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jueves, abril 25, 2024

Para la Utopía

El pragmatismo político y económico nubla la mirada  de quienes están en las esferas del poder y en las élites económicas. La ganancia a corto plazo, el manejo de las circunstancias en favor de crear y mantener clientelas, el resolver coyunturas por demás efímeras, el atender crisis y escándalos mediáticos, marcan a la “prisa” como signo de estos tiempos que corren por demás desbocados y hace, que la urgencia sea el factor que se impone como canon ante la demanda de la eficiencia y eficacia de una sociedad política y vendida al mercado, con lo que se configura la actual Sociedad del Rendimiento, como la ha descrito con una implacable crudeza y realismo Byung Chul-Han, al caracterizar las expresiones sociales del comportamiento humano en la sociedades en occidente al arranque del nuevo siglo y en los albores del nuevo milenio.

Tal pareciera que las escalas territoriales, las dimensiones humanas y las necesidades materiales se van condensando en los caleidoscopios multicolores que reproducen en las pantallas y en la obcecación que la sociedad de consumo hace al convertir todo en mercancía, en suvenir, en eslogan, en una experiencia sensorial y emocional al explotar la arraigada cultura del maniqueísmo, del todo o nada, de conmigo o con el otro, de querer seguir marcando el mundo en antagonismos por demás excluyentes, que dan paso al querer nostálgico de volver a naturalizar la xenofobia, el clasismo, la discriminación, la misoginia, a través de radicalismos  convertidos en mercancías políticas, que ya tienen a sus consumidores cautivos y domesticados, por demás polarizados por la parafernalia y los estandartes que las ideologías y las creencias venden.

Los procesos humanos de la convivencia se han complejizado. No está demás, reconocer que la historia social se ha ido llenando de nuevos elementos y factores que han hecho que las explicaciones no puedan ser de ninguna manera unívocas, o lineales, pero sobre todo no pueden ser simples. La diversidad de las expresiones y visiones que desde la cultura han logrado hacerse visibles, muestra un mundo diverso, plural, con una amplitud de matices y de formas de concretar la libertad y la dignidad humana.

Las condiciones de expoliación del planeta urgen a la necesidad de establecer una agenda política, cultural, social y económica que ya no puede ser evadida. La magnitud del desastre ambiental implica obligar a los gobiernos del mundo, a las empresas y a los dueños de una riqueza acumulada inmoralmente a frenar las lógicas y lecturas desarrollistas vigentes. Se necesitan detener las formas irracionales explotación de los recursos naturales, para dar paso a soluciones sustentables y sobretodo socialmente pertinentes, en donde de la ganancias económicas no sean el único parámetro de éxito.

El logro civilizatorio de reconocer los derechos humanos como elemento mínimo garante de la dignidad que tenemos todas y todos por el simple hecho de ser personas, -y ser sujetos de derechos-, nos coloca en la responsabilidad moral y ética de ir configurando el desarrollo de la sociedades de una forma incluyente, equitativa, igualitaria, que abone a establecer políticas públicas y sociales para direccionar hacia nuevos fines y horizontes las prácticas cotidianas de interacción y convivencia entre las personas, con una profunda y sólida convicción de reconocer la obligada necesidad de crear condiciones de justicia e igualdad, que incluya a todos los grupos humanos y a todas sus expresiones, en donde los “estados-nación” asuman la responsabilidad de gobernar para esos nuevo fines democráticos, en la perspectiva de los Derechos Humanos y sustentables con la Naturaleza.

Algunos de los problemas que tenemos como sociedad están anclados en las formas de control social y político que han estado vigentes. Esas formas institucionalizadas de poder hoy están desgastadas y en crisis. Los cambios sociales y políticos producto de la exigencia de la vigencia de los derechos humanos vendrán sin duda. Las y los jóvenes están marcando la pauta ante el cambio climático. La pregunta es ¿si nos dará tiempo para recuperar al planeta  y rescatarnos como humanidad? Carl Sagan dijo que la Tierra inicio sin seres humanos y terminará sin ellos. Eduardo Galeano nos muestra la posibilidad de otro mundo posible si es que “deliramos un ratito”:

 

La utopía

Qué tal si deliramos por un ratito

qué tal si clavamos los ojos más allá de la infamia

para  adivinar otro mundo posible

 

El aire estará limpio de todo veneno que no provenga

de los miedos humanos y de las humanas pasiones

 

En las calles los automóviles serán aplastados por los perros

la gente no será manejada por el automóvil

ni será programada por el ordenador

ni será comprada por el supermercado

ni será tampoco mirada por el televisor

 

El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia

y será tratado como la plancha o el lavarropas

 

Se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez

que cometen quienes viven por tener o por ganar

en vez de vivir por vivir no más

como canta el pájaro sin saber que canta

y como juega el niño sin saber que juega

 

En ningún país irán presos los muchachos

que se nieguen a cumplir el servicio

sino los que quieran cumplirlo

Nadie vivirá para trabajar

pero todos trabajemos para vivir

Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo

ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas

Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas

Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos

Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas

 

La solemnidad se dejará de creer que es una virtud

y nadie, nadie

tomará en serio a nadie

que no sea capaz

de tomarse el pelo

 

La muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes

y ni por defunción ni por fortuna

se convertirá el canalla en virtuoso caballero

La comida no será una mercancía

ni la comunicación un negocio

porque la comida y la comunicación son derechos humanos

 

Nadie morirá de hambre

porque nadie morirá de indigestión

 

Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura

porque no habrá niños de la calle

Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero

porque no habrá niños ricos

La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla

y la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla

 

La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas

volverán a juntarse bien pegaditas espalda contra espalda

 

En Argentina las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental

porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria

 

La santa madre iglesia corregirá algunas erratas de las tablas de Moisés

y el 6to mandamiento ordenará festejar el cuerpo

 

La iglesia dictará también otro mandamiento que se le había olvidado a Dios:

amarás a la naturaleza de la que formas parte

 

Serán reforestados los desiertos del mundo

y los desiertos del alma

Los desesperados serán esperados

y los perdidos serán encontrados

porque ellos se desesperaron de tanto esperar

y ellos se perdieron por tanto buscar

 

Seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan

voluntad de belleza y voluntad de justicia

hayan nacido cuando hayan nacido

y hayan vivido donde hayan vivido

sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa ni del tiempo

 

Seremos imperfectos

Porque la perfección seguirá siendo

el aburrido privilegio de los dioses

pero en este mundo

en este mundo chambón y jodido

seremos capaces de vivir cada día

como si fuera el primero

y cada noche

como si fuera la última.

 

 

 

 

 

 

Arturo Mora Alva
Arturo Mora Alva
Biólogo por la UNAM, Mtro. en Educación por la UIA León, Doctor en Estudios Científico Sociales por el ITESO con especialidad en Política. Profesor Universitario en todos los grados. Investigador Social, Consultor y Analista.

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