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viernes, abril 19, 2024

Power Rangers

Una de las dudas que más he tenido en esta vida es el por qué no puedo conectar con Power Rangers. Tiene elementos que deberían de ser un gancho instantáneo para mis gustos como botargas creativas, explosiones, mechas y un estilo muy campy… pero no, no pega.

Eso no quiere decir que no los consumía, porque recuerdo con claridad jugar en mis años de pre-escolar con mis compañeros “a los Power Rangers”, en donde todos querían ser el rojo y, no tenía problema, quiero decir, podía ser el azul y al ser mi color favorito estaba completamente a gusto, porque en el fondo sabía que no había otro lazo con el personaje de Billy más que el color de los depresivos y los solos de saxofón.

Esa podría ser la razón, la falta de personalidades que comenzó a ser bastante repetitivo para mí y que logró desencantarme de la franquicia a mediados de la segunda película por la que mi hermano rogaba por ver en el cine.

Una pista, no era para nada buena. Por otra parte ver a Kimberly actuar como villana en un estado similar al de la ebriedad es algo que siempre le agradeceré a los dioses.

Los años pasaron y otras cosas llegaron a ocupar mi interés y que recuerdo con cariño, Power Rangers no ocupa ese espacio y creo que es una treta más de los estudios y su bombardeo nostálgico pero hay cierto interés. Porque yo no soy el 100% del público, porque las series se siguen realizando y por un detalle muy interesante.

Esto:

El corto creado para fanáticos reavivó las intenciones eternas de Hollywood para sacar un reboot de la franquicia y más con el hecho de que los derechos regresaban a Saban tras años de haber estado en manos de Disney. De pronto todo mundo hablaba de un reboot agresivo y oscuro de algo que vieron de niños y la emoción no se hizo esperar. Sabemos que es por nostalgia, y sabemos de dónde proviene el material original, y… hace unas cosas bastante bien, para mi sorpresa.

Así es: Una película de Power Rangers no es tan… mala.

El gran pecado de la franquicia –hasta donde yo recuerdo- era la falta de personalidades entre los miembros del equipo que reconocías más por el color que por tener una identidad o gustos particulares. El guión a cargo de John Gatins plasma al equipo con este elemento y hace una buena labor de generar lazos entra la mayoría de sus miembros. Gracias a la dinámica puedo recordar elementos y se entienden las razones de cada uno además de sus nombres, no sólo sus colores; Jason es el líder por su nobleza y cuidado de los demás, Billy es el genio que también tiene conflictos por su incapacidad de socializar y rechazo, Kimberly ha caído de la gracia adolescente para pasar a ser una “perra”, Zack es extrovertido por razones que oculta y Trini… pues ahí está (no dije que fuese un trabajo perfecto).

Trini se está vendiendo por ser un personaje homosexual, pero es fallido. Es un personaje muy contrastante con los demás y que no termina por definir sus problemas, el hecho de que mencione que tenía parejas es algo que sale de la nada, y que te deja pensando en que hay una connotación sexual no intencionada cuando se enfrenta con Rita.

Y es en el guión de Gatins que decide que el enfoque será el equipo y las amistades, dedicando por gran parte del tiempo al desarrollo de estos para después presentar un clímax que es conflictivo, porque en sí como que la película rehuye de este elemento y se siente más cómoda haciendo de un grupo de adolescentes en un grupo de amigos.

También cabe mencionar que los chicos crean personajes y son buenos actores (de verdad). Del grupo reconocía a RJ Cyler que aparecía en Me and Earl and the Dying Girl (Alfonso Gómez-Rejón, 2015) y termina siendo el más entrañable como Billy. Los demás aunque parezcan recortados como galletas industriales –similares a artistas Disney– son agradables y sientes su posición en el equipo además de generar química entre todos.

El equipo funciona y también los personajes secundarios. Bryan Cranston se siente en deuda con la serie por ser de sus primeros trabajos como actor y aquí aparece como Zordon quien deja de ser una figura paterna para el equipo y más una cabeza flotante, justo como en los viejos tiempos.

La que es un placer ver es a Elizabeth Banks como Rita Repulsa; es tan exagerada, siempre gritando y con una sonrisa en el rostro que termina por ser la que adopta la fórmula de la televisión y exuda el personaje original de una forma tan estúpida que es una obra de arte presenciarla y que se ve que se divierte en todo momento.

Pero aquí uno viene a ver colores golpeando enemigos y pasa pero mientras lo veo no dejo de pensar en que Power Rangers muy a pesar de mi poca conexión con la franquicia tenía un diseño particular en los trajes –recuerdo los cascos con las bocas de los animales- y eran eso: trajes, jamás armaduras. Aquí el diseño irónicamente abraza elementos de otras series de televisión y películas como las armaduras de Iron Man (), Kamen Riders e incluso de G.I Joe: El ascenso de cobra, armaduras genéricas que aparte son creadas en cgi y si otro elemento que uno puede recordar de la serie son que hay un esfuerzo en hacer coreografías sorprendentes, con todo y daños de chispas.

Esto por desgracia afecta para el último segmento en donde los Zords son mechas similares a los Transformers, en donde el Megazord peca de lo mismo en vez de tener una morfología en conjunto y rostro mecánico, y en donde los villanos son de diseño muy flojo.

Goldar pasó de tener un diseño peculiar al anonimato digital moderno que las películas de Michael Bay dejaron por herencia.

A pesar de ello, me entretuvo. Es curioso que hubiese preferido ver más el cómo generaban eslabones de confianza y familia este grupo de jóvenes a las escenas de acción, pero tampoco es algo que terminase odiando. Hacia el final Power Rangers no sabe muy bien si abrazar el tono estúpido o tratar de ser serio, pero las bases para una franquicia basada en la primera generación está, y la audiencia ha reaccionado de manera positiva; no por nostalgia, no por ser oscura, sino por ser una película que conecta con los jóvenes aunque venda la melancolía de una serie que ellos no vieron… y un chiste acerca de masturbar a una res.

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