre los niveles de poder adquieren sutiles maneras de enfrentar los problemas. Desde la geografía política del país y de los estados –incluidos los municipios- en la que quedaron asignados por el voto popular alternancias y continuidades, se alcanza a percibir un trato desde la administración pública sesgado por los colores de quienes gobiernan, a la vez de jugar de forma maniquea, entre el federalismo y la soberanía estatal, así como, entre el control estatal y el municipio libre. En todo caso, se ven destellos de intolerancia, de falta de diálogo, de falta de visión para llegar acuerdos, de sostener a fuerza decisiones y arreglos pactados con grupos de poder, con poderes reales y fácticos.

Hacer y ser gobierno es más que una investidura formal. Se trata en estos tiempos en pensar y decidir, se trata de diseñar futuros posibles y crear por tanto las condiciones para que se puedan ir concretando. La realidad que se muestra por ahora tiene grandes problemas, -que se tienen que afrontar-, no sólo es la pobreza, o las situaciones de vulnerabilidad de grupos específicos de la sociedad, o la falta de opciones de empleo, o la de contar con buenos y competitivos salarios.  Se trata de entender, que muchas de las decisiones, -incluidas las omisiones que son también decisiones políticas- en materia de diseño e implementación de políticas públicas en todos los órdenes, -salud, educación, medio ambientes, trabajo, recreación, migración, deporte, seguridad- están creando nuevos problemas y están minando profundamente el tejido social y las posibilidades de una convivencia pacífica en el corto y mediano plazo.

Gobernar para todos y todas, requiere sensibilidad y visión de largo plazo. Gobernar requiere de sistemas información y procesos continuos de evaluación –transparencia y rendición de cuentas- y se requiere, por tanto, de análisis, reflexión y elaboración de políticas públicas pertinentes y se necesita un aparato de Administración Pública, profesional, capaz y competente. Falta mucho por transcurrir en el sexenio a nivel estatal y federal y mucho por ver. Sin embargo, la constante sigue por ahora siendo la falta de participación social como un contra peso real, ante la falta de una oposición política. Falta ver si gobernar en favor de proyectos es lo mejor que nos puede pasar como nación con AMLO y falta saber, si el PAN en Guanajuato, le sigue apostado a gobernar para sí mismo.

 

Arturo Mora Alva
Arturo Mora Alva
Biólogo por la UNAM, Mtro. en Educación por la UIA León, Doctor en Estudios Científico Sociales por el ITESO con especialidad en Política. Profesor Universitario en todos los grados. Investigador Social, Consultor y Analista.

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