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miércoles, abril 24, 2024

¿Vamos para algún lado?

No está demás preguntarnos como ciudadanos y ciudadanas si sabemos para dónde vamos como país.

La esquizofrenia es el rasgo del país. Se dicen unas cosas y se hacen otras, se hacen unas y se declaran otras. Es claro que no todo es de blancos y negros, pero lo que si es cierto es que hay hechos, hay una realidad que por más que se quiera contener, que se maquille y aunque se quiera esconder y borrar se hace evidente, se presenta con la crudeza de lo que es más allá de estar de acuerdo con ella. La realidad es pese a nosotros y pese al gobierno.

Los resultados sobre la forma de gobernar que en México se tiene, es en sí compleja y con muchos matices, pero posee en sí rasgos de una cultura política que se ha configurado en la historia de un país que no acaba de entender que las versiones sobre la realidad la han hecho los vencedores.

Hace poco una nota periodística daba cuenta que 88 familias han controlado el Congreso del país de 1934. 53 de ellas han estado en posiciones federales entre 9 y 18 años, otras 35 lo han hecho entre 21 y 57 años. Tenemos un país den donde las familias herederas de la Revolución Mexicana se apropiaron del poder, no sólo legislativo, sino también de las posiciones del poder ejecutivo en estados y municipios. Por otra parte, hemos visto como se han ido incorporando algunos empresarios a la política y hemos visto como se creado una grupo de políticos, diputados y diputados en especial, que son empleados de empresas, como Televisa o TV Azteca o empleados de un partido político, entre la porosas ideologías y lealtades del Partido Verde o de Nueva Alianza.

Queda claro que han gobernado para garantizar los privilegios que familias, grupos económicos e intereses de grandes empresas y aun de organismos internacionales desean ampliar y mantener.

Tenemos un país que cada tema de la madeja política es un hebra que al jalarla, trae consigo un racimo de problemas y dan muestra de que algo está profundamente mal y desde hace mucho tiempo.

Si intentamos comprender o al menos analizar algún problema nos damos cuenta que la corrupción invadió todo, no sólo se trata de mordidas, de inflar precios, de otorgar contratos a los amigos y parientes, no sólo es ser amigo del amigo influyente, sino también tiene que ver con no hacer lo que toca, de evadir el trabajo como funcionarios públicos, de omisiones graves, de burocratizar lo que puede ser un sencillo trámite y convertirlo en un suplicio por principio de corrupción, por garantizar un puesto en el gobierno o para dar pretextos para la transa, para la mordida para la corrupción.

Somos un país que tiene ya una urgente necesidad de alinear el marco jurídico y tener una nueva constitución, lo que tenemos como marco jurídico, junto con un aparato de estado que no ha podido garantizar lo que se llama el “Estado de Derecho”, situación da pauta para decir con claridad que hay gobierno, pero que éste no gobierna, que hay una crisis de autoridad que hace que existan casos de gobiernos priistas como el de Veracruz, que no ha pagado a proveedores, a beneficiarios sociales desde hace más de dos años por montos superiores al 3 mil 600 millones de pesos. O el caso del gobierno panista de Sonora, donde aparte de los escándalos de la presa que se construyó en su rancho el ahora ex gobernador Guillermo Padrés Elías, ahora es quien dejó un deuda a proveedores, a trabajadores del gobierno y beneficiarios de programas sociales por más de 6 mil 700 millones de pesos, entre otras denuncias de uso indebido de recursos públicos y no pasa nada.

Un presidente que en los últimos días quiere convencernos de que vamos bien, que anuncia que cancela la fiesta cena que ofrecía cada año el gobierno con motivo del Día de la Independencia, que anuncia que se reunirá con los padres de los normalitas de Ayotzinapa, como parte de la estrategia para levantar su popularidad y a la par da premios al partido Verde en la secretaria de Gobernación, que nombra a sus amigos como embajadores sin respetar el servicio profesional de carrera de la SRE, que pone a Aurelio Nuño como Secretario de Educación, que sabe de las desfalcos y corrupción de Veracruz o de Sonora y simplemente no hace nada, es un síntoma del uso esquizofrénico del poder y de que tiene clara la consigna de cuidar que la clase política siga en el poder a cualquier precio.

¿Realmente sabemos hacia dónde vamos como país? ¿El nuevo PRI que ya no respetara la sana distancia que propuso Ernesto Zedillo entre el partido y el gobierno quiere un mejor país? ¿Es posible esperar que haya un gobierno transparente, honesto y al servicio del pueblo? ¿Higa, OHL, y todas las demás empresas serán capaces de denunciar la cultura de la corrupción o seguirán avalando con dinero y escusas al gobierno actual? Creo que debemos empezar a preguntarnos y mucho, y también a empezar a buscar respuestas.

Arturo Mora Alva
Arturo Mora Alva
Biólogo por la UNAM, Mtro. en Educación por la UIA León, Doctor en Estudios Científico Sociales por el ITESO con especialidad en Política. Profesor Universitario en todos los grados. Investigador Social, Consultor y Analista.

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