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jueves, abril 24, 2025

¿Por qué un nutriólogo y no un Health Coach?

Por: Ana Olivia Caballero Lambert*

 

¿Te has fijado cuántas solicitudes de chicas y chicos guapísimos, cuasimodelos, te llegan por semana a tus redes sociales promoviendo tratamientos corporales y de control de peso?  Muchos de ellos venden productos, otros envían por medios electrónicos dietas y programas de ejercicios. Lo cierto es que la gran mayoría no son profesionales de la salud. Sin embargo, su juventud y cuerpo escultural nos llaman la atención a tal grado que no importa si pagamos sumas altas de dinero por un programa que seguramente se le enviará de forma estandarizada a todo interesado.

Esto me lleva a discutir la diferencia entre acudir con un profesional de la salud para la atención de situaciones médicas, nutricias o psicológicas o tomar otro tipo de opciones y solicitar la intervención de un health-coach, pero se debe considerar el sesgo de la información ofrecida por estos últimos, cuyo interés es comercial y, por consiguiente, no está diseñada para los requerimientos particulares de cada paciente.

Ciertamente, el coaching es una herramienta de apoyo válida para la intervención en problemas de salud.  La Federación Internacional de Coaching lo considera una colaboración con los clientes en un proceso creativo y estimulante que les sirva para maximizar su potencial personal y profesional.  Para esta organización, el coaching consiste en una relación profesional continuada que ayuda a obtener resultados extraordinarios en la vida, profesión, empresa o negocios de las personas; mediante este concepto, entonces, el cliente profundiza en su conocimiento, aumenta su rendimiento y mejora su calidad de vida.  

En este sentido, existen muchos tipos de coaching: el empresarial, humanista, financiero, legal, el de manejo de personal en empresas y, por supuesto, el de salud y bienestar, dentro del cual se cuenta con el nutricional, que implica acompañar a los pacientes a desarrollar conocimientos, habilidades, herramientas y confianza para ser capaces de cuidarse a sí mismos y alcanzar sus metas de salud y alimentación, a través de una modificación en su relación con la comida. Así, el coach acompaña a la persona a construir motivación para el cambio, confianza en sí mismo y compromiso con sus objetivos. La idea es buscar que el propio paciente identifique los problemas y las posibles soluciones a los mismos, enfocándose en lo que está funcionando bien y colaborando con el logro de las metas.

De acuerdo… hasta aquí debes estar pensando que entonces acudir con un coach en salud seguramente es lo máximo. Ciertamente, si un profesional de la salud (un médico, un nutriólogo o un psicólogo) utiliza herramientas de coaching en su consulta, claro que es fenomenal.  En él, encontrarás a una persona paciente, comprensiva, interesada y con muy buena escucha, pero también a alguien con pericia técnica, conocimientos, experiencia y credibilidad. También será un profesional que tenga autoridad, pero no del tipo: ”Yo soy el que sabe y tú tienes que seguir las indicaciones que yo te doy.”  Más bien se centrará en tus preocupaciones, dudas y en los conocimientos que tienes o has adquirido sobre tu condición, dando espacio a lo que es correcto y aclarando con fundamentos científicos lo que no es adecuado.

En este sentido, un profesional de la nutrición aplicará todo el proceso de cuidado nutricio:  evaluará el estado de nutrición, generará un diagnóstico, hará una intervención individualizada y llevará a cabo un monitoreo a las metas establecidas, aplicando los cambios pertinentes derivados de un proceso en equipo con el paciente, los familiares y otros profesionales de la salud.  Para realizar esto, trabajará con algo que se llama ”nutrición basada en evidencias”; es decir, buscará la mejor evidencia científica disponible para atender el caso particular, conjuntándola con su experiencia y la propia situación del paciente. Por supuesto, se tratará de un profesional con título y cédula y, en el mejor de los casos, con certificaciones otorgadas por instituciones nacionales e internacionales.

Por su parte, los health-coaches o los coaches en salud, son frecuentemente personas de cualquier antecedente de formación, con alguna capacitación básica sobre alimentos, salud o psicología, que puede ser un curso de tres meses a un año. Al no ser profesionales de la salud, no pueden diagnosticar ni prescribir.  Ofrecen apoyo y recomendaciones muy generales, muchas veces sin fundamento científico. Por ejemplo, me ha tocado escuchar casos en los que responsabilizan de todo al gluten, a la leche y a las adrenales. Nada más lejano de la realidad, ni más perdido de una base científica. Por cierto, también le dan propiedades mágicas al aceite de coco y a otros ”súper foods”, como el jengibre, la cúrcuma o incluso a la chía.  

Por supuesto que la adecuada alimentación y un estilo de vida sano son la base de una salud correcta y un buen estado de nutrición, pero la recomendación es acudir con un profesional, que se apegue a la normativa de la atención sanitaria en nuestro país y que cuente con los conocimientos y habilidades necesarios para acompañarte en la tarea de modificar tus hábitos alimentarios para el logro de tus metas: ya sea un peso determinado, una cantidad de masa muscular y grasa adecuadas, el control de tu glucosa o presión arterial, el rendimiento deportivo que buscas, o simplemente comer sanamente.

 

*Ana Olivia Caballero Lambert. Miembro y expresidente del Colegio de Nutriólogos de León. Nutrióloga clínica. Maestra en Psicología Clínica. Nutrióloga certificada por el Colegio Mexicano de Nutriólogos. Educadora en diabetes. Especialista en trastornos alimentarios y Coach Nutricional.

 

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