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jueves, abril 25, 2024

Niñez y realidad

“Cuando decimos que los niños y las niñas son el futuro de México, simplemente los hacemos invisibles”.
Gaudencio Rodríguez Juárez

“Cualquier país, cualquier sociedad que no se ocupa de sus niños, no es una nación”
Nelson Mandela

 

Recientemente el presidente Peña Nieto afirmó que reconocía que en el país había un mal humor, y sostuvo que hay motivos para reconocer que México se mueve. En las redes sociales circuló una foto de una niña que estaba atrás de él mientras hablaba en esta ocasión, que gráficamente mostraba su aburrimiento y hasta su cansancio, algunas personas en la red colocaron la leyenda a la fotografía: “Todos somos la niña” y creo que hay mucho de razón ante el hartazgo que ya se tiene y por la condición de saber que tenemos un gobierno, que no entiende que no entiende.

Los niños y las niñas son la tercera parte de la población del país, cerca de 40 millones. En México 21.4 millones de personas entre 0 y 17 años carecen de las condiciones mínimas para el ejercicio de uno o más derechos sociales, según reporta la UNICEF y el CONEVAL. Solamente 6.6 millones de niños y niñas cuentan con las necesidades cubiertas de vivienda, salud, educación y alimentación.

Guanajuato junto contras siete entidades concentra más de la mitad de los menores que viven en pobreza. Guanajuato ocupa el quinto lugar después del Estado de México, Chiapas, Veracruz y Puebla. En León se estima que hay 207 mil menores en condiciones de pobreza. En el país y en Guanajuato el tema del desarrollo social, no es prioritario, ya que la concepción que se tiene está alejada de una visión integral del desarrollo social, pese a contar con las leyes y reglamentos que deberían garantizar los derechos sociales básicos para la infancia, como el poder tener acceso a la alimentación, la educación y a la salud.

Es una realidad que los niños y las niñas están en condiciones de vulnerabilidad social. Sabemos que hay intentos de programas y algunas políticas públicas como el recién instalado Sistema de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes en el municipio de León. Pero más allá de buscar sensibilizar a la población en general sobre las condiciones en las que viven y sobre el cuidado de los derechos de los menores, se requieren recursos, programas y acciones institucionales concretas, se requiere partir de la realidad que muchos de los infantes viven. Se tiene que abrir el corazón y los ojos a los casos de abuso sexual y maltrato físico de las que son víctimas, están las niñas y adolescentes embarazadas sin apoyos institucionales reales, hay miles de niños y niñas trabajando aun sabiendo que está prohibido el trabajo infantil, hay cientos de niños y niñas en los circuitos de la trata de personas y la prostitución infantil, hay cientos de casos de menores con situaciones de adicción a drogas, hay cientos de niñas y niños abandonados y está incrementándose el suicido entre las y los menores y adolescentes.

Es claro que las condiciones de vida la infancia son el reflejo del fracaso de las políticas económicas y del fallido desarrollo social. Casos como el de Guanajuato, en el que se presume a los cuatro vientos el éxito de la estrategia del desarrollo económico, centrada en la atracción de la inversión extranjera, junto con el anuncio del nuevo parque industrial aeroespacial en el Puerto Interior o el teleférico al Cristo Rey, y que a su vez dejan en el olvido las condiciones estructurales de vida de millones de guanajuatenses. No es casualidad que el estado esté ubicado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en el lugar 26 en cuanto al Índice de Desarrollo Humano, que es un indicador compuesto que integra elementos como: salud, educación e ingresos.

Poner a la infancia en el futuro es negarle los derechos que tienen aquí y ahora todas y todos los menores. Que los programas que buscan atender las necesidades de los niños y las niñas operen sin los recursos económicos necesarios y suficientes es demagogia. Priorizar el gasto del gobierno en la compra de terrenos para las empresas extranjeras o destinar los recursos públicos para dotar de infraestructura -carreteras, drenaje, agua potable, electricidad- a las empresas que vienen a instalarse en Guanajuato a costa la salud, de la educación, de la alimentación de las niñas y los niños es simplemente y llanamente injusticia social.

Pensar que la estrategia económica seguida dará frutos en el futuro, es condenar a la infancia al atraso, al olvido, a la pobreza y a la muerte. Nelson Mandela afirmó: “La pobreza no es natural, es creada por hombre y puede superarse y erradicarse mediante acciones de los seres humanos. Y erradicar la pobreza no acto de caridad, es un acto de justicia”.

El mal humor, se parece al mal olor, proviene de cosas que se echan a perder, que se pudren, de algo que no está nada bien. El tufo del mal humor al parecer también está llegando a Guanajuato.

Arturo Mora Alva
Arturo Mora Alva
Biólogo por la UNAM, Mtro. en Educación por la UIA León, Doctor en Estudios Científico Sociales por el ITESO con especialidad en Política. Profesor Universitario en todos los grados. Investigador Social, Consultor y Analista.

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