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viernes, abril 19, 2024

Reacomodos. Más de lo mismo

“El sistema político actual representa una evolución del viejo sistema priista; más que un cambio de régimen, lo que ocurrió en las décadas pasadas es que pasamos de un régimen de partido único a uno de tres partidos con los mismos privilegios y prerrogativas que antes el PRI gozaba en exclusivo.”

Luis Rubio (Reforma 9-8-15)

 

La vorágine de cambios en las dirigencias nacionales de los tres partidos políticos que obtuvieron más votos en las pasadas elecciones, muestra la verdadera preocupación de éstos, conservar el poder a toda costa. Hemos visto como en las últimas décadas cada instituto político ha ido abandonando sus principios y sus convicciones políticas. Les ha ganado el estar en el poder, desde el PRI como partido hegemónico, junto con el PAN y el PRD como una oposición ahora armonizada o cooptada por poder real y simbólico, por la histórica clase política y los poderes fácticos, que controlan la economía y cuidan a cualquier precio ostentar y ejercer su poder.

El relevo en la dirigencia nacional el PRI, Beltrones y Monroy, ya mostró el cobre. Si bien el autoritarismo del presidente Peña Nieto ha sido evidente, el anunció de Beltrones de que acabó la sana distancia entre el presidente y el partido, es la cereza del pastel, que confirma que el viejo PRI regreso, o que nunca se había ido, y que entre líneas le facturó al expresidente Zedillo la perdida de la presidencia en el 2000 y el 2006. La arrogancia del gabinete presidencial, es ahora apuntalada con la soberbia de un PRI que vuelve a las andadas y que quiere el carro completo en las elecciones de 2017 y 2018.

Por otra parte, el proceso de elección en el PAN entre Javier Corral y Ricardo Anaya a la dirigencia nacional, es anuncio de que el próximo fin de semana la militancia elegirá a un PAN que esta doblegado, vació de propuestas y con una profunda crisis moral. Un PAN que quiere seguir en la palestra del poder, en las tribunas del Congreso, en las notas de los periódicos, pero que no puede articular una propuesta de gobierno que responda y genere propuestas de política pública, de política social para atender los graves problemas sociales de pobreza, exclusión y marginación. Seguirá un PAN volcado a mantener una economía de libre mercado, pero a la vez con visiones ultraconservadoras en la agenda de derechos, por ejemplo en el caso de los derechos de las mujeres. Es un partido que seguirá buscando garantizar la máxima ganancia de las élites económicas, mientras que ellos y ellas puedan seguir disfrutando de algunas prebendas y oportunidades de negocios, de obtener parte de la tajada del pastel. El caso de Guillermo Padrés en Sonora o el caso de Juan Manuel Oliva en Guanajuato, son evidencia del PAN que seguirá operando alejado del pueblo.

En el PRD el anunció del cambio de la dirigencia nacional aceptada por su Consejo Nacional este fin de semana. Los argumentos que el ahora expresidente del PRD Carlos Navarrete dio para justificar e intentar explicar la derrota política del pasado 7 de junio, muestra tres cosas. Ceguera en primer lugar, no alcanzan o no quieren ver, cómo han venido siendo gobierno, no ven cómo el bastión que era el DF se corrompió y dejó de hacer lo que en un principio había sido una real diferencia en el cómo gobernar, la corrupción lo venció y la ciudad de México está en caída libre, lo que pasa en Morelos, lo que le sucedió en Guerrero son hechos de que algo está mal y no se quiere aceptar. Abandono de proyecto de nación, en segundo lugar, sin duda las renuncias de Cárdenas, Ebrard y otros miles de militantes marca el descontento que hay al interior del partido por tergiversar los ideales y los principios que dieron origen al PRD, con ello olvido de la lucha social y la visión de un proyecto de nación distinto, el querer ser una izquierda moderna como se le ha llamado al corrimiento ideológico hacia la derecha ha tenido y tendrá su costo. En tercer lugar, el engreimiento de los “Chuchos” que han creído que con ganar en las Asambleas Nacionales y en el Consejo Nacional por mayoría, con prácticas poco o nada democráticas, los llevo a la soberbia en la elección de candidatos y candidatas para las pasadas elecciones y con ello tener una pésima lectura en la política de alianzas, coaliciones y acuerdos para lograr triunfos electorales.

Parafraseando a Luis Rubio, antes era uno, ahora son tres partidos que sólo quieren gozar los privilegios del poder. Se cambiará las direcciones nacionales y con ello tres augurios:

El PRI seguirá en la lógica de vender al país, de negar la crisis del aparato de estado, de gobernar por resultados y con ello la confirmación del autoritarismo, con todas sus consecuencias.

El PAN, seguirá en la comparsa de sumarse al proyecto político del PRI a cambio de algunas gubernaturas, alcaldías y diputaciones locales, busca escudar su crisis moral, en una idea de nosotros robamos menos o lo hacemos para obras de caridad y tener tranquila la conciencia.

El PRD seguirá buscando fuera de él las respuestas a su fracaso político. Buscará relacionarse con Morena, con Movimiento Ciudadano y con lo que queda del Partido del Trabajo, para no desmoronarse aún más. Promoverá una estrategia para la formación de un “frente de Izquierda” con quien se deje. Ya en el pasado se alió con el PAN y otros partidos. Seguro están dispuestos a pactar con quien sea para no desaparecer en el 2018, sepultando los principios e ideales que le dieron origen a su fundación.

Arturo Mora Alva
Arturo Mora Alva
Biólogo por la UNAM, Mtro. en Educación por la UIA León, Doctor en Estudios Científico Sociales por el ITESO con especialidad en Política. Profesor Universitario en todos los grados. Investigador Social, Consultor y Analista.

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