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lunes, diciembre 2, 2024

Verdad y sentido 

“Los poemas no perduran como objetos, sino como presencias. Cuando lees algo que merece recordarse, liberas una voz humana, devuelves al mundo un espíritu compañero. Yo leo poemas para escuchar esa voz. Escribo para hablar a aquellos a quienes he escuchado”.

   Louise Glück

“Me importa un bledo la dulzura de la vida. Lo que quiero es dignidad. Sin ella, hasta la miel es amarga”.

  Theodor Kallifatides

“No tengo que pensar ni que ensayar nada. Lo que se gesta dentro de mí sucederá por sí solo”.

      Sylvia Plath

“Escribir es querer darle algún sentido a nuestro sufrimiento”. 

     Alejandra Pizarnik

“Soy enemigo de los lugares llenos de gente, de la fanfarronería de dinero y de linaje, de la pretensión, de la gente consumidora, de las relaciones fugaces y de las reuniones llenas de hipocresía y mentiras”.

              Fiódor Dostoievski

 

La única certeza es la muerte. La única realidad es la que vemos y vivimos. La única verdad es la que interpretamos. Las únicas cosas que nos pertenece son la memoria y el olvido. Lo único que debemos hacer es vivir entre tanto y entre todo.

Los líos de la vida se entrecruzan con nuestros pensamientos y nuestros sentimientos, razón y emoción siguen siendo diada de falsos opuestos. Los argumentos sirven, dan estructura, nos ponen cimientos conceptuales, definiciones que ayudan a comprender desde el lenguaje percibir el mundo, a poder describirlo, a poder comunicar lo que experimentamos en relación al mundo material, a la naturaleza en todas sus formas y dimensiones.

Las emociones, los sentimientos son las formas en que la experiencia de vida se expresa en nuestro mundo interior, la forma en que hacemos traducciones asociadas a la sobrevivencia y la manera en que el cuerpo, los sentidos y la percepción del mundo se expresan ante la realidad y ante las interacciones que tenemos con las personas de nuestro entorno.

Ambas esferas, pensamiento y emoción, se desarrollan, se aprenden socialmente, se experimentan de formas por demás diversas en la vida, los vínculos, las experiencias, incluido lo traumático, si bien, buscamos construir consensos, acuerdos, para establecer significados comunes y establecer y reconocer un espacio simbólico propio, que puede ser compartido desde la comunicación, desde el diálogo, desde la escucha. Sin embargo, las posibilidades de interpretación son prácticamente infinitas.

Søren Kierkegaard escribió: “La verdad es subjetiva, no porque esté sujeta a los caprichos individuales, sino porque solo puede ser experimentada y comprendida a nivel personal. Cada individuo debe enfrentarse a la verdad por sí mismo y tomar la responsabilidad de su propia comprensión”. Pero, la comprensión de lo que se vive esta condicionada a la realidad estructural, la condición de clase, a la pertenencia e identidad del grupo y la conciencia de sí mismo, y a los recursos, culturales y socioemocionales con los que las personas cuentan a partir de sus aprendizajes de vida en el sentido más amplio.

De las tareas que reclaman un esfuerzo social, cultural e intelectual es el tema de poder “atrapar la verdad”. Palabra que se hace polisémica por las diversas formas en que ha ido intentando definir a la verdad.

En un ejercicio lúdico sin duda en las redes sociales circula un breve texto con la pregunta ¿Qué es la verdad? en ese juego de buscar hacer asequible la noción de lo que se ha interpretado se hizo un resumen, una síntesis sin duda parcial, pero que nos puede dar una idea de la complejidad del tema a través de la mirada de diversos filósofos y filósofas, lista a la que he agregado otras miradas sobre ¿Qué es la verdad?

Descartes: Lo indudable.

Kant: Juicios a priori.

Hegel: Proceso dialéctico.

Nietzsche: Perspectiva.

Heidegger: Desvelamiento del ser.

Wittgenstein: Depende del lenguaje.

Foucault: Construcción de poder.

Habermas: Consenso en el diálogo.

Byung-Chul Han: Distorsionada en la transparencia.

William James: Lo útil en la experiencia.

Karl Popper: Conjetura falsable.

Walter Benjamin: Historia y memoria, experiencia vivida e intuición.

Jacques Derrida: Siempre en desplazamiento.

Paul Ricoeur: En la interpretación.

Simone Weil: Renuncia al ego.

André Comte-Sponville: Proceso de búsqueda y continua y reflexión.

André Comte-Sponville: Introspección interior y autenticidad.

Hannah Arendt: Correspondencia entre lenguaje y realidad.

