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martes, abril 23, 2024

No privaticemos la política

La libertad individual solo puede ser producto del trabajo colectivo […] Hoy nos desplazamos hacia la privatización de los medios de asegurar-garantizar la libertad individual”.

Zygmunt Bauman “En busca de la política”

 

Han iniciado las campañas políticas para alcaldía y para diputaciones federales. El arranque muestra el nivel que tiene por ahora la contienda electoral. Pocas propuestas, muchos reclamos directos e indirectos entre los partidos, dimes y diretes, soportados en una amplia gama de estilos de hacer campaña en los medios de comunicación que van desde un video musical del candidato del distrito I de Guanajuato del PAN, hasta los cuestionamientos abiertos que se hacen entre partidos y candidatos. Llevamos una semana y ya la autoridad electoral ha tenido que intervenir para “bajar” spots de algunos de los partidos políticos.

La democracia electoral incluye procesos que permitan que la ciudadanía formar criterio para poder decidir por la opción política que más la convenga, esto más allá de la militancia que los partidos políticos cooptan y mantienen en sus filas. Del total de mexicanos y mexicanas que participan en los partidos políticos en el nivel de militancia estos representan una minoría el total del padrón electoral y de la lista nominal de electores, estos últimos son los ciudadanos y ciudadanas que podrán votar y que es una cifra de poco más de 82 millones de electores.

En México hay casi 11 millones de ciudadanos afiliados en alguno de ellos. El PAN contaba con 222,922; el PRI con cinco millones 44 mil 528; el PRD con dos millones 590 mil 972; el PT con 488 mil 104; el PVEM con 732,904; Movimiento Ciudadano con 578 mil 563, y Nueva Alianza con 449 mil 217. Los tres nuevos institutos políticos que son el Partido Encuentro Social tiene un registro de 308 mil, 997 afiliados, el Partido Humanista tiene 270 mil ,966 y Morena registró de 496 mil 729.

De acuerdo a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LEGIPE) es requisito contar como mínimo con un número de afiliados equivalente a 0.26 % del padrón electoral, es decir, 219 mil 608 ciudadanos afiliados para la conservación del registro como partido y para mantener el registro deberán obtener una votación al menos del 3% de los votos en la próxima elección del 7 de junio.

La vida política del país está por ahora cuestionada por el desempeño de los actuales legisladores y de los gobernantes en todos los niveles y todos los estados. En todos los partidos hay escándalos de corrupción y de uso indebido de sus atribuciones con cargo al erario público. En el caso de gabinete presidencial los hechos asociados al despilfarro y a la falta de transparencia están haciendo mella en la confianza de los electores, en especial de los jóvenes, así como de un conjunto de organizaciones sociales de diversa índole, que están cuestionando el estado actual del gobierno en su conjunto y por consiguiente manifestando serias dudas al sistema político mexicano, sobre todo ante impunidad y al vació que el gobierno y sus instituciones está haciendo ante una serie de demandas y problemas que cada vez son más grandes y frecuentes.

El presidente Peña Nieto sigue siendo mal asesorado, sus declaraciones caen mal paradas ante la opinión pública nacional e internacional. La imagen que logró proyectar por unos cuantos meses como el “salvador” de México, se ha ido desmoronando. Si bien es cierto que el gobierno hace cosas, logra atraer inversiones por ejemplo, también es cierto, que el crecimiento anunciado en materia económica se ha diferido una vez más y queda como promesa, que los logros en materia del desarrollo social son pocos y tienen ya cuestionamientos severos por parte de la Auditoria Superior de la Federación por malos manejos en los programas social. El presidente de México ha optado por no escuchar y por no reconocer las fallas que tiene el aparato de estado, a la par de que su gabinete no le ayuda en dar un mensaje claro de trabajo, honestidad y transparencia. El caso de la descalificación del relator especial sobre tortura de la ONU es un claro ejemplo de esta forma de querer gobernar, es decir, queriendo desconocer la realidad.

El reto ciudadano ante este escenario es muy amplio y profundo. Se trata de pensar que las elecciones son una vía para lograr los ajustes y cambios en las instancias de gobierno, así como de una parte del aparato legislativo. Se requiere renovar y mantener en manos de la ciudadanía las decisiones electorales, a la vez de cuidar y garantizar que el voto sea la forma de la democracia que por vía pacífica tenemos para ajustar la realidad política.

Pero sin duda, el acudir a votar es una forma de esta democracia representativa, las otras formas tienen que ver con el papel de los y las ciudadanas para exigir resultados a los planes y programas de gobierno. De transparentar el trabajo y desempeño de las y los legisladores. Tiene que ver con impulsar la participación ciudadana y tener un trabajo de vigilancia y control sobre los servidores públicos para que haya calidad en los servicios que se deben proporcionar a toda la población en su conjunto. Tiene que ver con el compromiso personal y colectivo de exigir la plena vigencia de los Derechos Humanos en todos los niveles y desde la integralidad que implica su goce y disfrute.

No participar en las elecciones es una forma de privatizar la política. Es dejar en unos cuantos el destino del país y la calidad de las oportunidades para el desarrollo de los niños y niñas, de los jóvenes hombres y mujeres de esta nación que requieren trabajo digno y bien remunerado, que merecen una educación de calidad y que necesitan un sistema integral de salud con atención profesional y oportuna.

Pero también se requiere que podamos gestar programas ambientales de protección de corto, mediano y largo plazo del manejo sustentable de nuestros recursos naturales. Se requiere impulsar que se pueda tener una vivienda digna y de calidad que permita el desarrollo de las potencialidades humanas y de convivencia social, dentro de espacios públicos y áreas verdes seguros y limpios. Se necesita establecer una clara política social, que disminuya las brechas entre pobres y ricos y que cree condiciones para el desarrollo local y que potencie la autosuficiencia y la soberanía alimentaria y reactive el mercado interno de bienes y servicios.

Se requiere votar para tener la calidad moral como ciudadanía y con ello poder exigir a nuestros gobernantes, acciones y respuestas para que vele y garantice la integridad y la vida de todas las personas y de sus bienes. El acudir a las urnas el próximo 7 de junio es darnos un voto de confianza a las y los ciudadanos para poder pedir cuentas y resultados a quienes hoy se promueven en los medios de comunicación, es empoderarnos como ciudadanos y ciudadanas.

Arturo Mora Alva
Arturo Mora Alva
Biólogo por la UNAM, Mtro. en Educación por la UIA León, Doctor en Estudios Científico Sociales por el ITESO con especialidad en Política. Profesor Universitario en todos los grados. Investigador Social, Consultor y Analista.

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