El 27 de noviembre de 2014, a dos meses de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el Presidente Peña Nieto anunció 10 medidas, -un primer decálogo- al cual su gobierno se comprometía. Estando a 20 días de que se cumpla un año, sería deseable hacer un recuento de esos compromisos. Es inevitable tener la sensación de que poco o nada de lo anunciado en esa ocasión se haya llevado a cabo, por bien del país, pero sobre todo por los normalistas y sus familias. Lo que propuso en ese momento fue:
- Ley Contra la Infiltración del Crimen Organizado en las autoridades municipales.
- Iniciativa para redefinir la competencia de cada autoridad en el combate al delito.
- Creación obligatoria de policías únicas estatales
- Un número nacional para emergencias: el 911
- Clave Única de Identidad.
- Justicia cotidiana.
- Acciones en materia de derechos humanos:
- Una iniciativa de reforma que faculta al Congreso de la Unión para expedir las Leyes Generales en materia de Tortura y Desaparición Forzada.
- Se fortalecerán los protocolos y procedimientos, para que en casos de tortura, desaparición forzada y ejecución extrajudicial, las investigaciones sean oportunas, exhaustivas e imparciales.
- Se establecerán indicadores adicionales en materia de Derechos Humanos, en coordinación con la CNDH y Organizaciones de la Sociedad Civil.
- Se creará un Sistema Nacional de Búsqueda de Personas No Localizadas, así como un Sistema Nacional de Información Genética.
- Se publicará el Reglamento de la Ley General de Víctimas y se pondrá en operación el Fondo de Ayuda, Asistencia y Reparación Integral, así como el Registro Nacional de Víctimas.
- Combate a la corrupción y
- Transparencia, rendición de cuentas y participación ciudadana.
Ahora con motivo del mensaje a propósito del Tercer Informe de Gobierno, el pasado 2 de septiembre Peña Nieto anunció un nuevo decálogo, y todo apunta a la incredulidad que se tiene sobre el desempeño gubernamental, tan es así, que esta vez ante el descredito que se tiene del gobierno y de la figura presidencial, Peña Nieto renunció a la posibilidad de presentar “Iniciativas preferentes” ante el Congreso de la Unión. Algo no está nada bien. El nuevo decálogo señala:
- Reformas de estado de derecho.
- Acuerdo Nacional para la Justicia Cotidiana,
- Zonas Económicas Especiales.
- Programa de Apoyo a Pequeños Productores.
- Bonos bursátiles para infraestructura educativa.
- Renovación de escuelas públicas del país.Programa Nacional de inglés para alumnos de Educación Básica.
- Creación de la Secretaría de Cultura.
- Mantener la estabilidad macroeconómica para proteger el bienestar de las familias:
- Acelerar el desarrollo de infraestructura nacional y
- Plan de austeridad del gobierno.
Con relación a los compromisos de Peña Nieto hizo a partir de Ayotzinapa, el gobierno federal queda en evidencia ante últimos reportes dados a conocer, tanto por la Comisión de la OEA, como por de Comisión Especial de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, -ambas comisiones especiales autorizadas por el propio gobierno federal- y que muestran que hay mayores responsabilidades de la Policía Federal y del propio Ejército en el caso, además de que se documenta que la hipótesis de que fueron incinerados en un basurero de Colula es falsa y que a versión histórica anunciada por Murillo Karám se viene abajo. Habrá que ver qué respuesta da el estado y sobre todo ver si habrá consecuencias y responsables, y sobre todo habrá que ver la postura que tomaran las fuerzas armadas ante el caso.
Del nuevo decálogo no podemos esperar gran cosa. Una cosa es lo que se dice y otra la que se hace. En un trabajo realizado por un grupo de periodistas del periódico digital Sinembargo.mx se documenta a través de la consulta de expertos, que Peña Nieto ha cubierto 28 de los 266 compromisos que hizo en campaña, y que necesitaría 28.5 años para cumplir con lo que se comprometió. Así, el nuevo decálogo suma a la incredulidad, la visión de arrogancia quedo manifiesta una vez más en su mensaje desde Palacio Nacional.
Vanagloriarse por las reformas estructurales logradas y argumentar que lo más importante de su mandato ha sido el Pacto por México, demuestra una vez más el sentir de la sociedad, tenemos un gobierno que no lee, que no escucha, que no siente, que no entiende, lo que pasa en el país, lo que quiere y demanda la sociedad, y que tristemente seguirá otros tres años sin entender. Ya no se trata de nuevas promesas. Guatemala ya puso el ejemplo.