Bell Hooks: Resistencia contra la opresión y la dominación

Bell Hooks: Acto de amor y cuidado.

Judith Butler: Performatividad del lenguaje, el poder y la subjetividad.

Noam Chomsky: Libertad intelectual para la justicia social.

 

Hay sin duda muchas más concepciones sobre lo que es la verdad, y cada una de ellas vistas en conjunto nos puede aportar ideas para poder hacer una definición propia, que pareciera en todo caso un caleidoscopio, en la que al poner en perspectiva la “realidad” la verdad pudiera ayudar a comprender a la “realidad” misma, puesta en un sentido contextual, temporal y subjetivo sin duda alguna.

 

Hoy nos enfrentamos a una serie de dinámicas sociales que se mueven entre los hechos y las interpretaciones, en donde las mentiras, las noticias falsas, los juicios de valor, las opiniones sin sustento son el pan de cada día. Noa envuelven sin ninguna mediación y quedamos dentro de “la sociedad de la posverdad” y lo falso impera en los diversos medios de comunicación, tradicionales y digitales. La verdad la esconden desde el poder y desde los intereses de quienes controlan los medios de comunicación y la economía, junto con la alquimia del poder político. Si bien hay medios de comunicación que son independientes o bien tienen una postura critica y ética para informar, son los menos.

 

Cada uno va construyendo su verdad, pero lo cierto es que en ese juego de apropiarse de la “verdad” quedamos en medio, entre los hechos y sus significados, entres los sucesos y la especulación, entre lo real y la fantasía. Miguel de Unamuno ya ponía las íes sobre el tema: “Estar loco se dice que es haber perdido la razón. La razón, pero no la verdad, porque hay locos que dicen las verdades que los demás callan por no ser racional ni razonable decirlas, y por eso se dice que están locos. ¿Y qué es la razón? La razón es aquello en que estamos todos de acuerdo. La verdad es otra cosa. La razón es social; la verdad es individual, personal e incomunicable. La razón nos une y las verdades nos separan”.

 

En el juego de la verdad, las polaridades se utilizan para crear tensiones, para sembrar la duda, para la sospecha, para manipular y sobre todo para difundir miedo, crear temor y hacernos vulnerables. Se intenta presentar la verdad de las cosas, tal como son, pero nunca se logra, por que la verdad es más que una frase, una oración, un mandato, una norma, un argumento y que lo verdaderamente perverso, es que eso que se dice, se usa para manejar las emociones y los sentimientos. Byung-Chul han ya lo describió y denunció en su obra, en especial en su libro Psicopolítica. Hoy somos presa fácil de las mentiras. La verdad es algo que cuesta trabajo aceptar y comprender, porque tiene que estar incluida necesariamente la mirada del “otro”. Nada fácil. “Para ser un buscador de la verdad es necesario que al menos una vez en la vida, dudes, tanto como sea posible, de todas las cosas” escribió René Descartes y lo que menos queremos es dudar. La obediencia y la sumisión son parte de los logros del poder que se ejerce en la sociedad.

 

En el plano personal aceptar nuestra historia, decirnos nuestras verdades, es todo un desafió, es buscar en la consciencia eso que no nos faltó, eso que nos hizo creer que la apariencia o la mentira eran buenos recursos para lograr metas, propósitos y aún amores, lo real, si es que no eludimos nuestra responsabilidad es que una vez que se van aceptando todos los “lados” de uno mismo, es mucho más fácil dormir por la noche y es posible poder ser auténticos y hacer lo necesario para vivir en plenitud. Nuestros deseos son un camino para alcanzar nuestras verdades.

 

Juan Carlos Onetti sentenció de forma contundente la trama que se establece entre mentira y verdad, que nos invita a preguntarnos sobre nosotros mismos: “Se dice que hay varias maneras de mentir, pero la más repugnante de todas es decir la verdad, toda la verdad, ocultando el alma de los hechos. Porque los hechos siempre son vacíos, son recipientes que tomaran la forma del sentimiento que los llene.” Lo real es pese a nosotros. La verdad, en este sentido es la forma en que interpretamos la vida entera, la nuestra, y la de las y los otros y aceptando que hay más preguntas que respuestas y que cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, nos cambiaron todas las preguntas, como escribió Benedetti, pero eso hace que la vida para ser vivida y para encontrar nuestras verdades y por lo tanto actuar en consecuencia.

 

Arturo Mora Alva
Arturo Mora Alva
Biólogo por la UNAM, Mtro. en Educación por la UIA León, Doctor en Estudios Científico Sociales por el ITESO con especialidad en Política. Profesor Universitario en todos los grados. Investigador Social, Consultor y Analista.

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