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jueves, marzo 28, 2024

Tiempo de cambiar

“No estoy aceptando las cosas que no puedo cambiar, estoy cambiando las cosas que no puedo aceptar”.

“Creo profundamente en las posibilidades de la democracia, pero la democracia necesita ser emancipada del capitalismo. Mientras vivamos en una democracia capitalista, un futuro de igualdad racial, igualdad de género, igualdad económica nos eludirá”.

“Tenemos que hablar de la liberación de las mentes y de la liberación de la sociedad”.

  Angela Davis

 

Comparto algunos párrafos de un texto de Chimamanda Ngozi Adichie: “Todos deberíamos se feministas”.*  Es momento de cambio, de justicia, de igualdad para y con las mujeres, las niñas y los niños.

La educación

“La forma en que criamos a nuestros hijos les hace un flaco favor. Reprimimos la humanidad de los niños. Definimos la masculinidad de una forma muy estrecha. La masculinidad es una jaula muy pequeña y dura en la que metemos a los niños.

Enseñamos a los niños a tener miedo al miedo, a la debilidad y a la vulnerabilidad. Les enseñamos a ocultar quiénes son realmente, porque tienen que ser, como se dice en Nigeria, hombres duros.

En la secundaria, un chico y una chica salen juntos, los dos adolescentes y sin apenas dinero en el bolsillo. Y, sin embargo, es el chico quien tiene que pagar siempre la cuenta, para demostrar su masculinidad. (Y luego nos preguntamos por qué los chicos suelen robar más dinero a sus padres.)

¿Y si a los chicos y a las chicas no les enseñáramos a vincular masculinidad y dinero? ¿Y si su actitud no fuera “debe pagar el chico”, sino más bien “que pague quién más tenga”? Por supuesto, gracias a su ventaja histórica, hoy en día casi siempre es el hombre el que tiene más. Pero si empezamos a criar de otra manera a nuestros hijos e hijas, dentro de cincuenta o de cien años los chicos dejarán de sentirse presionados para demostrar su masculinidad por medios materiales.

Pero lo peor que les hacemos a los niños, con diferencia –a base de hacerles sentir que tienen que ser duros-, es dejarlos con unos egos muy frágiles. Cuanto más duro se siente obligado a ser un hombre, más debilitado queda su ego.

Y luego les hacemos un favor todavía más flaco a las niñas, porque las criamos para que estén al servicio de esos frágiles egos masculinos.

A las niñas les enseñamos a encogerse, a hacerse más pequeñas.

A las niñas les decimos: Puedes tener ambición, pero no demasiada. Debes intentar tener éxito, pero no demasiado, porque entonces estarás amenazando a los hombres”.

Hablar de género

“No es fácil tener conversaciones sobre género. Ponen incómoda a la gente y a veces la irritan. Tanto hombres como mujeres se resisten a hablar de género, o bien tienen tendencia a restar importancia rápidamente a los problemas de género. Porque siempre incomoda pensar en cambiar el estado de las cosas.

Hay gente que pregunta: “¿Por qué usar la palabra “feminista”? ¿Por qué no decir simplemente que crees en los derechos humanos o algo parecido?” Pues porque no sería honesto. Está claro que el feminismo forma parte de los derechos humanos en general, pero elegir usar la expresión genérica “derechos humanos” supone negar el problema específico y particular del género. Es una forma de fingir que no han sido las mujeres quienes se han visto excluidas durante siglos. Es una forma de negar que el problema del género pone a las mujeres en el punto de mira. Que tradicionalmente el problema no era ser humano, sino concretamente ser una humana de sexo femenino.

Durante siglos, el mundo dividía a los seres humanos en dos grupos y a continuación procedía a excluir y oprimir a uno de esos grupos. Es justo que la solución al problema reconozca eso.

Hay hombres que se sienten amenazados por la idea del feminismo. Creo que viene de la inseguridad que les genera la forma en que se les cría, del hecho de que su autoestima se vea mermada si ellos no tienen “naturalmente” el control en calidad de hombres.”

Deconstruir la sociedad patriarcal y las estructuras económicas que excluyen, marginan y explotan a las mujeres, a las niñas y niños, es la nueva agenda social y política global. Revisar, reflexionar y encontrar las nuevas formas de ser hombres, encontrar y actuar desde las nuevas masculinidades, desde los derechos humanos, desde la sororidad y fraternidad, es un deber moral y ético hacer inaceptable cualquiera de las violencias contra las mujeres que se han naturalizado e impuesto desde las expresiones de cultura patriarcal es Tiempo de Cambio y todas y todos tenemos que asumir lo que nos toca para crear una nueva cultura de vida, con justicia e igualdad. Los grandes cambios siempre han venido acompañados de una fuerte sacudida. No es el fin del mundo. Es el inicio de uno nuevo.

La mirada, la voz, la lucha y la dignidad de las mujeres es lo que necesitamos con urgencia para hacer viable y posible el mundo que nos tocó vivir. A la revolución feminista nada la detendrá.

 

*https://www.accionenredmadrid.org/wp-content/uploads/2016/09/TODOS-DEBER%C3%8DAMOS-SER-FEMINISTAS.pdf

Arturo Mora Alva
Arturo Mora Alva
Biólogo por la UNAM, Mtro. en Educación por la UIA León, Doctor en Estudios Científico Sociales por el ITESO con especialidad en Política. Profesor Universitario en todos los grados. Investigador Social, Consultor y Analista.

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