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viernes, abril 19, 2024

Intervalo y proximidad

Los intervalos o los umbrales forman parte de la topología de la pasión. Son zonas de olvido, de pérdida, de muerte, de miedo y de angustia, pero también de anhelo, de esperanza, de aventura, de promesa y de espera. […] El intermedio es un tiempo de transición, en el que uno no se encuentra en una situación definida. Nada puede definir este «en medio de». El exceso de indefinición genera un sentimiento de inquietud y angustia, más concretamente, un sentimiento límite. El paso a lo desconocido inquieta y angustia”.

Byung-Chul Han

“Nacemos solos, vivimos solos, morimos solos. Solo a través de nuestro amor y amistad podemos crear la ilusión momentánea de que no estamos solos”. 

Orson Welles

“A veces la proximidad con la muerte te llena de una extraña, casi visionaria serenidad”.

                                                                                                          Rosa Montero

 

Estamos entre el marasmo y la indefinición social y personal. No sabemos bien a bien qué vendrá, qué tocará hacer. Vamos teniendo respuestas reactivas, casi inmediatas, poco pensadas. Los gobiernos y los diversos actores sociales apenas pueden lidiar con la incertidumbre. Los datos duros de la economía y los discursos que quieren aplanar la curva de contagios, sin mucho éxito, son la evidencia a su vez, de que el único deseo imperante es el de querer mostrar logros de un buen gobierno, que se hacen por demás intangibles en lo político, en lo económico, en lo cultural y en lo ambiental. Un segundo informe del gobierno federal que sostiene una retórica que se ha ido vaciando de contenido.

Si bien, se hacen las cosas de otra forma en el nuevo gobierno, en el fondo sigue imperando como mandato el detentar el poder y usarlo en lo circunstancial, en pro de unas ideas que tienen un sentido de justicia y de cambio, pero que no resuelven el problema estructural del país y en donde se dejan intactas las lógicas de la dominación, del control y de la explotación humana. El discurso político se llena de ambigüedad, de contrasentidos y paradojas que hacen que la credibilidad sea hoy el nuevo coto para el desencanto, para la duda y para la contradicción. Complejidad del discurso del poder que apuesta por la masa, que pone al pueblo como sujeto inasequible de un bien común que se pregona.

La pandemia extiende sus brazos y captura el tiempo, haciendo que el futuro sea aún más indescriptible. El azar hace de las suyas y vamos a la deriva, con una política de estado que se diluye y que se entrega a las lógicas del capital sin ningún escrúpulo. Los gobiernos locales y la oposición no saben qué hacer, sus intereses son por demás egoístas, poco congruentes, con una política local de negaciones, de evasión y de un optimismo tóxico. Para ejemplo el segundo informe de resultados del Ayuntamiento de León.  Alguien diría a propósito del 2do. Informe de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, “yo quiero vivir en el país que describe el presidente”, lo mismo aplica para la ciudad de León por lo que dijo el presidente municipal o bien para el estado de Guanajuato ya que es “la grandeza de México”, -ya que todas y todos deberíamos vivir ahí-, en donde se afirma y se promociona que todo es de primera y de primer mundo. Al parecer la pandemia abona a la enfermedad mental de todos los gobiernos, eso, al menos es lo que podemos inferir por ahora.

El intervalo es ese espacio en la que esperamos que sucedan las cosas, es un no lugar, que es al mismo tiempo y un lugar de vida. Es el espacio y el lapso entre los tiempos, el intermedio. El tiempo se concreta ahí, en el intervalo como umbral en el que se define la posibilidad de que pasen cosas o en el que se decide hacer tal o cual cosa. Un intervalo es una indefinición que está cargado posibilidades y es a la vez incertidumbre. ¿Cuánto tiempo dura un intervalo?  ¿La pandemia prolongada va creando intervalos que se van haciendo eternos? ¿La nueva normalidad llegará en algún momento? ¿La será que la proximidad de la tragedia y de la muerte rondan con inmediatez la felicidad y la vida?

La pandemia nos alejó de los otros y la proximidad apareció como demanda de esos otros, esos otros a los que pusimos en la “sana distancia”. La necesidad de vernos, la necesidad de tocarnos, de reconocernos, de poder hablar al menos a los ojos, con media cara cubierta es hoy una necesidad humana, vital. La proximidad se convierte en acceso al otro, al prójimo, al próximo, al cercano, pero también esa proximidad compromete, y nos lleva a la responsabilidad del cuidado del otro, de ver y apreciar a un ser igual a mí. Las posibilidades que dan los intervalos es la de pensar antes de actuar. La proximidad nos da la oportunidad de ser con otros, que es la única manera ser.

Pablo Atela* en el contexto de la pandemia señala: “El talento individual, tan importante en el pasado, está cediendo paso al talento colectivo. Esta es una evidencia en el entorno empresarial y en el social. Los retos complejos a los que se enfrentan las empresas no los puede solucionar una persona. Sucede lo mismo con los retos sociales, donde es imprescindible la cooperación de varias personas y organizaciones para dar una respuesta efectiva”. La proximidad se convierte, si queremos, en un espacio para un nuevo “nosotros”, en la construcción de una acción colectiva que reclama de la participación social y que implica desmontar la idea éxito individual que ha fomentado un individualismo feroz, que asila y que obtura la mente, ensalzando lo individual por encima de lo colectivo. La nueva normalidad deberá ser colectiva o no será.

La pandemia trajo la proximidad como peligro y como oportunidad. Contagiarnos o contagiar. Cuidar a otros y cuidarnos a la vez. La pandemia está creando intervalos para dar paso a la proximidad, para arriesgarnos a estar con otros y otras, un saber estar con responsabilidad, con compromiso, con la imaginación y con el deseo de crear una nueva realidad social y humana. Construir una nueva realidad social y política es el umbral que tenemos, si es que queremos entrar al proceso de hacernos cargo de nosotros mismos en lo personal y en lo social. El tema es que no sabemos cuánto durará el intervalo producto de la pandemia y ahí esta urgencia de dar prioridad a lo humano y a la necesaria proximidad.

 

*https://ethic.es/2020/06/la-salida-de-la-pandemia-nos-curamos-juntos-o-morimos-solos/?fbclid=IwAR1K77fraWmNOv1Yaoy_eVDNhxdVY09ZqsLlSJjMGa0hTtzvl8oAvQindlo

 

Arturo Mora Alva
Arturo Mora Alva
Biólogo por la UNAM, Mtro. en Educación por la UIA León, Doctor en Estudios Científico Sociales por el ITESO con especialidad en Política. Profesor Universitario en todos los grados. Investigador Social, Consultor y Analista.

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