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jueves, abril 25, 2024

Nudos

 

Un nudo es una figura que formamos, usando una o varias cuerdas, para sujetar algún objeto o bien para unir o acortar dichas cuerdas, de modo que obtengamos una estructura estable y reversible”.

  1. Lizama

“Lazo que se estrecha y cierra de modo que con dificultad se pueda soltar por sí solo, y que cuanto más se tira de cualquiera de los dos cabos, más se aprieta”.

RAE

 

En estos días que se suceden con la parsimonia que se quisiera tener para recorrer un museo o para detener el tiempo y poder disfrutar un hermoso atardecer, en el que se pinta el horizonte con luces áureas que juegan con las nubes y con la refracción de la luz en la atmósfera, dejando con un asombro casi mágico a quien lo observa, que va más allá de la estética de la imagen capturada por lo sentidos y que nos conduce a una dimensión que es única para el espíritu humano.

En esa deseable relativización del tiempo en el contexto de la pandemia, se abren y se crean  los momentos para pensar en uno mismo y en sus circunstancias. Un pensar individual que nos lleva a pensar en los otros y en las otras, que idealmente nos comprometería a poner un “nosotros” por delante de las decisiones que se necesitan hacer y de las que se quieren tomar.

La vida se nos movió, las rutinas cambiaron, las dinámicas de todos los días se fueron ajustando a nuevas demandas, sociales, laborales, escolares y familiares, y se ha tenido que ir haciendo una apropiación de las políticas de salud pública para contener la oleada predecible del COVID-19. Pero, no todos han entendido de qué se trata esto. Las medidas sanitarias y  las estrategias para el retorno a la llamada normalidad se “cumplen con la cabalidad” propia de la cultura nacional esa de: a veces sí, a ratos no, la de todo depende, la del ahí se va, la de qué tanto es tantito y de toda esa gama de lenguaje que nos hemos dado para relativizar los hechos, para negociar todo, incluidas las obligaciones.

Los días del encierro han hecho de las suyas con muchas personas y familias. Cuando se nos atora algo que no podemos manejar o expresar, coloquialmente decimos que se nos hizo un “nudo” en la garganta. También hablamos de “nudo” como sinónimo de problema, cuando expresamos que hay que desatar un “nudo”, o cuando reconocemos que nos hacemos un “nudo” con las emociones o las ideas. Los nudos son útiles sin duda alguna, sino, preguntemos a los marinos o quienes tienen que empacar y atar cargas de cosas para transportarlas.

Los “nudos” que se hacen, pero también se pueden deshacer. Muchas veces se entrelazan las cuerdas de tal manera para que sea muy difícil que los “nudos” se deshagan solos, pero, siempre se necesita de alguien para deshacerlos. Hay muchos tipos de “nudos” según su función, lo cierto es que si jalan los cabos que lo forman más se aprieta y es más difícil quitar el “nudo”.

Hoy los vínculos que tenemos con las personas que nos rodean aún en la distancia física, han hecho que en muchos casos se forme uno que otro “nudo” o muchos “nudos”, y la verdad es que no sabemos la más de la veces cómo se hizo ese “nudo” o  esos “nudos” con la misma cuerda. Lo cierto es que estos “nudos” han aparecido con más intensidad en la forzada convivencia y con el cambio de las condiciones de la vida y que junto con los problemas de la realidad emergente, han hecho que las posibilidades de ver, de reconocer o de sentir el “nudo” para poder deshacerlos está siendo muy difícil y muy complicado, porque de pronto pasamos de los “nudos” a ser mudos, situación que no da pauta para un enredo más y para formar otro “nudo” el del silencio.

Las personas están poniendo a prueba sus recursos emocionales, su resiliencia, sus estructuras de personalidad, su carácter y su voluntad para expresar lo que piensa, para nombrar lo que siente, para compartir sus preocupaciones, para decir lo que desea, para solicitar ayuda con un otro, con un par, con un amigo o amiga, con la pareja, con los hijos e hijas, con las personas que forman su tejido social y emocional.

Todos los “nudos” son reversibles y ahora desde esta metáfora en la que nos podemos pensar, el desafío es hablar, es evitar el silencio, es no quedarnos mudos. Se tienen que poner en palabras a lo que nos pasa, a lo que se siente, a lo que se piensa. La palabra nos hace ser personas, la palabra nos sana, nos libera y se tiene que nombrar eso que el “nudo” contiene, para sólo así, ayudarnos a deshacerlo desde la  escucha, con la empatía e interés de un otro, de una otra, que nos oye y que nos ayuda a ir aflojando la cuerda.

El “nudo” hecho requiere de alguien, -en singular o en plural-, para desanudar la cuerda. Los “nudos” pueden ayudar en un primer momento para contener, para amarrar algo que no queremos se vaya, para detener la carga, para izar las velas, para atar el barco al muelle, pero si no se deshacen después de cumplir su función se convierten en problemas, en conflictos, en sufrimiento, en dolor, en violencia, en desasosiego, en ansiedad, en depresión y en suicidio.

Los “nudos” nos pueden ayudar a comprender a lo que nos enfrentamos, es una forma de aceptar que el conflicto y la contracción que son inherentes a la condición humana. Los “nudos” son la expresión de la tensión que existe en nuestras vidas y en tanto nos formulamos como podemos las preguntas sobre la existencia, sobre el bienestar, sobre la alegría, sobre la satisfacción personal, sobre las necesidades que tenemos, sobre los deseos que se quieren cumplir y sobre la felicidad.

Por lo pronto, la pandemia nos ha hecho ver que los “nudos” se forman y se sienten, pero que no se pueden quedar en un individualismo extremo. Esos “nudos” también nos ofrece la oportunidad de empezar a saber estar con otras personas, de explorar una convivencia que vaya más allá de lo formal, de los vínculos formales y de los lazos familiares. Está nueva realidad está brindando la ocasión para conocernos en el sentido más amplio y profundo como persona que somos e implica sin duda alguna, el partir de un “yo”, para pasar a un “ellos” y poder configurar un “nosotros” y desde ahí, sólo desde ahí, intentar resolver los problemas que se tienen e ir entre todos y todas aflojando las hebras de la cuerda y poder crecer como personas, al ir reconociendo nuestros “nudos” y buscando ayuda para ir deshaciendo los “nudos” de forma solidaria, colaborativa, con confianza, -creyendo en el otro, en la otra, en los otros-, si es queremos salir de la pandemia y del encierro con los menos “nudos” posibles, siendo posiblemente mejores personas.

En los tiempos que corren hay muchos “nudos” en lo social y en lo político que también necesitamos deshacer entre todos y todas, habrá que empezar a hablar y a escucharnos como sociedad, para que no nos sigan robando la voz y negando la existencia de los “nudos” que por cierto ya son muchos y desde hace mucho tiempo.

 

 

 

Arturo Mora Alva
Arturo Mora Alva
Biólogo por la UNAM, Mtro. en Educación por la UIA León, Doctor en Estudios Científico Sociales por el ITESO con especialidad en Política. Profesor Universitario en todos los grados. Investigador Social, Consultor y Analista.

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