¿Y si Grecia acaba saliendo del euro? En este momento hay, efectivamente, buenas razones para el Grexit pero, en todo caso, la democracia importa más que cualquier acuerdo monetario.
Paul Krugman, premio Nobel de Economía de 2008
Las posibilidades que la comunicación contemporánea abre, permite conocer en tiempo real lo que sucede en otros países y con ello tener un capital social y político global. Los sucesos de los que nos vamos enterando nos permiten de alguna manera expandir nuestra mirada y también ampliar nuestra conciencia y criterio sobre los problemas, sociales, económicos, políticos y culturales.
Los resultados de las elecciones municipales en España del pasado 24 de mayo, nos dieron la oportunidad de valorar nuevamente la vía electoral del cambio político. Los resultados manifiestan que la ciudadanía puede optar por otros partidos distintos y que además el sistema electoral español, obliga a generar gobiernos de coalición con todas las fuerzas políticas que logran resultados electorales, en este caso por municipio. Los casos de los resultados de Madrid o Barcelona son un ejemplo de la participación política y abren opciones de consolidación de nuevos partidos, como lo son Podemos y Ciudadanos, ante el Partido Popular o el Partido Socialista Obrero Español y las críticas ante su desempeño como gobierno.
En México los triunfos electorales de algunos candidatos independientes dan pauta para pensar que se puede hacer algo dentro del esquema electoral que tenemos y que se requieren hacer más y mejores ajustes a las leyes electorales. Habrá que impulsar temas como la segunda vuelta, el recorte a las prerrogativas de los partidos políticos y la competencia en condiciones de equidad para las candidaturas independientes, entre muchos otros aspectos.
En otro ejemplo, se puede encontrar en las redes sociales y en múltiples espacios de información, relatos sobre la experiencia educativa en Finlandia. En esas reseñas se da cuenta como está configurado el sistema educativo y dan un especial énfasis al papel de las y los profesores, así como lo grandes cambios de mentalidad que se requieren impulsar para lograr educación de calidad. Queda claro que más allá de la parte pedagógica y educativa, el sistema escolar tiene un soporte económico real, hay condiciones materiales para implementar un modelo como el finlandés y hay una estrategia de mediano y largo plazo para la formación del profesorado, así como la existencia de salarios dignos y condiciones para el desarrollo de estudiantes y del magisterio, alineados a un proyecto de desarrollo nacional.
En México, la reforma educativa, fue y ha sido hasta ahora una reforma laboral, una estrategia para regular y controlar la relación con el sindicato más grande de América Latina, centrada ahora en la evaluación de los docentes y en la creación de mecanismo de valoración y selección para la movilidad laboral, querido focalizar el tema de la calidad de la educación en las y los maestros. Pero un sistema educativo es más que eso, el caso de Finlandia, o de Corea del Sur nos dicen con claridad que ese es uno de los elementos, contar con buenos docentes, pero el gobierno de México olvida y se niega reformar estructuralmente el sistema educativo, esto es a crear las condiciones de infraestructura necesarias para una educación integral y de calidad. El censo educativo realizado por el INEGI muestra las condiciones deplorables de miles de centros escolares, donde la falta de aulas, mobiliario, sanitarios, patios, espacios deportivos, musicales, artísticos son la constante. Se tiene que reconocer, que durante varias décadas ya, la educación no es factor de movilidad y ascenso social. Que hay un divorcio entre nivel de escolaridad, calidad del empleo e ingresos. Que todo indica que tener educación de calidad como lo señala la Constitución es por ahora sólo un enunciado más.
La situación de Grecia y los sucesos que se dieron en relación al referéndum popular en el que Tsipras y Syriza han logrado una gran victoria, y que les permitirá sin duda, tener un nuevo escenario para las negociaciones que vendrán con la Unión Europea y el FMI. El triunfo del “No”, es una bocanada de aire fresco ante la asfixia que imponen los organismo internacionales como el FMI y la propia UE. Lo que se pone en juego en el caso de Grecia, es sin duda el recuentro con formas democráticas de participación, que es el involucramiento de la sociedad en la toma de decisiones que afectan a toda nación griega. Es cierto que los gobiernos tienen responsabilidad ante los compromisos de deuda que adquieren, pero también es cierto que no se pueden aceptar sin negociación alguna, los esquemas impuestos de austeridad, así como los mandatos de control fiscal y de gasto social por los organismos financieros internacionales. La lección es clara, el pueblo quiere otras opciones y nuevas posibilidades, para que el pueblo no sea el único este pagando a los capitales supranacionales la deuda externa y sus intereses.
En México la figura constitucional de “Consulta Popular” acuñada en la última reforma electoral y constitucional, creó la posibilidad de preguntar al pueblo de México sobre aspectos que le afectan como país, como sociedad. Los candados que se pusieron y la facultad otorgada a la Suprema Corte de la Nación, dio como resultado que ninguna de las propuestas hechas por los partidos políticos prosperara y con ello quedo en el vacío la posibilidad de ensayar un ejercicio democrático. Es claro que la clase política jugó con la “Consulta”. Habrá que ver si el gobierno Peña Nieto estaría dispuesto a consultar al país sobre las reformas estructurales que impulsó y que no dan resultados anunciados, o bien, preguntar sobre el modelo económico y la dependencia ante los organismos internacionales o preguntar sobre se debe seguir el endeudamiento externo que su gobierno está haciendo en nombre del país.
La experiencia de Grecia, de España o Finlandia nos dice “que otro mundo es posible”, que la política es un asunto de interés público y las y los ciudadanos podemos exigir nuevas respuestas de los gobiernos, pero ante todo la posibilidad de poder preguntar y cambiar la realidad y no creer que nada se puede hacer. Hay por lo pronto la posibilidad de construir “esperanza local desde las experiencias globales”.